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Los cristianos árabes, primogénitos de la Cruz.
Conviene no confundir árabe con musulmán: los cristianos árabes aplastados por la demografía musulmana y perseguidos por los conflictos impulsados por Israel cada vez son menos en la tierra donde nació Nuestro Señor
Los cristianos orientales provienen de la
primeras comunidades formadas por los apóstoles y que dieron
lugar a los patriarcados de Alejandría, Antioquia,
Constantinopla y Jerusalén. Sin embargo, a partir del siglo V
las controversias teológicas dieron lugar a la ruptura de la
iglesia. Aunque el Concilio de Calcedonia del 451 definió a
Cristo como una persona con dos naturalezas Dios y hombre, hubo
personas que mantuvieron la postura monofisita de una naturaleza.
Este error teológico significó que mientras la postura correcta
fue sostenida por Roma, Constantinopla y Georgia, así como la
población griega de Alejandría (Egipto), el monofisismo fue
adoptado por muchos de los egipcios para diferenciarse de los
griegos bizantinos y dieron origen a la Iglesia Copta. Por la
misma razón muchos de los sirios siguieron la corriente e
introdujeron como lengua litúrgica el siriaco que proviene del
arameo y bajo el liderazgo de Jacob Bar Addai se les denomino
Iglesia Jacobita. Los armenios también se sumaron a la herejía
monofisita.
En los límites exteriores a la romanización bastantes de los
cristianos que vivían dentro del Imperio persa de los Sasánidas
se vieron influidos por la herejía propagada por Nestorio en el
484. La Iglesia nestoriana tiene el siriaco como lengua
litúrgica y debido a la persecución islámica sus adeptos se
refugiaron el lugares alejados creando comunidades en China,
India y Mongolia. Los cristianos de cultura griega fueron
denominados melquitas y mantuvieron siempre su unión con
Constantinopla, como cuando en 1054 se separaron las Iglesias
Ortodoxas de la Católica Romana.
La conquista del Islam fue sentida como una liberación por parte
de la población cristiana monofisita que era perseguida por los
bizantinos griegos. Sin embargo, con el tiempo los musulmanes
fueron forzando a convirtirse a su fe a los monofisitas y
marginando a los cristianos orientales a una situación
minoritaria en la sociedad.
La Iglesia Católica ha intentado reunir a los cristianos que
mantuvieron la ortodoxia bajo la misma comunidad aunque
respetando su liturgia, lengua y costumbres. Los primeros fueron
los maronitas quienes se denominan así por San Marón, quien los
evangelizó en el siglo V. Por sus oposición a los jacobitas y a
los musulmanes se refugiaron en el Monte Libano donde recibieron
como liberadores a los Cruzados en el siglo XII. Desde entonces
la Iglesia Maronita ha seguido siendo perteneciendo a la
Católica sus fieles están concentrados en el Líbano donde son
el 25 % de la población total. En 1551 una parte de los
nestorianos serán los que acepten su reingreso en la Iglesia
única con el nombre de caldeos. A partir del siglo XVII se
produjeron escisiones procatólicas entre los jacobitas,
melquitas y armenios.
De este modo las iglesias cristianas se han duplicado habiendo de
cada rito una herética y otra católica. En la actualidad los
coptos egipcios son los más numerosos, con 4 millones según el
gobierno, el doble según la Iglesia Copta. Se dedican al
comercio, forman la clase media egipcia y sufren los atentados de
los fundamentalistas islámicos que concentran su odio en ellos.
En cuanto a los jacobitas existen 155 mil en Siria y 50 mil
nestorianos entre Siria e Irak. Con respecto a los melquitas son
800 mil estando concentrados la mayoría en Líbano, Siria,
Jordania y Jerusalén. Los católicos disponen de 100 mil fieles
de rito copto y jacobita, 400 mil melquitas y 700 mil caldeos. De
los primeros se encuentran dispersos por Siria, Jordania, Israel
y Líbano mientras los caldeos se concentran en Irak donde gozan
de una buen posición por su arabismo, siendo Tarek Azíz,
viceprimer ministro su principal líder político.
En la actualidad el principal problema de los cristianos
orientales es la emigración a Europa donde la afinidad cultural
y religiosa les permite una fácil integración y evitar la
persecución de un creciente fundamentalismo islámico que tiende
a la desaparición de las minorías cristianas y la conversión
de Tierra Santa en un museo.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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