|
Alberto Buela: El hombre y su obra.
Sus aspectos bio-bibliográfico, filosófico, metapolítico y ántropo-cultural
Aspecto Bio-bibliográfico
La fenomenología como método y el acceso a la moda Heidegger de
los años 60 en la Universidad de Buenos Aires, a través de
Aristóteles y Hegel, han signado el pensamiento de Alberto Buela
(Buenos Aires, 1946). Pero al mismo tiempo el carácter
profundamente comprometido con los destinos de su tierra y su
pueblo lo obligan a un doble esfuerzo filosófico y político que
él logra plasmar, en su aporte más personal y peculiar, con la
creación de la metapolítica como materia interdisciplinaria a
partir de 1994 luego de un cuarto de siglo de esfuerzo.
Su producción filosófica nace con la publicación en forma de
libro de su tesis de licenciatura sobre El ente y los
trascendentales (1972) que lleva el prólogo del P. Julio
Meinvielle el gran contradictor americano de Jacques Maritain. El
título y el prologista nos están indicando ya la primera
conformación filosófica de nuestro autor. Esto es, la
philosophia peremnis o clásica.
En este primer trabajo intenta Buela, más allá de la
exposición histórica del tema, mostrar la derivación
contemporánea de los trascendentales en la axiología. Es un
trabajo de intuiciones no desarrolladas en donde la influencia de
Aristóteles y Scheler se hacen sentir.
Viene luego su trabajo sobre El ente: Manifestación y
conocimiento (1975) en donde trabaja el tema de la dialéctica y
acción en Hegel y el conocimiento y método en el realismo
crítico. Comienza en este trabajo a utilizar la fenomenología
como método a propósito del tema de la acción en Hegel.
Sufre Buela, un paréntesis obligado en su producción que dura
siete años (1976-1983), mutatis mutandi, el lapso de tiempo de
la sangrienta dictadura militar en Argentina. Hombre de profundas
convicciones nacionales y populares, se inscribe en un peronismo
"sin aditamentos": ni socialista ni conservador. Esto
desvía parte de su esfuerzo sobre la filosofía pura, hacia una
producción político-social con trabajos sobre los poderes
internacionales en La Sinarquía y lo Nacional (1984), trabajo
considerado por el investigador estadounidense Joseph A. Page de
la University of Georgetown como el más serio en el tema. Otro
sobre La Organización sindical (1984) que lleva el prólogo de
Osvaldo Borda, otrora secretario general de la CGT y Aportes al
pensamiento nacional (1987), trabajo en donde analiza las
relaciones entre comunidad , sociedad y Estado y sus
características específicas.
En 1981 viaja a Bruselas, con un billete de avión pagado por la
CGT argentina, en ese momento clandestina, llevando la
representación de la Central Sindical ante la OIT, y se queda en
París donde es aceptado por el erudito Pierre Aubenque para
hacer el doctorado en la Sorbona con una tesis sobre el
Fundamento metafísico de la ética en Aristóteles, publicado
luego en forma de libro en 1986. Realiza, con motivo de esta
tesis, la primera traducción al castellano del Protréptico de
Aristóteles, publicada en 1983 y en segunda edición en 1992.
De regreso de Francia en 1983, retoma sus cátedras
universitarias en Antropología y Filosofía Antigua. Produce un
trabajo sobre Hegel, Derecho, Moral y Estado (1985), donde
intenta mostrar que allí, en la noción de Gattung, está la
génesis de la idea de comunidad organizada utilizada por el
peronismo como principio fundante de su ideología. Al respecto
afirmó el filósofo argentino don Andrés Mercado Vera "Ud.
pone de relieve la soterrada afinidad hegeliana del pensamiento
de Perón, así como la depuración popular a la que lo somete,
tácitamente, el conductor ... alguna vez yo también he
intentado indicar esta ignorada afinidad, que mucho a influido en
mi propia toma de posición política...lo incito a que siga
trabajando con igual fervor e inteligencia" (Bs.As. 6-1-86).
Publicado este último trabajo, comienza en Buela la etapa del
pensamiento americano que dura hasta el presente. Trabajos como
El Sentido de América (1990), con prólogo del historiador de la
filosofía argentina Alberto Caturelli; su voluminosa obra sobre
Pensadores Nacionales Iberoamericanos (1992), publicada por el
Congreso de la Nación con motivo de la Cumbre de Mandatarios
Iberoamericanos en Salvador -Bahía (Brasil), Ensayos
Iberoamericanos (1994) e Hispanoamérica contra Occidente (1996),
publicado este último en Madrid. Intercalados entre estos
trabajos tenemos las publicaciones de cátedra: Epítome de
Antropología (1993) y Estudios Griegos (1998).
Finalmente Buela fundó y dirigió desde 1994 a 1999 la primera
revista iberoamericana de metapolítica, disciplina de la que es
precursor en América y sobre la que está trabajando actualmente
para imponerla dentro de la curricula universitaria. Fruto de
este postrer trabajo es su libro Ensayos de Disenso, Barcelona,
(1999), que lleva el enjundioso prólogo del eminente filósofo
peruano Alberto Wagner de Reyna, introductor de Heidegger en
lengua española.
Aspecto filosófico
Si pretendemos ubicarlo dentro de una topología filosófica,
Buela se inscribe en un realismo crítico: la realidad es lo que
es, más lo que puede ser. Su método, se aprecia desde sus
primeras obras, es claramente fenomenológico. Destacándose en
sus escritos político-sociales el contextualismo en el análisis
de los temas.
En cuanto a la filosofía americana sus dos tesis principales
vienen a responder a las preguntas: qué es América y cuál es
nuestra índole. A la primera responde: "América, antes que
nada, es un espacio geográfico continuo que se ha diferenciado
del resto del mundo por su capacidad de hospedar (hospitari) a
todo hombre que como huésped (hospitis) viene de lo in-hóspito.
De la persecución, la guerra, el hambre, la pobreza, en
definitiva, de la imposibilidad de ser plenamente hombre.
América es pues 'lo hóspito'" (El sentido de América,
124). La respuesta a la segunda pregunta: qué es ser americano,
se halla en el análisis de los elementos estructurales de
nuestra conciencia que son el producto de la mixtura de dos
cosmovisiones la telúrica y la arribeña que forman un todo
natural en sí mismo que es la conciencia hispanoamericana
análogamente diferente de los elementos de que está compuesta.
De la cosmovisión bajo medieval poseemos el sentido jerárquico
y objetivo de los valores y teológico de orden a partir de la
idea de pertenencia existencial a una comunidad raigal. De la
cosmovisión aborigen perdura en nosotros la categoría de tiempo
como un madurar con las cosas. El tiempo de la conciencia
indoibérica, como para Martín Fierro, es sólo tardanza de lo
que está por venir y no time is money, de ahí que el discurso
ilustrado nos juzgue siempre erróneamente como idolentes,
perezosos o vagos (Cfr. "El tiempo americano" en
Ensayos de Disenso).
Aspecto
Metapolítico
Como dijéramos ut supra, Buela es el principal creador y
divulgador en Nuestra América de la metapolítica como ciencia
interdisciplinaria que tiene por objeto el estudio de las grandes
categorías que condicionan la acción política de los partidos
y gobiernos. Así las categorías de homogeneización cultural,
globalización, grandes espacios, identidad, alteridad,
pensamiento único et alia son estudiadas por esta nueva
disciplina desde una óptica nueva como lo es la del
"pensamiento encarnado" en su genius loci -clima, suelo
y paisaje-.
La primera tarea de la metapolítica es la desmitificación de la
cultura dominante (ponerla entre paréntesis) cuya consecuencia
natural es quitarle sustento al poder político. El segundo
momento es el planteo de la posibilidad de un pensamiento
alternativo.
Según Buela existen cuatro concepciones de lo que es
metapolítica: 1) La de aquellos que pretenden hacer
metapolítica sin política al estilo de nouvelle droite. 2) Los
que sostienen que debe hacerse metapolítica sin metafísica como
el filósofo Manfred Riedel y algunos analíticos . 3) Los que
afirman que metapolítica es la metafísica de la política y
acá se inscriben autores pertenecientes al denominado
"tradicionalismo filosófico" simbolizado por Evola,
Guenon, Schuon, Panunzio etc. y 4) Es la posición de Buela que
sostiene: "Como su nombre lo indica en griego thá methá
politiká, la metapolítica es la disciplina que va más allá de
la política, que la trasciende, en el sentido que busca su
última razón de ser, el fundamento no-político de la
política. Es una disciplina que tiene una doble faz, es
filosófica y política al mismo tiempo ... en cuanto disciplina
bivalente no es un pensamiento simplemente teorético sino que
exige abrirse a la acción política como productora de sentido
dentro del marco de pertenencia o ecúmene cultural donde se
sitúa el metapolítico" (Ensayos de Disenso, p.98).
Aspecto
Ántropo-cultural
Su insondable nostalgia telúrica al decir de Alberto Wagner de
Reyna hace de Buela un americanista al estilo de Pedro Henríquez
Ureña cuando sostenía que el pensamiento más universal es
aquel que al mismo tiempo se apoya en un más profundo arraigo
telúrico. Nuestro autor , que sin ser poeta , en algunos versos
sueltos nos lo deja saber:
La elevada perfección que la filosofía encierra,
No ha sido grito de guerra para arrancar de mi pecho
el gusto franco y derecho por las cosas de mi tierra.
Hombre, al mismo tiempo, de la ciudad y de el campo. Un orillero,
al decir de Borges, pues en ambos lugares puede vivir cómodo y
sin esfuerzo, Buela ha recuperado a través de sus propias
vivencias la clasificación de los caballos por medio de las
particularidades de sus pelajes. El método gaucho y aborigen de
la doma de potros. La existencia de una tradición nacional, más
allá del pensamiento político de sus miembros, que comienza con
el Facundo de Sarmiento, sigue con el Martín Fierro de
Hernández y concluye con El Payador de Lugones. Y sobre todo,
como aporte originalísimo, el juego hispano-criollo de la taba:
Sus antecedentes históricos greco-romano-hispanos, sus
fundamentos, sus reglas de juego y sus variantes. Este trabajo al
que renombrados criollistas como Martiniano Leguizamón o Justo
P. Sáenz no se aproximaron, ha hecho que su trabajo en este
campo sea insustituible.
Nora Pavón.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
La reproducción total o parcial de estos documentos esta a
disposición de la gente siempre bajo los criterios de buena fe y
citando su origen.