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Persecuciones religiosas: los cristianos en África.
Ponencia Bartolomé Burgos en las Iª Jornadas Sobre Las Persecuciones Religiosas En El Mundo Contemporáneo.
Motivos de la persecución
Es innegable que se dan persecuciones en Africa y también lo es
que se persigue a un cierto número de cristianos. Pero no es
fácil determinar cuando esas persecuciones obedecen a motivos
estrictamente religiosos. Con frecuencia las víctimas de la
persecución son periodistas o defensores de los derechos
humanos, como es el caso de Norbert Zorgo, cosido a balazos en
Burkina Faso o de Antonio Pacienca: periodista angoleño
asesinado. Ocurre que a veces estas personas son creyentes,
cristianos, musulmanes, etc. Ocurre incluso que algunos de estos
defensores de la justicia y de los derechos humanos sean
cristianos que se comprometen a causa de su fe. Así, por
ejemplo, el padre Isidro Uzkudun asesinado en Ruanda,
oficialmente por ladrones, en religad por motivos ocultos e
inquietantes; el padre Raffaele di Bari, asesinado en Uganda por
el Ejercito de Resistencia del Señor, por defender al pueblo de
sus abusos criminales.
A veces se persigue a los cristianos por motivos políticos,
auque las opciones que ocasionan su muerte o persecuciones varias
arranquen de su fe. Este es, sin duda, el caso del padre John F.
Kaiser, misionero de Mill Hill, secuestrado y asesinado en Kenia,
aunque su muerte haya sido presentada como un supuesto suicidio.
El padre Kaiser era muy crítico con el gobierno de Arap Moi,
había testimoniado contra altos cargos del gobierno y se
disponía a testimoniar ante Tribunal de la Haya contra altos
cargos. El asesinato se convirtió en un asunto político
importante a causa de la intervención del gobierno americano
pero sobre todo a causa de la actitud de la iglesia que exige una
investigación judicial. Seis sacerdotes, religiosos y misioneros
han sido asesinados en Kenia durante los últimos años y sus
muertes nunca fueron elucidadas por la policía. Se sospecha que
haya implicaciones de los poderes fácticos. El P. Engelbert
Nveng fue asesinado en Camerún y el teólogo Jean-Marc Ela,
quien como Nveng mantenía una actitud crítica, se exilió por
temor a los mismos asesinos ocultos.
Se da persecución de los cristianos por motivos específicamente
religiosos. Quizás uno de los casos más claros sea el de
Sudán, en donde un régimen islámico fundamentalista lleva a
cabo un proselitismo sectario utilizando el poder y el dinero,
acosa a los cristianos, destruye sus iglesias y escuelas,
dificulta sus actividades, encarcela a sacerdotes y catequistas e
incluso ataca a sus obispos. Sacerdotes y cristianos se han visto
sometidos a tortura física y moral. Pero incluso esta
persecución tiene un carácter político ya que la iglesia
resiste las políticas arbitrarias y los abusos de un gobierno
dictatorial y sectario.
A veces los cristianos son perseguidos por motivos difíciles de
precisar como sería el caso de Antonio Bargiggia, el "amigo
de los pobres", asesinado en Burundi; o el de la hermana
Floriana Tirelli, que se ocupaba en el servicio de pobres y
leprosos cuando fue asesinada en Zambia; o bien el caso de los
Carmelitas de Goma, en la RD Congo, robados y apaleados por
guerrilleros. Lo inquietante de estos y tantísimos otros casos
es la impunidad de que, con frecuencia, gozan los asesinos.
Algunos casos por
países
En Ruanda y en la RD Congo se ha presentado a los misioneros y a
la iglesia como responsables del genocidio de 1994. Así por
ejemplo se ha presentado como responsable del genocidio al
antiguo arzobispo de Kigali, Monseñor Perrodin quién, en
realidad sola había promovido la educación a través de la cual
el pueblo hutu tomó conciencia de su situación de dominado en
el sistema feudal controlado por los tutsis. A los misioneros se
les ha acusado de crear la conciencia de étnia que, por lo
visto, no había existido hasta entonces. Ellos inventaron
también "hamitas", teoría que de hecho avanzó C.G.
Seligman, en 1930, y que los estudiosos de la época adoptaron
con frecuencia
En Ruanda y en las zonas de la RD del Congo controladas por las
fuerzas ruandesas se han perpetrado numerosos asesinatos, antes y
después del genocidio. El padre Joaquín Valmajo, originario de
Gerona, fue detenido por soldados rwandeses del régimen actual y
desapareció. Joaquín había denunciado los abusos cometidos por
uno y otro bando. Sabemos que está muerto aunque se desconoce el
lugar de su tumba. El padre Guy Pinar, canadiense, fue asesinado
mientras celebraba la eucaristía. Su asesino, conocido por
todos, nunca fue detenido. Los cuatro maristas españoles
Servando Mayor, Miguel Ángel Isla, Fernando de la Fuente y Julio
Rodríguez, fueron asesinados cuando ejercían su ministerio en
un campo de refugiados. También el obispo Muzihirwa murió
asesinado en la diócesis de Bukavu. Claude Simard, misionero de
la Santa Cruz y los sacerdotes rwandeses Kagabo, Pio Ntahobari,
Boniface Kanyoni, y tantos otros siguieron la misma suerte.
El obispo Agustín Misago fue calumniado, encarcelado y juzgado.
Fue acusado por la ONG African Rights, adicta al régimen actual
de Ruanda. Su caso fue presentado en El País semanal por Isabel
Hilton quien concluía antes del juicio: "Agustín Misago,
el obispo den Gikongoro, se ha ganado cada centímetro del camino
que le ha llevado hasta la puerta de los tribunales". El
proceso resultó una farsa, fue absuelto de todos los cargos por
un juez rwandés y en Ruanda y, finalmente, el fiscal Edouard
Kayihura, reconoció que había estado obligado a llevar la
acusación en un proceso sin pruebas ni fundamento. El obispo
Kataliko fue igualmente calumniado y exiliado de su diócesis en
la RD del Congo, por el poder rwandés, por oponerse a la
presencia de las tropas de invasión y a sus desmanes. La
situación de Burundi es parecida a la de Ruanda aunque más
moderada.
En Camerún se da un forcejeo entre Iglesia y Estado a causa de
los abusos contra derechos humanos y contra la democracia, con
peligro de confrontación. En el Congo Brazaville fue asesinado
el cardenal Emile Biayenda en situación obscura mezclada a la
política.
En los Países o contextos musulmanes aunque no haya persecución
siempre hay limitaciones en cuanto al derecho de los cristianos.
La evangelización es imposible y allí donde se aplica la ley
islámica los derechos de los no-musulmanes son inferiores a los
de los musulmanes. En Egipto los cristianos coptos, quienes
constituyen aproximadamente un 10% de la población total,
consideran que el gobierno es insensible a su situación de
perseguidos. Las sentencias contra los perpetradores de las
Matanzas de Al Koshen, en donde hace unos meses murieron decenas
de coptos, han sido sumamente benignas.
En Argelia han sido víctimas de la persecución el obispo
Clavery, cuatro misioneros Padres Blancos, los trapistas de
Tisis-Uzu y varias religiosas. En realidad son víctimas junto
con el pueblo con el que han optado por compartir sus vidas.
La introducción de la Sharría o ley islámica en un número de
estados mayoritariamente musulmanes del norte de Nigeria ha
conducido al enfrentamiento entre musulmanes y cristianos. Hay
sospechas de que la introducción de la ley islámica pretende
desestabilizar la frágil democracia y justificar así un golpe
de estado que llevaría de nuevo a los militares norteños a l
poder. También el gobierno de Gambia a anunciado su intención
de introducir la ley islámica con todas sus consecuencias y los
peligros de confrontación religiosa.
El incendio de la una iglesia católica en Nairobi (Kenia),
causado por musulmanes, hace unos meses, fue sin duda un acto de
agresión a los cristianos. En realidad fue el resultado de una
lucha de intereses en la que los cristianos no tenían arte ni
parte, si bien algún cristiano pudo estar implicado. Pero estos
sucesos demuestran que los reflejos religiosos afloran en
momentos de confrontación y pueden ser fácilmente manipulados.
En este mismo sentido, numerosos políticos de Costa de Marfil
han jugado las bazas nacionalista, étnica y religiosa para
excluir a un candidato musulmán a la presidencia y para
descalificar políticamente a toda una parte de la población. En
este caso se ha jugado la baza del Cristianismo en contra del
Islam.
Posibles conflictos
entre Islam y Cristianismo en Africa
En Níger, Chad, Kenya y Tanzania Grupos de islamistas ponen en
tela de juicio la "laicidad de las instituciones del
estado"y reivindiquen el derecho a crear partidos religiosos
cuando es algo rechazado por sus Constituciones. Piden que se
introduzca el sistema islámico en la escuela pública,
acentuando así la formación arabo-islámica existente. Exigen
igualmente una legislación islámica en materia de estatuto
personal y familiar, así como en los sistemas judiciales
En el Islam de Africa Occidental existen dos tendencias: la
reformista que busca un "aggiornamento" del Islam y la
islamista, constituida por un conjunto de corrientes
minoritarias, que intenta imponer el Islam como único y
exclusivo camino en la vida económica, cultural, jurídica y
política de un país; se propone la arabización pura y dura
para llegar a una verdadera sociedad islámica. La propaganda
islamista presenta al Islam como la única fuerza capaz de unir
al continente y devolverle su identidad. La estricta observancia
de un código moral islámico solucionaría la pobreza, la
corrupción, la delincuencia. La difusión de estas ideas está
dividiendo a las comunidades musulmanas y crea tensiones entre
musulmanes y cristianos.
Por su parte nuevos movimientos religiosos cristianos prestan un
matiz político a ciertos textos bíblicos: el gran enemigo, que
hasta un momento dado era el comunismo, pasa a ser el Islam y
favorecen la antipatía hacia los musulmanes que constituyen,
según ellos el imperio de Satán
El futuro de la convivencia va a depender de la capacidad de
colaboración entre religiones y entre étnias diferentes o bien
de los enfrentamientos entre ellas. Es de prever que en los años
venideros surjan conflictos en nombre de la religión. Los
conflictos políticos o económicos tenderán a disfrazarse de
conflictos religiosos. Y sin embargo el Cristianismo y el Islam
pueden ser un factor de desarrollo y es de esperar que sigan
siéndolo.
Bartolomé Burgos.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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