Si naciste en España después de
1985 eres un superviviente con suerte Uno de cada tres niños concebidos es asesinado con la complicidad del Estado, de sus Gobiernos, de su Parlamento... y con tu dinero |
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Protege tu fertilidad .
El voluntarismo ideológico no cambia la biología, y a pesar de los avances técnicos, cada función tiene un periodo vital.
Hace unos días, mis ojos paseaban
distraídos por los innumerables productos que se exponían en
las estanterías de una farmacia, mientras esperaba a que el
dependiente localizara mis medicinas. De repente, mi mirada se
detuvo en unas pequeñas cajas de llamativos colores. Palabras
como "defensa" y "control" aparecían junto a
dibujos de un niño que asomaba bajo las gruesas líneas de un
aspa roja. Las cajas contenían preservativos. El mensaje entró
de manera subliminal: "Controla tu reproducción", que
equivaldría a "defiéndete de" o "elimina"
tu fertilidad.
Pocos días después, leí unas noticias que trajeron a mi
memoria ese mensaje poderoso de las cajas de bolsillo.
Durante el pasado mes de noviembre, los pasajeros de autobús de
las ciudades de Nueva York, Seattle y Chicago pudieron leer unos
anuncios especialmente llamativos. Bajo la firma de la
Asociación Americana de Infertilidad y la Asociación de
Medicina Reproductiva, un dibujo de un biberón invertido con
forma de reloj de arena, atraía la vista del viajero. Junto a
él, una frase que invitaba a la reflexión: "Las mujeres de
entre 20 y 30 años tienen más probabilidades de concebir".
Puede parecer un mensaje obvio, pero hoy en día no se puede dar
nada por supuesto. Vivimos en el mito del "eterno
progreso", por el que tendemos a confiar que los avances
científicos y técnicos podrán resolver cualquier problema de
nuestra vida. Continuamente leemos en los periódicos que mujeres
en torno a los 40, después de una vida cosechando éxitos, se
deciden por la maternidad. Y muestran sus rostros sonrientes
junto al de rosados bebés. Annette Bening, Jane Seymour, Jodie
Foster, Madonna... no son treintañeras, lo sabemos. Pero pocas
admitirán haber recurrido a tratamientos de fertilidad,
fecundación in vitro e incluso a madres de alquiler.
Parece que se nos ha vendido muy bien la idea de que vivimos en
un "control" absoluto de nuestra "vida
reproductiva": que podemos defendernos de nuestra fertilidad
durante años, para luego recurrir a ella en cualquier momento.
Somos la generación del "lo quiero todo", y a veces
parecemos creer que ser madres es lo que viene después de todo
lo demás.
Por su parte, los especialistas que se preocupan por colgar tales
anuncios en la calle, se muestran alarmados por este falso
sentido de seguridad de sus pacientes, que se desploman al
descubrir que la biología ha decepcionado sus expectativas, y
deben enfrentarse al drama de la infertilidad. Pero hay verdades
inmutables: nacemos con un número limitado de óvulos, cuya
calidad genética y viabilidad se reduce con la edad. Para la
mayoría de mujeres, la fertilidad comienza su inexorable declive
al inicio de los 30; tiene una gran caída a los 35, y se
precipita a los 39. A partir de ahí, prácticamente desaparece.
Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo con airear esas
verdades. Las instituciones patrocinadoras de la campaña
tardaron en encontrar una agencia de publicidad dispuesta a
colaborar. Y las portavoces de ciertas organizaciones feministas,
pusieron el grito en el cielo
"¡es absurdo!".
Pero, ¿calificaríamos de absurdo un diagnóstico médico? Y no
admitir nuestras limitaciones biológicas, ¿qué sería? ¿Y
llamar al aborto "salud reproductiva" cuando no es
saludable para nadie, y menos, reproductivo? ¿Cuántos absurdos
hemos incorporado a nuestra forma de pensar?
Sólo cuando se unen en nuestra mente todos estos mensajes,
podemos darnos cuenta de que tan absurdo es identificar el
embarazo con una enfermedad a controlar, como la ingenua creencia
de que la maternidad es absolutamente controlable.
¿Es razonable que las mujeres nos pasemos media vida evitando el
embarazo y unos pocos años sometiendo nuestro sistema
reproductivo a artificiosos manejos para obtener el fruto
largamente pospuesto?
Carlota de Barcino, Mujer Nueva.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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