|
La revolución gay.
Sufrimos un calculado plan de presencia mediática, admirable en su ejecución, para imponer la revolución homosexual
Las portadas de Ansón, en La Razón,
suelen ser memorables. El pasado 30 de junio regodeó en un hecho
que, lejos de resultar anecdótico, me parece terrible; el
desfile del día del orgullo gay de Madrid, al que acudió lo
más granado de la izquierda y del sindicalismo,- no estaba
Zapatero, pero apareció poco después en la portada de la
revista Zero-, superó en cifras al que 10 días antes había
ofrecido el movimiento obrero con ocasión de la huelga general.
Al lado de José Blanco, y de los líderes de UGT y CCOO,
aparecían, desde gentes normales en su apariencia, hasta un
carnaval de efebos con hojas por taparrabos, lesbianas
guerrilleras, travestidos y demás fauna locuela, que en vez de
constituir "orgullo gay", más bien debieran avergonzar
a quienes compartan esa inclinación con cierto decoro externo.
Dejando a parte las cifras disparatadas de la organización, no
cabe duda que marchaban al menos 70.000 personas de todos los
sexos habidos y por haber.
No sólo Zapatero y Llamazares han coqueteado con ese poderoso
lobby, también lo ha hecho Ruiz-Gallardón, presidente de la
región de Madrid y candidato a alcalde de la derecha. Mientras,
en Barcelona el ayuntamiento oficiaba una ceremonia alegal de
"matrimonio" homosexual. La bandera del arco iris fue
paseada por toda Europa. En París la izquierda se volcó
presidiendo el alcalde, pero estaban representantes del centro y
la derecha, por ejemplo Jean-Luc Romero, delegado de Chirac. En
la vieja capital del Imperio Hausburgo, 100.000 gays y lesbianas
aparecieron como por ensalmo. La Reina hace sir a Elton Jhonn. No
todos los gays están a la izquierda. Véase el asesinado
holandés Pym Fortuyn. ¡Qué contraste con la consideración que
merecían a la CNT de Durruti!
Que se sepa, desde Sodoma, donde se pedían los meticulosos a un
ángel para su cofradía, ha habido conductas sexuales contra
natura, al menos para el jucio del Dios bíblico que la
aniquiló. Digo bien, antinaturales. De ser regla y no excepción
el problema desaparece, con la extinción de la especie. De la
observación de algunos mamíferos superiores se pueden advertir
excepcionalmente conductas parasodomíticas, entre la confusión
y el ensayo, que desaparecen radicalmente cuando el novillo o el
joven chimpancé tiene acceso a la hembra. Griegos, celtas y
romanos cultivaron en ocasiones dicha práctica, en el caso
helénico vinculado a un supermachismo entre castrense y
olímpico, pero siempre de un modo no equiparado. La conducta
homosexual se utiliza por sus enemigos para burlarse y atacar a
Julio César o a Trajano, y , desde luego, ninguno de sus
ejercientes hubiese pretendido equipararla al matrimonio, cuyo
nombre ya indica la elección de una madre para la potencial
prole. El matrimonio es de hombre y mujer no porque lo diga la
Iglesia, el judaísmo o el Génesis, si no porque lo dice la
naturaleza misma, mientras que no se decanta particularmente, por
ejemplo, por la monogamia. No importa tanto que el batallón
sagrado, Alejandro o Ricardo Corazón de León tuviesen escarceos
gays como que Leónidas y sus trescientos, o aquellos dos,
dejasen o no descendencia.
La tradición bíblica es tajante en este tema, ahorraré citas
duras al lector, aunque le pese al ordenado, pero desordenado,
cura Mantero. El crímen nefando por excelencia fue reprobado por
la Iglesia desde siempre, aplicando la regla "odia al
pecado y compadece al pecador", a veces incumpliendo la
segunda premisa. Cortés y otros conquistadores españoles
consideraron la sodomía como una de las causas legítimas, como
el canibalismo y los sacrificios humanos, para la imposición
forzosa de normas. Así ha sido desde siempre una inclinación
maldita, más desapercibida en la mujer, de la que fueron
víctimas desde Oscar Wilde a Lorca. Los chicos bien homosexuales
de Oxford fueron el principal vivero de espías rusos y dobles
agentes, por resentimiento emocional. El mundo árabe, y aun más
el turco, ha sido más rigorista si cabe, aunque a la vez ha sido
más tolerante para la parte activa masculina si formaba parte de
la clase alta y la pasiva era un joven efebo de harén, a veces
un prisionero, como el pobre Lawrence de Arabia. Los regímenes
autoritarios, lo mismo el Reich que la URSS, fueron implacables
con ellos. Hoy en día, un punto incómodo y silenciado en la
simpatía progresista por Fidel es el trato que da a los rosas.
Pero todo está cambiando en los últimos años. Desde los
arrumacos de la Caballé a Fredy Mercury a la decepción que dio
a nuestras madres el viril Rock Hudson. "Matrimonios"
en Holanda y Dinamarca, un embajador que se presenta ante la
reina con su consorte gay, alcalde de Berlín, series y cine con
bombardeo de "normalización", desde Ellen Degeneres,
un apellido muy oportuno, hasta laguna campeona de tenis o una
policía gay en unos dibujos animados para chicos sobre Superman,
una verdadera invasión en los medios de comunicación, con toda
una gama de espectro, entre los camuflados en telediarios a los
ejercientes profesionales, como Boris Izaguirre...incluso las
apariciones por goteo de diputados, senadores
exministros...Saavedra del Psoe se permitía prologar Salir del
armario, un libro en el que hay un capítulo para el heredero de
la corona española!, el armarismo tiene matices de chantaje para
los homosexuales ocultos o presuntos...todo ello orlado con
indirectas cómicas en el Mundo, todo ello responde a un
calculado plan de presencia, admirable en su ejecución, en el
que las portadas con el Teniente Coronel, el cura y determinados
políticos de la izquierda en Zero, en la que Zapatero sugiere
una "cuota rosa" en las listas electorales, como la
femenina, los reportajes de Shangai, las publicidades más o
menos explícitas, son peldaños calculados. La reivindicación
de la adopción, no es sincera en sí, además que faltan en
España muchos niños y sobran matrimonios normales en espera de
adoptar, si no como recurso de equiparación ante la mentalidad
social. La orquestada coincidencia de denuncias contra curas
norteamericanos, unas son ciertas, otras probado falso chantaje,
oculta la homosexualidad de esos clérigos, muy tolerada hasta
hora en los seminarios, a la que está vinculada en un altísimo
porcentaje la pederastia. También hay una venganza contra Roma,
porque la doctrina de la Iglesia y Juan Pablo II en particular no
son tan flexibles como la clase política.
Los homosexuales no son tantos como ellos dicen, por fortuna, el
10% en el informe Kinsley, pero oscilan entre el 3 y el 8% según
la ciudad. Son urbanos básicamente, por razón de agrupamiento y
de tolerancia social, y tienen una capacidad de gasto 60%
superior a la media de los heterosexuales. No suelen tener hijos,
no gastan en divorcios, pese a que se pelean mucho, y, aunque a
parte de los conversos, hay lesbianas inseminadas, y, por ejemplo
en Asturias, con el voto a favor incluso de algún diputado
regionalista de la Obra, pueden adoptar. Un elevado número son
universitarios. Gastan mucho más en vestido y cosmética,
gimnasios, ocio, libros, viajes, (la media de viajes es
exactamente el doble), preferentemente con Air Europa, San
Miguel, la cerveza no el arcángel claro, les patrocina.
Particularmente lo hace Pepsi. Su poder económico se refleja en
la conversión del degradado barrio madrileño de Chueca en un
barrio con matices californianos, y con precios inmobiliarios a
tono. Sólo son menos consumidores en términos relativos en el
sector del automóvil.
Un 62% de la población tiene un conocido homosexual, un 32% un
compañero de trabajo, un 25% un pariente. Estas cifras eran
mucho menores hace 15 años. Se trata de una comunidad muy
organizada en su núcleo militante, al modo de los lobbys
norteamericanos, tipo judíos o irlandeses, para entendernos.
Están dispuestos a consumir dirigidos a la publicidad
específica o los productos patrocinadores.
Estamos ante la revolución del siglo XXI. En torno al 1800 fue
la revolución burguesa. En torno al 1900 la proletaria. Parece
que en torno al 2000 cambia la dialéctica de clases por la de
sexos, no importa tanto su enumeración. A veces se confunde la
revolución homosexual con el feminismo radical. Parece que
incluso la artificialización de la reproducción humana la ha de
reforzar, acabando con el monopolio de la tradición también en
la coyunda. Las lesbianas USA sueñan con la partenogénesis y
financian a los laboratorios que buscan una Dolly bípeda. Lo
mismo los gays con la clonación.
Mientras el Apocalipsis señala como uno de los indicios finales
el que los hombres vistan como mujeres y las mujeres como
hombres, todo se concentra en demoler el concepto tradicional de
familia. La inversión de lo bíblico es tal que la lluvia de
fuego cae sobre lo patriarcal, no sobre lo sodomítico. Que se
chinchen los reaccionarios, que esta partida la está ganado
Lucifer
·- ·-· -··· ·· ·-··
Javier Güerri
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
La reproducción total o parcial de estos documentos esta a
disposición de la gente siempre bajo los criterios de buena fe y
citando su origen.