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Con la droga hacia el sida.
Para combatir la extensión de la drogadicción y sus consecuencias, en una sociedad permisivista, cultural y legalmente débil, con un segmento muy amplio de la población sin valores y expectivas trascendentes, solamente se aplica el "sanitarismo". Por ello las campañas contra la droga son solo parcialmente útiles pues no atacan el principal problema: ¿Que carencias personales empujan a la droga?
A más consumo de droga, directa o indirectamente, más sida. Por dos razones fundamentales debemos luchar contra la droga, por ser vehículo de transmisión del sida, y por ser elemento de degeneración personal y social. El sida, probablemente, de no haber sido por el consumo de droga, y por la extensión de otros hábitos degenerados del comportamiento humano, seguiría en estos momentos recluido en unas desconocidas y pequeñas aldeas africanas
La extensión del
problema
Analicemos el tráfico y consumo de droga, en cualquier
continente o país del mundo, comparando lo que hay con lo que
había, por ejemplo, hace sólo 30 años. Aquello que algunos
consideraba moda pasajera de algunos melenudos, se ha salido de
madre: desaparecieron las melenas, pero la droga siguió
creciendo.
La prueba más escandalosa de lo extenso del problema es que
además, hasta se escucha hablar de legalización, llevados por
aquel sofisma de que cuando no puedes con un enemigo, debes
pasarte a su bando.
Según el Observatorio Europeo de la Droga y la Toxicomanía en
su informe anual sobre el problema de las drogas en la Unión
Europea, difundido el 22-11-1999 en Berlín, España estaba a la
cabeza de Europa en nuevos casos de SIDA por todas las vías de
contagio, y ocupa también el primer lugar en incidencia de
contagios entre los toxicómanos que se inyectan por vía
intravenosa. Este informe revelaba que, en nuestro país, el 32
por ciento de los toxicómanos por vía intravenosa estaban
infectados con virus del SIDA, registrándose notables
diferencias entre los diferentes países de la UE, donde cada
año mueren entre seis y siete mil personas por abuso de drogas.
Así, y a considerable distancia de España, el país que nos
seguía en número de infectados entre los toxicómanos era
Francia, con un porcentaje que oscilaba entre el 15,5 y el 18,3
por ciento. En la otra cara de la moneda figuraban Irlanda, con
el 0,9 por ciento y el Reino Unido, con el 0,1.
El informe de la UE señalaba de nuevo a España a la hora de
subrayar el elevado comportamiento de riesgo detectado entre los
toxicómanos que se inyectan y que se encuentran en las
cárceles. Los datos decían que el 79 por ciento de ellos se
inyecta en prisión, un 10 por ciento comenzó a hacerlo en la
cárcel y el 32 por ciento compartieron material fuera de ella. A
pesar de que las drogas sintéticas están en plena expansión y
de que el cannabis es la sustancia más consumida en toda la UE
(se calcula que más de 40 millones de personas podrían haberla
probado), el informe señalaba que la heroína es la que produce
más daños físicos, psicológicos y sociales. Se cree que entre
4 y 5 millones de europeos la han probado.
En Europa, desgraciadamente ya hay leyes permisivas con la droga,
y así es varios países se persigue y penaliza la droga, sin
embargo, el consumo es legal. Afortunadamente, siguen parándose
los intentos de legalizar aún más la entrada de la droga en
nuestras sociedades. Por ejemplo, a finales de Marzo del 2000
Gran Bretaña rechazaba la liberalización de las leyes sobre
drogas. El gobierno inglés decidió rechazar las recomendaciones
de una "investigación" que recomendó la
liberalización de las leyes sobre la droga. Como informó el
"Telegraph" (29/3/00) el informe recomendó mayor
flexibilidad en las leyes que mandan a la cárcel a las personas
culpables de poseer drogas como éxtasis, LSD y marihuana. El
comité que investigó la cuestión opinó que la posesión de
esas drogas debería ser castigada sólo con multas. Además,
recomendó incluso que las penas por posesión de heroína y
cocaína deberían reducirse drásticamente. Sin embargo, el
gobierno declaró que no aceptaría las recomendaciones que
algunos consideraban como el primer paso hacia la completa
despenalización. Asimismo representantes de la policía
comentaron que, al cambiar las leyes como el informe sugiere, se
haría muy difícil arrestar a las personas por tenencia de
drogas.
Desgraciadamente, la campaña de introducción de la droga no se
desanima, y como siempre se ha hecho, primero lo intenta con algo
aparentemente pequeño, la droga blanda, la marihuana. Desde hace
unos años, todos podemos ver camisetas regaladas a los jóvenes,
para que de forma gratuita difundan por las calles su afición a
la hoja de cannabis.
Un servicio de la agencia de noticias Zenit, del 2 de Junio del
2001 hacía un fiel análisis de cómo en muchas partes del
mundo, las campañas que promueven la legalización de la droga
van en aumento.
En Canadá, el Diario de la Asociación Médica Canadiense
sugería en un editorial que la posesión de cantidades limitadas
de marihuana podría ser despenalizada. Según el «National
Post» del 15 de mayo del 2001, el editorial mantenía que esta
droga tiene un riesgo «negativo mínimo» para la salud cuando
se usa con moderación. Además, la mitad de las detenciones por
drogas en Canadá son por posesión de pequeñas cantidades de
marihuana, indica el diario, y a menudo llevan a multas o
periodos de cárcel y a un récord de delincuencia. Se estima que
unos 600.000 canadienses tienen antecedentes delictivos por
posesión de marihuana. Sólo en 1998, 19.200 adultos y jóvenes
fueron acusados de posesión de marihuana.
Dr. John Hoey, editor de la publicación, dijo que de todas las
drogas que usa la gente por sus efectos «psicoactivos», la
marihuana parece ser la menos perjudicial. Sin embargo, Hoey
admite que hay alguna preocupación de que fumar marihuana puede
conducir a otras drogas y que la inhalación del humo produce
algún daño. De cualquier manera, según informa el «Globe and
Mail» del 28 de mayo, la Asociación de la Policía Canadiense
no está de acuerdo con la propuesta de legalizar la marihuana.
El grupo, que representa a 30.000 policías, estará presente en
la Comisión especial del Senado sobre Drogas Ilegales con una
intervención que subraya los peligros de la despenalización de
la droga. La Cámara de los Comunes votó que se creara la
comisión, que tendrá un plazo de 18 meses para estudiar las
leyes sobre droga, como parte de una revisión de la política
canadiense sobre sustancias estupefacientes.
La asociación policial indica que hay «cada vez menor
percepción del riesgo de daños en el uso de drogas, y una cada
vez más débil desaprobación moral del empleo de estas
sustancias». Pero, según Dale Orban, director de la
Asociación de Policía Regina, «el coste de la
liberalización de la droga será astronómico, no sólo en
cuanto a atención sanitaria y servicios sociales, sino también
en términos auténticamente humanos».
No existe un uso seguro de las drogas ilícitas, incluyendo la
marihuana, añadió, porque la marihuana interrumpe la actividad
cerebral, abarcando el razonamiento, la concentración y la
memoria reciente. Canadá debería aprender de los errores de
otros países, tales como Holanda, que -dijo- ha llegado a la
conclusión de que el delito, la violencia y el uso de drogas van
de la mano. Orban urgió a Canadá a seguir el ejemplo de Suecia,
que adoptó una estrategia de erradicación de la droga después
de políticas más permisivas en los años sesenta y setenta.
En Europa hay más facilidades. Las leyes contra el uso de la
marihuana en Europa continúan relajándose. En Suiza, según el
«New York Times» del 25 de marzo del 2001, las autoridades
están haciendo la vista gorda al uso de la marihuana, al menos
en algunas zonas. En la zona de Suiza que rodea a Berna, hay una
actitud tolerante hacia la droga. Pero las leyes se aplican más
estrictamente en la parte occidental francófona del país.
Un sondeo gubernamental de febrero del 2001 comprobó que uno de
cada cuatro de los siete millones de habitantes ha fumado
marihuana. Entre los 90.000 que se estima la fuman diariamente,
cerca de un tercio son adolescentes. Otras 500.000 personas se
piensa que la fuman de manera ocasional.
En marzo, los funcionarios anunciaron que había que inclinarse a
la «realidad social» y que se deberían dar pasos para eliminar
las penas por consumo de marihuana y hachís, y levantar algunas
restricciones a su venta y producción.
La decisión está en el punto de mira de algunas agencias de la
ONU, que eran ya críticas con el programa suizo que proporciona
jeringuillas y heroína a algunos adictos endurecidos, en un
esfuerzo por reducir la criminalidad y la difusión del sida.
Los cambios propuestos, que no es probable que entren en vigor
hasta 2003, han despertado inevitablemente la comparación con
Holanda, donde las «cafeterías» de marihuana se han convertido
en parte de la identidad nacional. La apertura controlada en
Suiza al mercado del cannabis, una vez que se apruebe por el
Parlamento, podría ir más allá de la ley holandesa, donde el
consumo de cannabis está despenalizado sólo en parte.
Pero la aprobación de la iniciativa por el Parlamento está
lejos de ser segura. El Partido del Pueblo Suizo dice que
luchará contra cualquier cambio en un referéndum nacional. En
1998, los votantes rechazaron una iniciativa más amplia para
legalizar el consumo de droga.
En el resto de Europa, según un artículo de «El País» del 7
de mayo del 2001, sólo cuatro estados miembros de la Unión
Europea -Suecia, Francia, Finlandia y Grecia-, siguen penalizando
con cierta severidad el uso de marihuana. En otros países el uso
de cantidades limitadas de marihuana para consumo personal no es
materia de delito o las sanciones son desdeñables.
En España y en Italia hay multas por su uso, sin embargo no
implican una decisión judicial que provoque antecedentes
penales. Otros, como Bélgica y Luxemburgo, están en proceso de
cambiar las normas con el fin de permitir el uso de la marihuana.
En Irlanda sólo la posesión, y no el uso de la droga, está
penalizado. Mientras que en Alemania, Austria y Dinamarca, las
autoridades permiten la posesión y el uso de pequeñas
cantidades de marihuana.
En Holanda, si las últimas propuestas van adelante, la venta de
marihuana será estimulada con la apertura de negocios a los que
se puede acceder conduciendo. Según el «New York Times» del 28
de mayo del 2001, la ciudad de Venlo desea abrir dos tiendas en
las que los «turistas de la droga» puedan comprar pequeñas
cantidades de marihuana y hachís sin tener que bajarse del
coche. Venlo tiene cinco cafeterías con licencia en las que los
clientes pueden servirse sus marcas favoritas de marihuana y
hachís, y tiene una afluencia constante de compradores alemanes
que cruzan la cercana frontera. Como resultado, la ciudad está
ahora plagada de traficantes ilegales de droga.
Según Elke Haanraadts, el responsable del proyecto municipal, la
idea es situar las tiendas de droga para conductores fuera de la
ciudad, incluso más cerca de la frontera alemana, que está a
media milla. La esperanza es que los traficantes se vayan
también fuera de la ciudad.
En Estados Unidos las leyes siguen siendo más estrictas. La
tolerancia al uso de marihuana con fines terapéuticos fue
prohibida por el Tribunal Supremo el 14 de mayo del 2001. Según
el «New York Times» del 15 de mayo, el Tribunal, en una
decisión de 8 a 0, sentenció que la ley federal no permite una
excepción por «necesidad médica» a la prohibición de la
distribución de marihuana.
La sentencia no cambia las iniciativas en algunos estados para
permitir el uso de marihuana con fines médicos. El tribunal
sentenció que la inclusión de la marihuana por parte del
Congreso en la lista de drogas "Schedule I" bajo la Ley
de sustancias controladas significa que «no se acepta
actualmente el uso médico en tratamiento en Estados Unidos».
Alaska, Arizona, Colorado, Oregón y Washington, sumándose a
California, Nevada y Maine, han aprobado iniciativas para el uso
de la marihuana con fines médicos en los últimos años. Los
partidarios del uso de la marihuana en medicina dicen que esta
campaña podría continuar a pesar de la decisión del Tribunal
Supremo.
Sanitarismo
Se está dando en llamar sanitarismo a aquella doctrina, hija del
positivismo, que practican muchos médicos y políticos,
consciente o inconscientemente, por la que consideran que todos
los problemas en relación a la salud, los puede resolver un
médico. ¿La gente se droga?: hagamos que se droguen sin
aparentes riesgo a terceras personas, con "reducción de
daños", etc. ¿qué los toxicómanos delinquen para
poder comprar la droga?, se la damos gratis, llevándosela a
casa, incluso.
Así pues, llevados por esta forma de pensar, han ido apareciendo
por diversos lugares del mundo, sobre todo por lo países que se
autodenominan desarrollados, diversos sistemas de servicio a
domicilio de la droga.
En Holanda comenzaron las narcosalas. En Amsterdam, el
Ayuntamiento empezó a abrir en 1998 tres centros para
drogodependientes sin hogar que podían consumir droga bajo el
estricto "control" de un grupo de "asistentes
sociales". Pero Holanda se está cuestionando la
permisividad. Una agencia de prensa informaba que en Marzo del
año 2000, los socialistas y liberales holandeses querían poner
fin a los "coffeeshops", donde se puede comprar
legalmente la marihuana. El Ministro de Justicia publicaba en
abril del 2000 nuevas normas, más estrictas, sobre la política
de venta y de consumo de las drogas blandas. "Primero
empezamos tolerando centros de droga para jóvenes, después los
criminales se adueñaron de ellos para enriquecerse y ahora
prácticamente toleramos la organización de redes
criminales", decía Rob Hessink, uno de los altos
cargos de la embajada de Holanda en París, a sus compatriotas.
Rob Hessink, antiguo jefe de policía de Rotterdam, luchador de
primera hora por la legalización de las drogas, es actualmente
diplomático en Francia, el país que más duramente ha criticado
la política de drogas de los Países Bajos.
La experiencia en Suecia es clarificadora. Según señaló Eva
Brannmark, responsable del departamento antidroga de Estocolmo,
las investigaciones llevadas a cabo en su país por el siquiatra
Nils Berejot demostraron que el número de consumidores de droga
crecía o disminuía según el grado de permisividad de las
leyes, y que la droga figuraba entre las primeras causas de
delincuencia. El doctor Berejot, asesor de la policía sueca,
llevó a cabo un trabajo único en su género que fue decisivo
para que en Suecia, en las intenciones de sus gobernantes, pasar
de ser un "paraíso de la droga" (1965) a un
país "libre de droga" (1977). El doctor Ulf
Rydlerg, toxicólogo del instituto Karolinska, subrayó por su
parte que hoy está comprobado que "hacer difícil o
penalmente arriesgado el acceso a la droga hace que renuncie a
usarla el 50% de los consumidores, que lo son
ocasionalmente".
Como resumen de las malas experiencias de distribución de droga,
recomendamos el libro de reciente publicación, "Drugs
Dilemma: A Way Forward" (ISBN 0-646-39664-1), el doctor
Joseph Santamaria ofrece estudios sobre los programas aplicados
en Suiza y otros países que ofrecen facilidades para inyectarse
o cambiar jeringuillas. El volumen presenta artículos de
expertos en el tratamiento de drogas.
Por lo que se refiere a la situación de Suiza, el libro ofrece
las conclusiones de un grupo de médicos suizos que afirman que
la política de liberalizar la droga en su país ha provocado el
aumento del número de adictos, así como infecciones del virus
VIH.
En la ciudad suiza de Zurich, por ejemplo, una clínica
administra heroína proporcionada por el gobierno. Los doctores
citan declaraciones del director general de la Organización
Mundial de la Salud en las que expresa dudas sobre la falta de
resultados proporcionados insuficientes para justificar el uso de
heroína en lugar de otros sustitutivos. Además se constata que
la clínica, que opera desde hace unos cinco años, no ha tratado
de liberar de su adicción ni siquiera a un solo usuario.
Santamaria revela también que un programa de distribución de
heroína aplicado en Merseyside, Gran Bretaña, no dio los
resultados esperados. En 1994, las autoridades cerraron el
experimento. El doctor Jonh Strang, jefe de la Unidad de
Investigación Clínica y Tratamiento de la Dependencia de Drogas
en el Hospital Maudsley de Londres, comentó que "es
improbable que el simple hecho de proporcionar drogas y
jeringuillas pueda lograr un adecuado y duradero cambio de
conducta".
El intercambio de jeringuillas, o distribución de jeringuillas
nuevas entre toxicómanos, pretende reducir las infecciones que
se derivan de compartir jeringuillas con quienes están
infectados con el virus VIH y otras enfermedades. Sin embargo,
según Santamaria, este objetivo no se ha cumplido. Explica que
en Australia, desde la introducción del programa de cambio de
jeringuillas, ha habido un enorme aumento de infecciones de
hepatitis C entre los toxicómanos. Aparentemente quienes reciben
las jeringuillas limpias también las comparten con otros.
Escribiendo en la revista "Drug Dilemmas", la doctora
Janet Lapley observaba que es difícil demostrar una relación
causal entre programas de cambio de jeringuillas y una reducción
en las infecciones del virus VIH. Es más, Lapley indica que un
programa aplicado en Vancouver, Canadá, indica que las
infecciones del VIH han aumentado con estas experiencias. Y esto
sucede a pesar de que el programa de cambio de jeringuillas
ofrece unos dos millones de jeringuillas al año.
Si el cambio de jeringuillas o la distribución de heroína no
dan resultados, entonces, ¿qué hay que hacer? Santamaria
sugiere que el modelo sueco podría tener más éxito. En los
años sesenta los suecos adoptaron una política de
liberalización de dogas, que consistía en la prescripción
médica de droga a los usuarios de inyecciones intravenosas. Sin
embargo en un par de años no solamente la población de adictos
aumentó sino también el número de delitos.
Se abandonó así la política liberalizadora y el gobierno se
propuso el objetivo de una sociedad libre de drogas. En vez de
optar por el cambio de jeringuillas y el suministro de drogas,
las autoridades ofrecieron servicios de desintoxicación y
centros de tratamiento residencial.
Santamaría hace notar que uno de los mayores argumentos usados
en favor de una política liberalizadora es que el mayor daño es
producido por la criminalización del uso de drogas ilícitas.
Sin embargo, indica, estas drogas no son dañinas porque son
ilegales. Más bien son ilegales porque son dañinas y causan
serios problemas sociales.
Varias entidades católicas se han visto tentadas a aplicar estas
medidas de sanitarismo, de suministro de droga
"controlada" a toxicómanos, y el Vaticano emitió un
decreto según el cual ninguna organización católica debería
participar en el ensayo de una sala de inyección legal de
heroína, alegando que sería involucrarse en la cooperación con
un "mal grave". La decisión fue emitida por la
Congregación para la Doctrina de la Fe. "...la buena
intención y la esperanza de buenos resultados no son suficientes
para pasar por alto el hecho de que constituye una gran
cooperación material al grave mal del abuso de drogas y sus
previsibles malos efectos". El documento explicaba que "uno
de los efectos nocivos más importantes de este servicio es el
escándalo, del que las Hermanas de la Caridad son conscientes y
sobre el que deberían tomar serias medidas. Sin embargo, la
cercanía de la cooperación de una institución católica con un
mal serio podría escandalizar a algunas personas, a quienes les
parecerá que se trata de una cooperación formal".
El documento admitía que un servicio de inyección supervisada
no es un caso de "explícita o implícita"
cooperación formal en el mal, pero insistía en que
"está fuera de duda" que implica "algún
grado de cooperación material en el mal del abuso de
drogas". Y mientras la cooperación con el mal puede no
ser formal, esto no significa que sea "moralmente
neutra". En todo caso es "en sí
indeseable" y debería ser evitada.
La oposición de la Iglesia a los medios permisivos de
tratamiento de drogas fue confirmada en un discurso de Juan Pablo
II. El pasado 19 de octubre del 2000, hablando en una audiencia
ante 35.000 ex adictos, miembros de la Comunidad Encuentro,
afirmó que la "droga no combate con la droga".
En su intervención, publicada en la edición semanal de
"L'Osservatore Romano" (3 noviembre), el pontífice
explicaba que "la Iglesia ha dicho en muchas ocasiones
que las drogas nunca son una solución". Indicó que la
Iglesia continuará oponiéndose a la liberalización de las
restricciones o la legalización de las drogas. Juan Pablo II
dijo a los ex toxicómanos que "la droga no se supera
con la droga sino que es necesario un amplio trabajo de
prevención para reemplazar la cultura de la muerte con la
cultura de la vida. Se debe ofrecer a la gente joven y a sus
familias razones concretas con las comprometerse y un apoyo
efectivo en sus problemas diarios".
Campañas contra la
droga
La lucha contra la droga requiere medidas políticas,
legislativas, sociales, educativas o incluso militares, como es
el caso de Colombia. Cada nación debe convencerse que este es
uno de los principales problemas que pueden minar las bases de
cualquier civilización y cultura. Si nadie cede en la lucha,
desde los padres a los más altos gobernantes, esperando que
otros hagan el trabajo sucio, no acabaremos nunca con la droga, o
al menos, no detendremos su continuo avance.
Nos detenemos ahora en unas consideraciones basadas sobre todo,
en los aspectos educativos, en los aspectos que se han dado en
llamar campañas contra la droga. Concretamos también al caso
español, aunque será muy extrapolable a la situación educativa
de cualquier nación.
El Plan Nacional sobre Drogas es el órgano oficial en España de
lucha contra la droga. Sus aciertos y defectos pueden ser
analizados por cualquiera. Pensamos que de lo que pueden presumir
actualmente es del gran número de detenciones de alijos de droga
realizados, aunque este mérito corresponda más al Ministerio
del Interior. Pero una cosa es la droga interceptada, y otra cosa
es la droga que pasa, y esta última parece que sigue en aumento
también.
Con respecto a la educación y prevención de los jóvenes es de
felicitar a este Plan Nacional en los aspectos divulgativos. Sin
embargo, desde el momento que quiere aprovechar las campañas
para luchar también contra el tabaco y el alcohol, lo que se
acaba recomendado, y el mensaje que cala es la moderación. El
mensaje que con la droga habría que transmitir sería el de la
droga ni tocarla, y con el alcohol y tabaco moderación. Desde el
momento que con una táctica envolvente, querida o no, se añade
al concepto de droga al alcohol y al tabaco, las campañas de
prevención no dan la eficacia deseada.
Se reconoce que las muchas campañas informativas para evitar que
los adolescentes caigan en el consumo de drogas no están
consiguiendo el efecto deseado. Se pretende informar al joven
sobre la droga, pero se olvida el formarle sobre la droga, lo que
es más importante. Según datos de la Unión Española de
Asociaciones y Entidades de Atención al Drogodependiente (UNAD),
de Mayo de 1999, el 27% de los 27.000 toxicómanos que han pasado
por los programas de atención de alguna de las 300 asociaciones
que la componen se inicia en el consumo de drogas antes de los 15
años, y el 49% entre los 15 y los 19.
Además, por primera vez, un porcentaje significativo, aunque
pequeño (1,36%), de drogodependientes cuya principal sustancia
adictiva la componen las drogas de síntesis, se ha hecho un
hueco en sus programas. Desde UNAD se pide el apoyo de las
familias para prevenir la drogadicción, y quizá lo que habría
que haber hecho es que los valores familiares no se hubieran ido
disolviendo como un azucarillo en el caos de la modernidad. Ahora
tocará reconstruir muchas cosas que llegaron a parecernos
ñoñas.
Ha habido campañas contra la droga realizadas en España que han
sido muy positivas, recordamos por ejemplo, aquella en la que un
joven respondía continuamente que no a sugerencias de amigos o
colegas. Otras campañas han sido más desafortunadas.
La campaña ministerial contra la droga en España, en el verano
de 1999 llevaba por lema : "¡ a tope sin drogas
!". Parece bueno el mensaje, ¿por qué drogarse?, !
vamos a vivir a tope sin drogas ¡. Pero esta campaña contiene
la doctrina propia de los tiempos modernos, a la que no se
sustrae : el hedonismo, ante él hay que arrodillarse. El
catecismo del hedonismo dirigido a los jóvenes les enseña que
vivan a tope, que nada les frene, que disfruten todo lo que
puedan y no se priven de nada, como si la vida acabara a los 30
años con la juventud. Solamente hay un árbol del que no deben
comer : el árbol de la droga.
¿Con esta doctrina hedonista sabrán los jóvenes distinguir ?,
¿y si nos responden que lo que verdaderamente les pone a tope es
la droga?, ¿qué se les podría decir entonces ?. Los jóvenes
habrán cogido parte del mensaje, el a tope ; y bueno, de la otra
parte, ya se sabe..., nadie es perfecto, hay que probar de todo,
y experimentarlo todo. Deben experimentar hasta situación
límite y próximas al suicidio, como lamentablemente mostraba un
spot televisivo. La traducción que se hizo de esta campaña
quería en el País Vasco quería decir más bien, a tope, sin
que falte la droga.
Lo que necesitan los jóvenes es que alguien les diga, sin
censuras, que la vida es como un buen vaso de vino, que deben
saborear a lo largo de la vida, a lo largo de la comida. Si
alguien quiere tomarlo todo de un trago, con intención de
gustarlo más, no lo consigue, y lo que sí es más probable que
consiga es una borrachera que le trastoque todo el sentido de la
comida, todo el sentido de la vida.
¿Por qué no enseñar a los jóvenes el disfrutar, pero no a
tope, sino con responsabilidad ?. ¿Por qué no enseñarles que
tienen muchos años por delante para disfrutar, y no hay prisa?.
¿Por qué no enseñarles que como verdaderamente se disfruta en
cuando uno es dueño de sus actos? . Se disfruta con el saber,
con la cultura, con un buen libro, con la música, con la
amistad, con el amor, con la familia, con las artes, con la
naturaleza, con el deporte, etc. Tampoco son muy positivas esas
otras campañas en las que el lema principal es "tu
eliges", como si el drogarse o no fuera una cuestión de
gustos. Es cierto que la campaña presentaba alguna cierta imagen
de lo negativo que es consumir, pero el lema de "tu
eliges" es incompleto, habría que haber añadido :
..."pero elige bien".
La campaña de finales del 2000 del Ministerio de Sanidad en
España, contra la droga, "entérate", sí que fue
positiva en general. Nos parece muy adecuado tratar de atajar
"la primera vez", o el "consumo esporádico",
ya que muchas personas engañadas por aquello del "no pasa
nada" se introducen en un círculo en el que, al poco,
descubren que no pueden salir. Eran muy gráficos los ejemplos de
lo irracional que es introducir un teléfono móvil en una
trituradora, o echar lejía a una motocicleta en lugar de
combustible: son ejemplos que mueven a no probar la droga ni una
vez. Otras campañas, dependientes de otros organismos,
realizadas en meses anteriores, eran decepcionantes, pues sólo
decían al joven: "Tu decides", o "tu
controlas", considerando la libertad como valor supremo, por
delante de la salud y de la vida, o creyendo que los jóvenes
siempre tienen la capacidad de "controlar", cuando ni
siquiera los adultos la tenemos.
Muy negativa fue la página web de la BBC informando sobre la
droga. En Agosto del 2000 se criticó mucho la información que
se les daba a los jóvenes en esa dirección de internet. Venía
a decir, que como en verano hay mucha fiesta, como tendrán la
droga a la vista, si se drogan, que sea entre amigos..., que nos
consuman a la vez de distintos tipos, etc. se indicaban las
sensaciones con distintas drogas, etc. ¿Son informaciones y
campañas estas contra la droga, o a favor de la droga ?
De igual forma, la Comunidad de Baleares, en su página web, en
el 2002, informaba a los jóvenes a cómo consumir drogas,
"sin riesgo".
Con la droga, como en muchos otros temas, la buena campaña será
aquella que eduque. Es la lenta tarea de la educación la que
dará sus frutos. La educación enseñaría a los jóvenes a
disfrutar con el saber, con la cultura, con los libros, con la
amistad, etc. incluso les debería enseñar a disfrutar con el
trabajo bien hecho.
Para hacer buenas campañas contra la droga hay que hacerse las
siguientes consideraciones. La pregunta clave no es ¿qué hacer
para que un individuo deje de drogarse ?, sino ¿por qué
necesita drogarse? Existe un retrato robot de un posible adicto a
las drogas ; conociéndole bien y atajándole, podremos hacer una
buena política contra la drogadicción. Es el que sigue :
-Suele tener autoestima baja.
-Se mueve por impulsos más que por deliberación.
-Tolera mal la frustración y busca satisfacciones inmediatas.
-Le falta realismo : se plantea objetivos sin comprender el esfuerzo que exige conseguirlos.
-No sabe enfrentarse a los problemas : los rehuye.
-Tiene poco desarrollado el sentido de la responsabilidad, no ha aprendido a cargar con las consecuencias de sus actos.
-Está acostumbrado a las soluciones fáciles.
-Es una persona inmadura, que tapa con la adicción su falta de recursos interiores para tomar las riendas de su propia vida.
-Es una persona que abandona los estudios o sobrevalora el ocio.
-Viene de familias conflictiva o desestructuradas, que no les da la atención que necesita; o por el contrario, viene de familia superprotectora, que envuelve al hijo entre algodones, pero que no le enseña a administrar su libertad.
Todos deberían hacer sus
campañas contra la droga ; los políticos, los jueces y la
policía, liberándose de décadas de tolerancia. Las autoridades
deben aplicar medidas educativas, pero también medidas lejanas a
la complicidad, y coercitivas. Fue como respirar un soplo de aire
puro el saber que a primeros de Mayo del 2000 el Ayuntamiento de
Plasencia (España) decidiera suspender un concierto de Dover
previsto para julio, porque incitaba al consumo de drogas. "La
actuación de un grupo de rock duro o heavy metal como éste
puede distorsionar la vida diaria de la ciudad y lleva a un
consumo mayor de alcohol y estupefacientes del que ya
existe". Bien.
La lástima es que los buenos ejemplos no se contagian igual de
rápido que los malos. En Febrero del 2002 habían muerto unos
jóvenes en Málaga (España) por consumo de pastillas de
éxtasis en macrofiestas, donde, de todos es conocido, se consume
droga en cantidades industriales. El fin de semana siguiente doce
macrofiestas continuaban haciendo furor en otros puntos de
España, con los mismos planteamientos que las que habían
originado las muertes.
Pedro Pérez Cárdenas
Comité Independiente Antisida
cias@picos.com.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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