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Rhodesia
Se hunde un modelo.
Desde la fundación de Rhodesia por los
colonos anglosajones, hubo un choque de culturas.
Obviamente, entre europeos y africanos, pero también entre los
mismos africanos. Siglos atrás, los mashona habían podido
construir un reino poderoso que comerciaba con Asia y con
occidente, vía Portugal. De ese pasado esplendor quedan los
restos de la ciudad amurallada de Zimbabwe. Por razones que
desconocemos, este imperio se vino abajo entre los siglos XVII y
XVIII, quedando los mashonas como el resto de todo aquello, que
llegaba a las costas del Océano Índico. Esta tribu se
especializó en la alfarería y metalurgia, algo casi impensable
teniendo en cuenta el bajo nivel tecnológico de las demás
tribus locales de la zona. Así, hasta la mejora de la
revolución industrial, sus fundiciones y aleaciones estaban a la
par con las europeas. Como no se trataba de un pueblo aguerrido,
tal vez fue esa fue la causa de su decadencia. Pues bien, a
finales del siglo XVIII y principios del XIX otros pueblos de
etnia bantú se afincaron en la zona : Los shangaan y los
matabele. Ciertamente, los más poderosos y belicosos eran los
matabele, que, en seguida, teniendo en cuenta su origen
(procedían de una defección del gran conjunto zulú de tiempos
de Chaka), no es de extrañar que doblegaran y redujeran al
vasallaje a los mashonas. Es entonces cuando llegan los
colonizadores británicos y modifican el status quo.
Inmediatamente la gran mayoría de la población es sometida al
nuevo régimen de los blancos, bajo cuyo dominio se logra
terminar con las razzias habituales de los matabele contra los
otros poblados.
La lucha contra el poder anglosajón pareció, una vez, durante
los felices sesenta y setenta, aunar a toda la masa indígena,
pero no fue así. El comunismo apoyaba desde el exterior a
ciertos agentes que empleaban las peores técnicas terroristas
para amedrentar tanto a blancos como a negros. Unos cuantas
élites aborígenes, de forma esclarecida, comprendieron que un
ataque directo contra el poder blanco era inútil, puesto que
eliminaba la fuente de riqueza de Rhodesia. Eran personas como el
arzobispo anglicano, Abel Muzorewa, el clérigo Shitole y el jefe
Chirau.
En los llamados acuerdos de Lancaster House, éstos fueron la
apuesta británica para un gobierno de mayoría negra. La URSS y
sus aliados se opusieron a ello, pues habían estado financiando
al ZAPU y ZANU exteriores con armas equipos y entrenamiento y
deseaban extender su influencia a una zona con minerales
estratégicos.
Robert Mugabe comenzó su andadura de presidente arrojando al
ostracismo primero a los nativos condescendientes con la
presencia de occidentales como los anteriormente citados. Luego,
se deshizo de su compañero de fatigas y más que posible
contrincante político, Joshua N'komo, con ayuda de viejos
luchadores en el bando de los blancos. La técnica paga en todas
partes. Hoy, los que no están muertos, han acabado en la
cárcel.
En el actual Zimbabwe se violan, mucho más que durante la época
colonial, los derechos humanos. Gracias al apoyo soviético y al
afán por salvar la cara de Gran Bretaña, durante algo más de
una década se presentó Zimbabwe como el gran logro africano, un
país en el que podían convivir negros y blancos, después de
una cruenta lucha por la liberación. Como ejemplos se ponían el
funcionamiento de una Bolsa, y la visión de una clase media o
acomodada formada entre la población indígena. Pero tanto la
Bolsa como la clase media negra ya existía bajo el dominio
británico, pero lo que no dicen, porque tuvieron tapados por
cierto subjetivismo, sus ojos, es que buena parte de los nativos
acomodados forman parte del entorno del actual presidente.
Hoy, quedan menos de veinte mil blancos, del cerca de cuarto de
millón en 1.965. Acabados por el fin de la guerra fría, los
subsidios de EEUU y G.B. , la economía va de mal en peor. Se
comienza a pasar hambre, algo nunca visto en el pasado. Mugabe ha
requisado sin compensación las granjas a los blancos para
entregárselas a sus aduladores, y les echa la culpa a los
colonos europeos.
No es de extrañar que G.B. construya su centro de entrenamiento
militar en ese país, para defender sus intereses económicos.
Mientras el presidente critica la política occidental en la OUA.
Pero esta tensión pronto puede acabar, puesto que una visita de
la señora Madeleine Allbright le ha obligado a "entrar en
razones" al convertir a su país en dependiente económico
de la ayuda norteamericana. Así puede mantenerse en el poder y
retrasar el alzamiento, tanto de blancos como de negros pobres,
la mayoría de la población.
Carlos Pintor *
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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