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La "resaca" de Bush.
A los escándalos contables de Enron, se suman ahora los de Worldcom, Tyco, Xerox, Repsol, Vivendi, AOL, Bush y Cheney. Estados Unidos anuncia reformas mercantiles para otorgar transparencia al mercado, mientras que en España se prepara el Código Olivencia-2 y se anuncia un nueva ley de OPAs. Sin embargo, el estado policial no funciona. Urge una revolución ética no exenta de espiritu martirial
El pasado 15 de julio, el presidente de
los Estados Unidos, George Bush, afirmó que la economía
norteamericana se encuentra "resacosa". Para
salir del estado de embriaguez, Bush propone "recuperar
los niveles más altos de comportamiento ético en el seno de las
corporaciones". Un proyecto ambicioso que sin embargo
choca frontalmente con el mal ejemplo ofrecido por el mismo
presidente a la comunidad inversora. La información publicada en
el Washington Post sobre la venta de títulos de la petrolera
Harken 16 días antes de que se conocieran sus dificultades
financieras ha explosionado la desconfianza de los ahorradores
que huyen del mercado de valores en búsqueda de inversiones más
seguras y más transparentes. El dinero -siempre cobarde- huye de
un sistema financiero donde el presidente de la "locomotora
económica mundial" opera presuntamente con
información privilegiada.
Cuando todavía no nos habíamos recuperado, salta la noticia de
operaciones similares practicadas por el vicepresidente Cheney.
Como si de una estrategia de goteo informativo se tratase, a los
pocos días conocemos que la contabilidad de America on Line
resulta "poco convencional". La compañía de
internet se encontraba en pleno proceso de fusión con Time
Warner. Una fusión por absorción en la que compañía más
jovenes se "comió" a la más veterana por mor
de unas valoraciones de compañías bastante especulativas.
Entonces se comenzaron a conocer las posibles dificultades en el
desarrollo del comercio electrónico. AOL optó por esconder eas
dificultades contabilizando en varias departamentos la misma
operación de venta e incorporando como ingresos propios aquellos
que generaba para la contratista Ebay. En resumen: en pleno
noviazgo, AOL trataba de "agasajar" a su
prometido. Un cortejo que de momento ya le ha costado el puesto
al director ejecutivo (CCO) de la resultante, Robert Pitman.
El Viejo Continente no es ajeno a esta
"ingeniería" contable. Paris se ha visto revuelta
por el escándalo sobre las cuentas de Vivendi. En esencia es
exactamente lo mismo que lo realizado por Enron: sacar del
balance partidas que pudieran "afear" la
situación económico-patrimonial de la compañía.
El argumento de monsieur "Napoleón" es que consolidar
todas las partidas podría generar un "electrochoc"
bursátil. Un argumento que "sensibilizó" a los
auditores de Andersen que validaron la operación y que hizo
dudar a los mismos responsables de la COB (el organismo homólogo
a nuestra Comisión Nacional del Mercado de Valores). Finalmente,
la actuación honesta del auditor francés Salustro permitió
destapar la operación y produjo el profetizado "crack"
bursátil. Curiosamente, también unos días antes, la presidenta
de FCC, Esther Koplovich, había deshecho su alianza estratégica
con Vivendi, sustituyéndola por el acuerdo con Vivendi
Medioambiente, la filial de la corporación no tocada por la
crisis.
Madrid también ha sido objeto de "creatividad"
contable. La petrolera hispanoargentina Repsol YPF contabilizó
400 millones de dólares el pasado 31 de diciembre por un
contrato de venta en siete años realizado con una sociedad del
grupo domiciliada en un paraíso fiscal. La operación sería
transparente si no fuera porque la citada sociedad no tiene
actividad comercial y ha revendido la mercancía a Repsol para
que esta se encargue de efectuar su colocación en el mercado.
Todo ello mientras que la nueva Ley Financiera trata de arbitrar
sistemas para evitar la fuga de capitales a los paraisos
fiscales...
En este contexto de pérdida del sentido moral en el mundo
empresarial, las palabras del devaluado Bush sobre la
transparencia financiera y la revitalización ética significan
bastante poco. Tampoco permiten rehacer el edificio de la
confianza el proyecto de ley aprobado por el Senado
norteamericano que eleva a diez años de cárcel las penas para
los directivos de empresas que cometan fraudes contables, así
como sanciones pecuniarias que podrían llegar al millón de
dólares. ¿Investigará el organismo supervisor creado, las
operaciones bursátiles del presidente de los Estados Unidos, o
aplicará un "laissez faire" para no
perjudicar la supuesta estabilidad del sistema?
Y es que -efectivamente- asistimos a la "resaca" del
"tener" sobre el "ser" y de
la ausencia de criterios éticos en el ámbito empresarial. El
dogma de la "maximización del beneficio" y de
"la creación de valor para el accionista" se
derriten por el abuso practicado por los administradores de las
compañías que abandonaron el principio de empresa como
comunidad humana. Los egoismos unidos no pueden producir ningún
bien, porque sencillamente resulta bastante perverso que el mal
-ausencia de bien- produzca resultados plausibles. ¿Cuántos
"Enron" necesitamos para entender la realidad?
·- ·-· -··· ·· ·-··
Por Luis Losada Pescador.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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