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Montesquieu II
Su obra, de tendencia claramente aristocratizante, fue utilizada, sin embargo por la burguesía y los parlamentos como fuente de inspiración política.
La síntesis propugnada por Montesquieu
quedó demostrada en esta frase de ¨El espíritu de las leyes¨:
¨sin monarca, no hay nobleza; y, sin nobleza, no hay monarca¨.
Cierto es que aunque, en el fondo, su monarquismo proviene de la
monarquía que ha conocido y que aun conoce muy bien, esto es, la
institución anterior a la revolución, busca, inspirándose en
Locke, una monarquía limitada y templada como la inglesa, o
mejor, como cree que es la monarquía inglesa, ya que el período
en que el Señor de la Bréde reside en Londres, es posterior a
la revolución de 1688, momento en el cual existía un claro
predominio del parlamento sobre no sólo el monarca, si no
también sobre el ejecutivo.
Su concepción Aristocrática, aunque liberal, conduce al autor
de "el espíritu de las leyes¨ a querer exportar un
liberalismo inglés, tamizado por su peculiar visión, a Francia,
convirtiéndole en un conservador ilustrado.
La formación ideológica es otra de las características que no
se puede soslayar, a fin de hacer un análisis del autor que nos
ocupa.
Es importante señalar, en relación a este apartado, su
formación en y con los Oratonianos de Juilly, institución que
le marcó como sendero intelectual el racionalismo cristiano de
Descartes, el filósofo que, sin ser un revolucionario, quiso
partir de cero. Su influencia se refleja en la creencia en Dios
por parte de Montesquieu de forma apriorística dándole un valor
de impulsor de las leyes mecánicas que rigen la naturaleza, tal
como describe Julián Marías refiriéndose a la doctrina del
matemático y filósofo francés: ¨Materia y espacio es uno y lo
mismo, la espacialidad es la cualidad capital de la materia .El
mundo se podría explicar por una serie de movimientos de
torbellino, y se desarrollaría después de la creación de un
modo puramente mecánico. Aquí encontramos la resonancia de la
idea de que la conservación del mundo, la creación continuada
no es necesaria, el mundo una vez creado, se basta así mismo¨ -
(Marías J. Historia de la Filosofía).
Pero, además, Descartes influye, en este autor, en la
concepción del hombre como sustancia pensante, cuyo valor único
es la razón que , a su vez, es común a todos los hombres.
Veamos aquí lo que expresa el autor en el preludio del libro XX
de ¨El espíritu de las leyes¨, dirigiéndose a las musas: ¨La
razón es de todos nuestros sentidos el más perfecto, el más
noble y el más exquisito¨. Ahora bien ;el influjo de Descartes
le viene a nuestro pensador, reinterpretado por la filosofía de
Nicolás Malebranche, sacerdote de la congregación del Oratorio,
mediante su sistema ocasionalista, planteamiento que asume lo que
podríamos denominar un determinismo divino que alejaría
cualquier idea de libre albedrío.
Cierto es que Montesquieu criticó y se distanció públicamente
del pensamiento del Oratoniano, pero su concepto de naturaleza
tiene muchos puntos de conexión con la doctrina repudiada. Como
muy bien dice Carmen Iglesias: ¨y, sin embargo, y a pesar del
rechazo explícito hacia esa filosofía que complica en su
opinión, inútilmente, el sistema cartesiano, parece evidente
que, a lo largo del análisis de la obra de Montesquieu , se
rastrea una influencia malenbrachiana , mucho más profunda
quizás que la que el presidente á Mortier podía
sospechar¨-(El pensamiento de Montesquieu).
Gerundensis (Continuará) *
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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