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Editorial.
La sociedad española está enferma por
dos causas: ausencia de claridad ideológica y confusión de
criterios morales. La juventud, de un modo muy especial, acusa la
ausencia y la confusión aludidas, como revela su incertidumbre,
sus posiciones dubitativas, su asepsia doctrinal, por un lado, y
sus comportamientos hedonistas, marginados de toda apelación y
contraste con la ética, de otro.
Esta situación generalizada tiene, gracias a Dios, sus
excepciones esperanzadoras y operantes, pero, como es lógico,
debe inquietar a quienes, desempeñando algún tipo de
magisterio, la contemplan.
La inquietud, sin embargo, no basta. Por si solo lleva de un modo
inexorable al desequilibrio del que la siente y la acusa. Seguida
de una reacción serena, puede movilizar voluntades para
enfrentarse con la situación que se deplore y superarla.
Dentro de nuestras posibilidades modestas debemos sentirnos
obligados a enrolarnos en las filas de los inquietos y
movilizados para la lucha contra la ausencia de claridad en la
doctrina y la confusión moral reinantes.
Todos los valores por los que esta revista apuesta se fundamentan
en el presupuesto previo del derecho a la vida y los deberes que
la vida comporta.
El debate se ha planteado, más agudamente que en otros tiempos,
sobre el tema de la vida, y la discusión del mismo tema a la luz
de los cambios que se están imponiendo en los ordenamientos
jurídicos y en los hábitos sociales de los pueblos, impulsados
a nivel mundial por la coincidencia de los intereses ideológicos
de quienes dirigen ciertos organismos internacionales y los
intereses económicos de las transnacionales.
En el campo político, la coincidencia generalizada en muchos
países en las diversas cámaras legislativas de los partidos
tradicionalmente agnósticos y de partidos llamados de
"inspiración cristiana", ha facilitado, sin oposición
eficiente, la legalización de los anticonceptivos y del aborto,
y están dando pie a la elaboración de anteproyectos sobre la
eutanasia y la fecundación in vitro.
Los que quieren proteger el derecho a vivir deben preocuparse de
la anticoncepción, de la esterilización y del aborto, que
niegan las fuentes de la vida, o la destruyen cuando se halla en
proceso de gestación, y de la inseminación artificial y de la
fecundación "in vitro", que pretenden conseguir
inhumanamente la vida humana, y que tantos y tan graves problemas
suscita, no sólo en el campo de la moral, sino del derecho, de
la medicina, de la sociología y de la psicología, y de la
llamada "muerte digna" o "decorosa" a
petición del interesado, es decir, de la eutanasia; del suicidio
y de sus distintas modalidades, defendido como un derecho y, por
desgracia, cada día más frecuente; pues en todos esos campos
está siendo atacado.
El enfoque moral de todas y cada una de estas cuestiones, su
admisión o su rechazo en términos absolutos, o los requisitos
que han de exigirse para aceptarlas moralmente, pero también el
traslado a las leyes de unos u otros criterios, la reacción
social y corporativa, los efectos a veces dramáticos en orden a
las costumbres, al descenso de natalidad, al envejecimiento de la
población y al egoísmo hedonista son problemas para
preocuparse, estudiarlos, difundirlos y buscar soluciones.
Debemos aclarar o fortalecer ideas y conocer lo que la moral
objetiva postula en los distintos casos.
Como católicos, estamos por la vida; porque la vida es un don,
es decir, una donación, una concesión, gratuita por tanto, de
la Providencia; porque la vida se muda por la muerte, pero no se
extingue y es, por lo mismo, eterna; porque esa ordenación de la
vida a la eternidad y al gozo del Lumen Dei, la confiere su valor
supremo; porque si ahí radica su valor supremo, conlleva en su
capítulo temporal, como vida en la carne, unos deberes cuya
síntesis podría estar en la frase evangélica: «no temáis a
los que puedan quitaros la vida del cuerpo, sino a aquéllos que
puedan arrebataros la vida feliz en la eternidad.».
Ayuda
a los hermanos argentinos, pero a través de las
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los políticos y la ineficacia burocrática de las
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Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
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