Santiago Matamoros (Escuela Cuzqueña)
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Reflexiones en torno a algunos aspectos de la actualidad nacional y de la vida eclesial española: entrevista al Presidente de Foro Arbil.
Ofrecemos una reflexión en torno a algunos acontecimientos acaecidos a lo largo del último año. La sociedad española, la Iglesia católica y el propio Foro Arbil; según el juicio del Presidente de nuestra asociación
Hemos querido reflejar, en una entrevista
con el Presidente de Foro Arbil, ya conocido por nuestros
lectores merced una entrevista publicada hace justo un año en
este mismo medio, las inquietudes que mueven el trabajo de los
integrantes de nuestra asociación. Muchos han sido los
acontecimientos vividos por la Iglesia española en este año y,
por ello, llegado el paréntesis del verano, hemos querido
reflexionar junto a nuestro Presidente a través de un diálogo
abierto.
Pregunta: En algunos ambientes católicos se
tiene la impresión de que se ha desatado una ofensiva contra la
Iglesia católica española. Parece que la Iglesia interesa al
poder dominante únicamente en tanto "bendiga" los
valores comunes y las iniciativas de ellos derivados. Pensamos,
en concreto, en las críticas efectuadas ante la presunta
pasividad de la Iglesia ante el terrorismo, la polémica sobre la
presunta "excomunión" a los terroristas, los abusos
sexuales a religiosas africanas, etc. ¿Comparte ese juicio?:
Respuesta: No cabe duda que, por desgracia, a
cuenta del relativismo, resulta fácil hacer una noticia de casos
concretos. Sin embargo, persiste un olvido marcado hacia los
centenares de misioneros asesinados, la lucha de católicos
seglares contra la mafia y los grupos terroristas... La Iglesia
es un gran poder social y su independencia es tomada como un
peligro en cuanto se convierte en portavoz de los humildes, los
indefensos, los marginados, los no nacidos, las víctimas...;
pero es que además es la única que defiende la integridad de la
persona humana ante posibles degradaciones, como la clonación de
un ser humano.
P.: Aparentemente, el catolicismo español no
tiene fiel traducción en la vida política española. Algunos
movimientos, por el contrario, parecen indicar que "algo se
mueve", en el seno del catolicismo español, en particular
entre los nacidos en los años 60 y 70 agrupados en diversas
entidades católicas de variado carácter. Lo anterior, ¿se
trata de fenómenos aislados o, por el contrario, expresan un
malestar que precisa de cauces concretos y eficaces?
R.: La situación actual por la que atraviesa el
mundo es muy diferente a la posterior de 1945 y comporta, por
tanto, una respuesta novedosa del catolicismo. Estamos viviendo
en España una adaptación a esas circunstancias nuevas, lo que
determina la creación de nuevos cauces que se adapten y
respondan a las demandas de la sociedad y, lógicamente, sus
protagonistas son una generación joven, participativa, pero con
una vivencia contrastada en su vida profesional y de Fe.
P.: La Iglesia posee Universidades, periódicos,
emisoras, colegios, hospitales. Pero, ¿existe, todavía, un
pueblo católico detrás?:
R.: Desde luego que existe, pero la confusión
de las últimas décadas ha propiciado experiencias que han
puesto alguno de estos instrumentos en manos de enemigos de la
Iglesia; junto la ausencia de vocaciones, la pérdida de control
de algunos medios y el ambiente hostil, todo ello marca la
necesidad de sobrevivir. Sin embargo, se está viviendo una
primavera espiritual y la existencia de un pueblo católico que
late con un corazón joven en sus encuentros con el Papa. Por
otra parte, observamos una multitud de personas que van llegando
al mercado de trabajo con ganas de ser buenos profesionales y
ejercer, con su ejemplo público, de espejos de Cristo. Son la
savia que vivifica los instrumentos de la Iglesia.
P.: En los últimos meses ha aflorado una cierta
polémica entre algunos medios católicos y la masonería.
¿Tiene sentido, hoy día, entrar en ese tipo de cuestiones?
R.: Sí, la Iglesia como madre no puede
abandonar el consejo a sus hijos y sus doctores tienen la
obligación moral de orientar a los católicos sobre lo que
existe detrás de algunas organizaciones, para evitar confusiones
y malentendidos. La Masonería no es una ONG de ayuda social.
Está inspirada en unos valores ideológicos que fueron
planteados, en su tiempo, como alternativos a los católicos y
origen de una sociedad nueva donde la Iglesia no fuese una
realidad. Y esos valores no han cambiado. Con estos antecedentes,
es necesario orientar a las personas y conocer la realidad de
algunos compañeros de viaje de nuestra vida.
P.: ¿Podría resumir las principales
características de la encrucijada en la que se encuentra la
universidad española y, en particular, las universidades
católicas?
R.: Respirar con dos pulmones. Por un lado,
intentar como cualquier universidad del mundo ser la mejor en
calidad y formar unos estupendos profesionales. Por otro lado,
que esa eficacia formativa se encuentra unida a una presencia de
Dios en las personas. Que los alumnos vean que sus profesores son
profesionales y buenos católicos y que ellos en su vida
profesional deben cumplir con honestidad su trabajo, como
aquellos canteros del siglo XII que repujaban los últimos
detalles, inaccesibles a la simple vista, de los campanarios de
nuestras catedrales. Una universidad que sólo se preocupe de lo
profesional no sirve, pero si es católica y no tiene calidad,
tampoco.
P.: Dada su vinculación personal con el País
Vasco y Navarra, ¿qué juicio le merece la actual situación de
la Iglesia, de la sociedad y de la política en esos
territorios?:
R.: De profundo cambio. La sociedad vasconavarra
ha rechazado la violencia terrorista de manera contundente y el
nacionalismo se mantiene como principal generador de prebendas.
Sin embargo, la polaridad social surgida por la intransigencia
del Pacto mal llamado de Estella y el mantenimiento del PNV como
partido monopolizador del sentido nacionalista obliga a un
entendimiento para evitar el enfrentamiento. La Iglesia juega a
ser el engarce de unión de las dos sociedades sin comprometerse
nunca con una de las partes, como hasta ahora había pasado.
P.: Los integrantes de Arbil contraen
matrimonio, se comprometen profesionalmente, ingresan en
movimientos apostólicos. ¿No se encuentra Foro Arbil en una
encrucijada en la que, cuanto menos, su continuidad requiere
nuevas modalidades de vinculación?
R.: Arbil irá adaptándose a las necesidades
según sus miembros vayan respondiendo a ellas. En este momento
Arbil cumple perfectamente los motivos por los que fue fundado y,
entre ellos, nunca ha estado el ser un movimiento carismático,
aunque uno de sus fines sea apostólico. En ese sentido, creemos
que la acción que propicia Arbil, necesariamente tiene que estar
alimentada por la oración y gran parte de nuestros miembros
pertenecen, de manera individual, a diferentes movimientos de
carácter carismático que les ayuda en ese sentido.
P.: En los orígenes de Foro Arbil existe una
amistad que, pese a todas las vicisitudes vividas, se prolonga en
el tiempo. Para que esa amistad se mantenga, crezca y produzca
frutos, ¿no sería conveniente alimentarla con una tensión
organizativa centrada en unos actos muy concretos a lo largo del
año y que sean ocasión de reencuentro y toma de pulso de todos
los amigos de Arbil?:
R.: Desde luego, toda familia que crece necesita
de unas fechas de referencia para verse. En ese sentido, sin
pretenderlo, se ha ido consolidando diversos encuentros
periódicos. Sin embargo, estos encuentros para que sean vivos
han de surgir de la base, como hasta ahora, y servir de encuentro
entre los miembros más antiguos y los bisoños.
P.: Las relaciones con "Profesionales por
la Ética" y la "Asociación Católica de
Propagandistas" se han estrechado a lo largo de este año.
El futuro de Arbil, ¿pasa por integrarse en entidades superiores
o en mantener su historia de amistad que es la base de nuestra
realidad?
R.: Eso el tiempo lo dirá; de momento la
colaboración ha servido, sin afán de protagonismo, para ayudar
a plantear y realizar diferentes actividades comunes. Arbil nunca
ha pretendido perpetuarse, sino cumplir con unas funciones que la
sociedad demandaba en su momento. Por tanto, nuestro Foro se
mantendrá siempre que sea necesaria su participación en la vida
pública católica. El que se fusione con movimientos hermanos, o
desaparezca, vendrá de la necesidad del momento y la voluntad de
sus miembros.
José Basaburua.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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citando su origen.