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La Rioja. Tierra abierta .
Una propuesta cultural para este verano: La exposición "La Rioja. Tierra abierta". Tras visitarla se impone una conclusión: La Iglesia católica, Madre de La Rioja.
Con ocasión de los 50 años de Caja
Rioja se ha organizado, en Calahorra, una magnífica exposición
panorámica de la historia de La Rioja.
Abierta hasta el día 30 de septiembre, gran parte de los
sectores vivos de esta comunidad del Ebro han colaborado en su
organización, en particular la Diócesis de Calahorra, La
Calzada y Logroño, sin cuya aportación no habría sido posible
esta muestra. Además, el lugar elegido para la exposición es la
propia Catedral de Calahorra, extraordinario marco que, pese a lo
inusual de la situación, respeta su sentido sacro, mediante una
magnífica infraestructura, revalorizando de alguna manera la
presencia cristiana en esta tierra.
La exposición.
Está organizada en 8 espacios físicos bien delimitados con una
clara orientación pedagógica. El primero es "Origen y
Prehistoria", que arrancando de los orígenes de la tierra y
de su formación, habla del inicio de la vida y de las primeras
presencias humanas en La Rioja, dedicando especial importancia a
los pobladores celtibéricos. La segunda sección se denomina
"La aportación de Roma", con particular atención a
los calagurritanos Quintiliano y Aurelio Prudencio (primer poeta
cristiano latino). "Los Santos y la Lengua" es el
título de la siguiente sección, con la llegada del cristianismo
a estas tierras del Ebro, los visigodos, la efímera presencia
musulmana, los judíos y, por último, las primeras palabras
escritas conocidas en castellano y euskera. En esta sección
despierta la curiosidad, especialmente, la magnífica
reproducción de una de las cuevas de Nalda, importante refugio
de eremitas. "La Edad Media", cuarta sección, dedica
sus espacios a la reconquista cristiana y constitución de los
primeros reinos cristianos, el románico, el arte mozárabe y el
gótico. "Del Renacimiento al Barroco" constituye la
quinta sección, proporcionando el Barroco la Edad de Oro de la
escultura riojana. "La Apertura" forma la sexta
sección, referida a la recepción de las corrientes técnicas y
científicas que llegaron de Europa (con especial atención a
"La Ilustración", al papel jugado por la Real Sociedad
Económica de la Rioja Castellana y al Marqués de la Ensenada).
La 7ª sección, "Hombres y Máquinas", es dedicada al
siglo XIX: la constitución en 1.833 de la provincia de Logroño,
el general Espartero, la pintura realista, la evolución
experimentada en las formas de hacer vino. La última, y octava
sección, se denomina "La vida misma", buscando una
panorámica global de la realidad actual riojana.
Una catequesis
actual.
La exposición, en sus diversas vitrinas y espacios, es ilustrada
con varias citas textuales de autores célebres, en un intento de
introducción a la realidad que pretende comunicarse. En
particulares, varias de ellas han sido propuestas con verdadero
espíritu catequético y una indudable sensibilidad cristiana.
Tales frases no figuran ni en el catálogo general ni en el
abreviado y, por ello, las más significativas, desde nuestro
punto de vista, las transcribimos aquí.
En la reproducción de las pinturas románicas de San Esteban de
Viguera, se recoge la siguiente frase: "Las pinturas son
los libros de los laicos" (San Alberto Magno).
En la vitrina que agrupa varias cruces procesionales se inscribe:
"No anteponer nunca nada a Jesucristo" (San
Benito).
Junto a varias pinturas religiosas góticas se reproduce la frase
de Gonzalo de Berceo según la cual "Estos son los
tesoros que nunca envejecen".
Para situarnos ante el Cristo de Nalda, han elegido: "Dios
es tal que todo lo que Él hizo, comparado con Él, es como si no
existiera" (San Agustín).
En otro espacio de la muestra, de la Epístola 114, de San
Jerónimo se extrae: "
Y los sagrados cálices y
los santos paños y lo demás que se refiere al culto de la
Pasión del Señor
por el contacto con el Cuerpo y la
Sangre del Señor hay que venerarlos con el mismo respeto que su
Cuerpo y su Sangre".
Junto a varias tallas magníficas de la Virgen María, se
reproduce una frase de San Alfonso María Ligorio que dice "María
es puerto de los que naufragan, consuelo del mundo, rescate de
los cautivos, alegría de los enfermos".
Y al referirse a varias imágenes de Santos, se reproduce esta
perla magnífica: "Cada uno de los Santos es una obra
maestra de la gracia del Espíritu Santo" (Juan XXIII).
Otras frases introducen otros aspectos de la exposición, con un
sentido muy distinto correspondiente al espíritu ilustrado y
liberal del momento. Por ejemplo: "El progreso es la
realización de las utopías" (Wilde), "Es
más fácil negar las cosas que enterarse de ellas" (Larra),
"La crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir
y lo nuevo no acaba de nacer" (Brecht).
Algunas
consideraciones.
El catálogo en venta es bastante interesante. Su precio de 2.000
pesetas se amortiza, pues recoge fielmente los contenidos de la
exposición y aporta un CD Rom con todo el soporte científico de
la misma (más de 800 páginas).
Tras la visita a la exposición pudiera deducirse que, en la
configuración de La Rioja, han confluido dos almas antitéticas:
La católica y la Ilustrada. Pero habría que considerar que,
más bien, la segunda no puede entenderse sin la primera. Prueba
concreta de ello es el caso del padre Saracha quien, al impulso
de los "nuevos aires", organizó una extraordinaria
botica en el Monasterio de Santo Domingo de Silos.
Es incuestionable que La Rioja actual no tiene mas remedio que
remitirse, en la búsqueda de una referencia territorial e
histórica concreta, a la Diócesis de Calahorra, que se
extendió, en su día, desde Bilbao hasta Soria, desde zonas de
Navarra hasta Burgos, siendo una de las más extensas de España.
La segunda "alma" que la exposición reivindica, de
alguna manera, como germen de La Rioja actual es la mencionada
Real Sociedad Económica, que acogió una larga lista de
ilustrados que contribuyeron, con mejor o peor fortuna, a la
modernización de su tierra, proyectándola a toda España.
Por otra parte, es discutible algún planteamiento de la
exposición. El triste y lamentable episodio de la
Desamortización de Mendizábal apenas es explicado, siéndolo de
una forma confusa. Y más cuando algunas corrientes
historiográficas actuales tienen la valentía de denunciar tal
episodio histórico como una auténtica tragedia nacional que
para nada benefició a las clases populares a las que, en
principio, estaba destinada. En ello, La Rioja, no fue
excepción.
Al finalizar la exposición, una cierta sensación de extrañeza
puede producirse en un visitante consciente y abierto a la
realidad, como si el cristianismo no tuviera nada que aportar a
la vida de hoy día. Sin duda, para un católico, esta
exposición es un testimonio evidente de la consistencia del
acontecimiento cristiano. Pero, aún con esa conciencia, pudiera
entenderse que el cristianismo sólo constituye una referencia
cultural, estética o sentimental, sin traducción ni
operatividad en la vida de hoy: un acontecimiento agotado. Esa
concepción, mayoritaria hoy día y "políticamente
correcta", es una seria tentación a la que solo cabe oponer
la experiencia cristiana que puede aportar la pertenencia a la
Iglesia, con la conciencia derivada de ello, lo que proporciona
el juicio cultural preciso para afrontar la vida en sus
múltiples ámbitos.
Juan de Palafox
No podemos evitar en este artículo referirnos a otra exposición
que puede visitarse a tan solo 34 kilómetros de Calahorra.
Se trata de la organizada en torno a la figura formidable del que
fuera Virrey de Nueva España, el navarro de Fitero Juan de
Palafox. Puede visitarse hasta el día 25 de julio, en la nave
lateral derecha de la iglesia parroquial de esa localidad donde
nació en el año 1.600.
Obispo, político, pensador, escritor, poeta, mecenas de las
artes, protector de los indios: la figura más significativa en
la Nueva España del siglo XVII.
Hijo natural del aragonés Jaime de Palafox, segundo Marqués de
Ariza. Una vez reconocido, realizará estudios, siendo ordenado
sacerdote. Obispo de Burgo de Osma. Visitador en Nueva España en
tiempos de Felipe IV. Capitán General. Obispo de Puebla, Obispo
electo de México. Virrey. Autor de una extensa obra escrita que
comprende libros de temática histórica, apologética,
hagiografías, un texto de ortografía, incluso otro de viajes.
Poeta. Mecenas de las artes, que le llevó a finalizar las obras
de la catedral de Puebla y a impulsar nuevos trabajos artísticos
en la de México y otras localidades de Nueva España.
Introductor de las normas de Trento. Devoto y difusor del rezo
del rosario. Fundador de seminarios donde se enseñaban las
lenguas autóctonas. Reformador de la sociedad civil, incluso en
la Marina. Protector de los indios y crítico de excesos
cometidos por algunas órdenes religiosas, lo que le gano algunas
enemistades. Venerable para la Iglesia, el proceso de
beatificación se introdujo a finales del siglo XVII. En tiempos
de Carlos III, Juan de Palafox es presentado por algunos enemigos
de los jesuitas como paladín de su causa. A miembros de esta
orden religiosa se atribuyó la paralización del proceso
mencionado.
En resumen, una vida apasionante y apasionada de un hombre
polifacético, al servicio de la Iglesia y de la empresa
española.
Lo común en ambas
exposiciones.
Mucho en común tienen ambas exposiciones. Su columna vertebral
es la experiencia cristiana que proporciona, tanto a un hombre
concreto (Juan de Palafox), como a una sociedad humana
determinada (las generaciones que han vivido en las tierras que
configuran la actual Rioja), las herramientas precisas que
facilitan un desarrollo sorprendente en la plenitud de su
humanidad.
José Basaburua
jbasaburua@hotmail.com.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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