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Lech Walesa, el macabeo del Báltico .
Símbolo de la libertad en los países del Este antes de su polémica presidencia que decepcionó muchas esperanzas.
Lech Walesa nació el 29 de septiembre de
1943 en Popowo, provincia de Wloclawek, en el seno de una familia
campesina propietaria de intenso catolicismo y nacionalismo. Su
abuelo combatió en las filas del mariscal Pilsudski. Durante la
Segunda Guerra Mundial, su padre murió en un campo de
concentración alemán en 1945 por ser hermano de un partisano.
El hermano combatiente se casaría con la cuñada con la que
tendría tres hijos y adoptaría a los cuatro sobrinos, entre los
que estaba Lech.
El pequeño Lech estudió en una escuela de oficios metalurgia,
dibujo técnico y matemáticas, donde salió como electricista
industrial. Al terminar en 1961 encontró trabajo en el
departamento estatal de Agricultura y en 1967 emigró a Gdansk,
la antigua ciudad prusiana de Danzig, en la costa báltica, donde
se colocó de electricista en los astilleros Lenin y dos años
después se casaba con Danuta Golos. Para entonces el joven Lech
ya llevaba su poblado mostacho y al año siguiente era elegido
representante sindical. Su liderazgo sindical le llevó a ser el
presidente del comité de huelga de 1970 contra el alza de
precios en los productos básicos que llevó a la caída de
Wladyslaw Gomulka, el histórico dirigente comunista, pero que
sería salvajemente reprimida.
Lech Walesa convertido en un líder sindical hizo frente al nuevo
jefe comunista, Edward Gierek, sus críticas le llevaron al
despido en 1976. En el paro y trabajando de manera esporádica en
empresas hasta que le despedían por su militancia anticomunista,
Lech Walesa mantuvo a su familia numerosa y el protagonismo
sindical al hacerse cargo de los sindicatos libres del Báltico.
Walesa entró en contacto con el KOR, grupo opositor al régimen
que reunía a varios de los intelectuales de mayor prestigio
político: Adam Michnik, Jacek Kuron y Jozef Lipski.
En 1980 las huelgas y protestas obreras llevaron a Lech Walesa a
ser detenido en numerosas ocasiones convirtiéndose en un líder
nacional y obligando los obreros a las autoridades a su
readmisión en los astilleros. El triunfo obligó al gobierno a
aceptar las reivindicaciones obreras en torno a la sindicación
libre y el derecho de huelga. El 22 de septiembre de 1980 Lech
Walesa era elegido presidente indiscutible del sindicato
Solidarnosc, que reunirá a diez millones de afiliados. Este
movimiento sindical y anticomunista estaba inspirado en un
intenso catolicismo por su jefe, que oía misa todos los días y
el Papa, Juan Pablo II, recién elegido como primer Pontífice
polaco de la historia.
Sin embargo, Lech Walesa que contaba con el apoyo de las bases
fue favorable a una conquista graduada del poder. Mientras
algunos dirigentes sindicales preferían el enfrentamiento
directo con el régimen. Pero el líder sindical, con la
mediación de la Iglesia católica polaca, quería evitar una
intervención militar soviética como las ocurridas en Hungría y
Checoslovaquia. No obstante, el nuevo hombre fuerte el comunismo
polaco, el general Wojciech Jaruzelski, decretó la ley marcial,
la prohibición de Solidaridad y la detención de sus líderes.
La campaña interncional llevaba a cabo por su mujer tuvo efecto
y Lech Walesa obtuvo en 1983 el Premio Nobel de la Paz.
Su protagonismo internacional le convirtió en una persona
vigilada pero intocable para el sistema comunista. El propio Lech
Walesa moderó su actitud para relajar la tensión y que el
régimen adoptase una política menos represiva. El cambio
protagonizado en la URSS por Mijail Gorbachov obligó a los
comunistas polacos a virar hacia un apolítica aperturista y
dialogante con la oposición. En los inicios de 1989 Lech Walesa
encabezaba las negociaciones con las autoridades comunistas que
llevaban a la legalización del sindicato y a la aceptación de
unas elecciones semidemocráticas. En éllas el 35 % de los
escaños fueron de elección libre, que fueron copados por los
candidatos de Solidaridad. El nuevo presidente del gobierno era
el intelectual católico Tadeusz Mazowiecki, aunque el resto de
los cargos quedaron bajo las manos firmes de los comunistas y sus
aliados.
Desde su liderazgo sindical Lech Walesa criticó a su antiguo
compañero por su alianza con los comunistas y por el hundimiento
de la economía polaca. A finales de 1990, Lech Walesa entraba en
política presentándose a presidente de la república. Los
principales dirigentes sindicales le abandonaron y apoyaron al
gobierno. Lech Walesa con el apoyo de los obreros y un discurso
centrado en el catolicismo, en el nacionalismo polaco y la
derecha política de siempre consiguió el 39'9 % en la primera
vuelta y el 74'2 % en la segunda vuelta. En su toma de poder
recibió el testigo del último representante del gobierno
nacional polaco exiliado en Londres desde 1939.
Sin embargo, los cinco años de su mandato fueron polémicos al
intentar conducir Polonia a un sistema presidencialista en
consonancia con el espiritu católico del país. La oposición
comunista y de los elementos liberales de sus antiguos
colaboradores propició la fragmentación y desvertebración de
Solidaridad en numerosos grupos políticos que iban desde la
socialdemocracia hasta la derecha nacionalista. En 1995 perdió
en la reelección ante el candidato comunista con un 48'2 %,
siendo únicamente apoyado por el Bloque no partidista de apoyo a
las reformas. Perdida la reelección, volvió a ocupar su puesto
de electricista en Gdansk. A pesar de todo, Lech Walesa no
abandono su protagonismo político y propició el reagrupamiento
de los diversos grupos procedentes de Solidaridad en la nueva
Acción Electoral de Solidaridad. Esta coalición de derecha
ganaría las elecciones generales de 1997.
En el mismo año Lech Walesa sería elegido presidente del Forum
Democrático de Europa Central, organismo que agrupa a los
partidos democristianos y liberales de la antigua Europa
oriental. En 1998 Lech Walesa crea la Democracia Cristiana de la
III República como partido inspirado en los valores católicos.
Sin embargo, en las elecciones presidenciales de 1999, Lech
Walesa fracasó en el intento de unir a la derecha polaca. Marian
Krzaklewski obtuvo el apoyo de la Alianza de Solidaridad y el
fundador de Solidaridad se vió sólo ante la competición
presidencial. Finalmente, el candidato comunista ganó a ambos
contendientes, quedando lech Walesa con un 1'1 % de los votos. La
derrota retiró a Lech Walesa de la vida pública polaca y
obligó a la derecha polaca a una nueva reorganización sin su
líder más carimático.
J.L.O.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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