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Clero vasco e información religiosa.
La información religiosa, por cierto en manos de curas rebotados en algunos de los principales media, no solo es sectaria sino que rezuma ignorancia y negligencia.
Perdone el lector si está un poco harto
de la tormenta en torno a la pastoral de los obispos vascos. A
veces la tormenta que estalla repentina moja menos que el
sirimiri permanente. Este "orbayu" continuo lo
representa la acción de aquellos curas que han vendido su alma
al nacionalismo. Esta vez nos han hecho un servicio; tenemos su
lista completa. Han cometido un error en el que se incurre cuando
se blasona de mayoría y se es minoría, se han numerado.
El manifiesto por la autodeterminación lleva la firma de,
exactamente, 358 curas. No 3.580, como ha escrito un cura
colorado asturiano, pensando que la anterior cifra era un errata.
No podía digerir que menos del 10% del clero del ámbito en el
que se recogieron las firmas. Aunque es un 10% que tiene los
resortes del "poder", por ahora.
Antes de desglosar ese censo, repararemos en diversos disparates
que se han escrito en la gran prensa. Las páginas de religión,
a veces simbólicamente minusvalorada dentro de una sección de
"sociedad", o "sociedad y cultura", (SCR,
"Sociedad, Cultura y Religión" es, curiosamente el
nombre de la asignatura alternativa a la "Religión de
verdad"), están en manos de excuras. Tanto en "el
País", como "el Mundo", parecen más ex, que
curas. Sea cual sea el motivo para colgar la sotana, de haber
sido una mujer lo comprendemos, buen motivo fue, y mal juicio
merecen los seminarios de su juventud.
Una cosa es la beligerancia anticlerical, y otra la ignorancia y
la negligencia. Si a la primera responde la ideología de la
cabecera, la segunda no tiene disculpa en la materia que da de
comer a uno.
Así "el País", que apenas disimula su desprecio al
clero ni sus ganas de enterrar al Papa, asunto ese en el que
acabará por haber acertado sólo con esperar tanto como hizo el
televisivo Diego Carcedo con Reagan, tiene su justificación;: la
Iglesia se merece esa leña por empeñarse en no votar para Papa
al único teólogo que existe para Prisa; Miret Magdalena. Don
Enrique acaba de proponer siete años de silencio a todo el
clero, sabiendo que el se libraría del sabio consejo, por ser
laico. Pero todo ello no disculpa errores garrafales, como
confundir "curas", con "hermanos", con motivo
de la beatificación de los Mártires de Turón.
Pero "el Mundo" se supera. El cura rebotado J.M. Vidal
titula su reciente crónica; "la mitad de los curas vascos
se declara independentista". Se refiere al mencionado
manifiesto, y son incluso algo más de la mitad, pero de los
guipuzcoanos, el lapsus no es sólo en el titular, toda esa
crónica es un concurso de despistes y negligencias, cuando no de
suspenso en CC Sociales en 4º de ESO. En el desglose de las
firmas, habla de "40 de la (diócesis) de Álava y 30 la de
Vitoria"¡! . El eclesiólogo ha instituido un nuevo
obispado y Roma sin saberlo. La suma de las firmas que ofrece le
peródico tampoco cuadra. Pero eso sí, debajo del artículo
ponía "experto en religión".
La distribución de este cáncer es como sigue; de los 358
eclesiásticos que piden la autodeterminación, 220 son de la
diócesis de San Sebastián, de ella son el 57´8%.El resto
serían , por otras fuentes, 76 en la de Bilbao, un 13'3%. El
resto corresponde, con porcentajes exíguos a Vitoria, Pamplona y
Bayona, 12 firmas en Francia.
Vemos como la jubilación de Setién no fue tan oportunamente
aceptada como se cree. Debió haber sido mucho antes, y pactó
dejar vicarios que vincularían, si lo necesitase el obispo
nacionalista Uriarte, la futura trayectoria. La mano de uno de
estos, Pagola, está detrás del la carta pastoral paralela al
manifiesto presbiterial.
El poder ambiental en los palacios episcopales es tal que,
"un tal Blazquez", que diría Arzallus, ha sido ganado
por esa minoría. Una minoría que pastorea a una mitad de su
rebaño y entrega a los lobos a la otra mitad, que mantiene una
equidistancia entre lobos y corderos, y eso no que en el caso de
Setién, hablando a las víctimas del terrorismo, que reconoció
que un padre puede querer más a unos hijos que a otros.
El tempo de la Iglesia es más pausado que el la política civil.
No es posible remover a un obispo, salvo que se haga mormón, y
hay que esperar a su relevo. Por otro parte, la que ya se puede
llamar secta atberzale, tiene algunos valedores en el Vaticano,
el cardenal Etchegaray, vascofránces, y en la agonizante
Compañía de Jesús, a la que cualquier día dará un Papa la
eutanasia activa que han reclamado desde "Razón y Fe",
su órgano oficial, nada que ver con "Fe y Razón",
estupendo suplemento religioso semanal de "la Razón",
y que junto con su paralelo en "ABC" salvan algo la
información religiosa madrileña.
Pero la secta atberzale tiene, como en Cataluña, dentro de sí
un enemigo poderoso. Se ha preocupado más de la lengua regional
que del latín, hasta el punto de ser barrera para incardinar
nuevos curas. Y sus seminarios están vacíos. Su particular
versión del nacionalcatolicismo ha tenido éxito sólo en la
primera parte del término. Como antes prefieren morirse que
admitir refuerzos desde Toledo, por ejemplo, algún monseñor en
Cataluña prefiere mujeres que hispanoamericanos para el altar,
pues eso, que en una generación, todos calvos. Sólo que para
entonces, todos los gitanos serán filadelfios, y los charnegos
no asimilados harán las procesiones de Semana Santa sin ningún
cura. Los maketos es distinto, porque estarán en el exilio, en
el cementerio o traduciendo en la ikastola su expediente de
limpieza de sangre.
Las consecuencias van a ir más lento de lo que a alguno
gustaría, pero irán. Mientras el infierno se irá poblando de
pastores equidistantes, con mucha más probabilidad que de lobos,
que al fin y al cabo han sido paridos para aullar y morder.
Mientras, se habrán perdido, otra vez, unos miles de fieles en
el norte, cien mil alumnos en la asignatura de religión, un
millón de equis en Hacienda, mil ermitas románicas en los
pueblos, sesenta mil nonatos, pero eso sí, se habrá pedido la
reagrupación de los presos y la provincia eclesiástica. Eso es
lo importante.
Por mi parte, considerando la autoctonía como algo secundario en
la Iglesia que se afirma católica, esto es, universal, y que lo
mismo ha designado a un obispo gallego en Madrid que uno
borgoñón en Galicia, en virtud de idoneidades religiosas y no
localistas, reclamo la reagrupación del clero abertzale en
Zamora. Y obispos santos, y valientes, para la siguiente
generación.
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Javier Güerri
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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