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Latinoamérica, denominación al servicio del imperialismo
Los términos no son neutros. Detrás de cada denominación que se le da al Nuevo Mundo hay una visión del mundo
¿Como llamar al continente que
descubrieron, conquistaron y colonizaron los españoles a finales
del siglo XV?. Como indica Rojas Mix, ninguno de los nombres que
se le asignan resultan gratuitos o inocentes. Algunos nombres
recuerdan unas raíces culturales y un alma comunes en la que
prevalecen las expresiones de plenitud espiritual y de unidad
dentro de libertad, otros esconden deseos de hegemonía o
resabios de políticas colonialistas y son la expresión del
engaño a pueblos a los que se les esperanza con un futuro mejor.
Todos los nombres tienen una fuerte carga ideológica que revela
la identidad que se le quiere asignar a el nuevo continente para
integrarlo de acuerdo a unas cosmovisiónes opuestas.
El término América Latina surge en el ambiente parisino y
dentro del contexto de las ideología de la Latinidad. Y es
impulsado por los intereses galos. Así en los años setenta del
siglo pasado ya se edita en París un periódico literario,
comercial e industrial titulado "La América Latina".
La latinidad es una ideología, pero también dentro de las
concepciones geopolíticas de la época un plan de acción para
justificar las aspiraciones de Francia respecto a los
"Territoires d´Outre Mer" y legitimar la política
expansionista de Napoleón III. Su principal ideólogo fue Michel
Chevalier que prepara la coartada filosófica.
El latinismo y los intereses económicos e ideológicos de
Francia están estrechamente ligados. Además Napoleón III
estaba convencido que, a través de él, podía realizar el ideal
sansimoniano, cuyo credo admiraba el emperador, porque no
eliminaba las desigualdades pero permitía explotar las riquezas
de americanas en provecho de Francia (como claramente lo expresa
en carta que escribe al general Forey el 31 de Julio de 1862).
A pesar de que en sus orígenes el término también tenía un
contenido diferenciador del anglosajonismo, a partir de finales
del siglo XIX, y en adelante, el término es asumido por los
Estados Unidos, como fórmula para eliminar el de
Hispanoamérica, con su connotación de una cosmovisión
católica, que conlleva, y facilitar la política panamericanista
que favorece a sus intereses y los de las multinacionales. Y así
es Woodrow Wilson el primero en utilizarla oficialmente. Desde
entonces la idea se potencia, circula y se difunde hasta adquirir
su prevalencia a partir de finales de los años cincuenta.
Por otro lado el concepto de América Latina y por las mismas
razones de hacer olvidar el concepto de Hispanidad que es la
cristiandad plasmada en el nuevo mundo, se afirma en la esfera
"intelectual" y cultural liberal y marxista,
particularmente en el pensamiento filosófico y antropológico.
En este contexto lo mismo los organismos económicos que sirven a
las diversas internacionales como la CEPAL, la ALALC (Asociación
Latinoamericana para el libre comercio), la ALADI (Asociación
Latinoamericana de integración, la SELA (Sistema económico
Latinoamericano), etc...que los revolucionarios socialistas como
Mariategui, Castro o Allende hablan de Latinoamérica.
Sintetizando podemos recordar las palabras del chileno Jaime
Eyzaguirre : "el término Indoamérica sustituye el factor
común cristiano y occidental de nuestra cultura común por una
deificación racista y que se despliega ciegamente en bajos
estratos de la biología para rechazar todo contacto con el
espíritu universal, la otra denominación de Latinoamérica...
disfraza malamente el propósito de diluir el nombre español en
una familia genérica de que daría cabida preponderante a otras
naciones, (Hispanoamérica del dolor Santiago de Chile, 1968)
Y al mejicano José Vasconcelos nos indica como el sajonismo,
cuyo dominio propugna el panamericanismo, busca el dominio
exclusivo de los blancos mientras que la hispanidad encuentra su
misión en la formación de una nueva raza: la raza síntesis, la
raza cósmica (Obras completas, Méjico 1958)
Por ello y con Gabriela Mistral, para evitar las intromisiones
imperialistas del panamericanismo y las degradantes de la
dignidad humana del relativismo liberal y del marxismo
"dirijamos toda la actividad como una flecha hacia este
futuro ineludible : La América Española una, unificada por dos
cosas estupendas : la lengua que le dio Dios y el dolor que da el
Norte" (Recados para América).
Y esto no es Latinoamérica sino Hispanoamérica.
Francisco Lombay *
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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