Portada Revista 16

Montesquieu II Indice de Revistas Derecho a la vida y eutanasia

ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

Rhodesia

Se hunde un modelo.

Desde la fundación de Rhodesia por los colonos anglosajones, hubo un choque de culturas.

Obviamente, entre europeos y africanos, pero también entre los mismos africanos. Siglos atrás, los mashona habían podido construir un reino poderoso que comerciaba con Asia y con occidente, vía Portugal. De ese pasado esplendor quedan los restos de la ciudad amurallada de Zimbabwe. Por razones que desconocemos, este imperio se vino abajo entre los siglos XVII y XVIII, quedando los mashonas como el resto de todo aquello, que llegaba a las costas del Océano Índico. Esta tribu se especializó en la alfarería y metalurgia, algo casi impensable teniendo en cuenta el bajo nivel tecnológico de las demás tribus locales de la zona. Así, hasta la mejora de la revolución industrial, sus fundiciones y aleaciones estaban a la par con las europeas. Como no se trataba de un pueblo aguerrido, tal vez fue esa fue la causa de su decadencia. Pues bien, a finales del siglo XVIII y principios del XIX otros pueblos de etnia bantú se afincaron en la zona : Los shangaan y los matabele. Ciertamente, los más poderosos y belicosos eran los matabele, que, en seguida, teniendo en cuenta su origen (procedían de una defección del gran conjunto zulú de tiempos de Chaka), no es de extrañar que doblegaran y redujeran al vasallaje a los mashonas. Es entonces cuando llegan los colonizadores británicos y modifican el status quo.

Inmediatamente la gran mayoría de la población es sometida al nuevo régimen de los blancos, bajo cuyo dominio se logra terminar con las razzias habituales de los matabele contra los otros poblados.

La lucha contra el poder anglosajón pareció, una vez, durante los felices sesenta y setenta, aunar a toda la masa indígena, pero no fue así. El comunismo apoyaba desde el exterior a ciertos agentes que empleaban las peores técnicas terroristas para amedrentar tanto a blancos como a negros. Unos cuantas élites aborígenes, de forma esclarecida, comprendieron que un ataque directo contra el poder blanco era inútil, puesto que eliminaba la fuente de riqueza de Rhodesia. Eran personas como el arzobispo anglicano, Abel Muzorewa, el clérigo Shitole y el jefe Chirau.

En los llamados acuerdos de Lancaster House, éstos fueron la apuesta británica para un gobierno de mayoría negra. La URSS y sus aliados se opusieron a ello, pues habían estado financiando al ZAPU y ZANU exteriores con armas equipos y entrenamiento y deseaban extender su influencia a una zona con minerales estratégicos.

Robert Mugabe comenzó su andadura de presidente arrojando al ostracismo primero a los nativos condescendientes con la presencia de occidentales como los anteriormente citados. Luego, se deshizo de su compañero de fatigas y más que posible contrincante político, Joshua N'komo, con ayuda de viejos luchadores en el bando de los blancos. La técnica paga en todas partes. Hoy, los que no están muertos, han acabado en la cárcel.

En el actual Zimbabwe se violan, mucho más que durante la época colonial, los derechos humanos. Gracias al apoyo soviético y al afán por salvar la cara de Gran Bretaña, durante algo más de una década se presentó Zimbabwe como el gran logro africano, un país en el que podían convivir negros y blancos, después de una cruenta lucha por la liberación. Como ejemplos se ponían el funcionamiento de una Bolsa, y la visión de una clase media o acomodada formada entre la población indígena. Pero tanto la Bolsa como la clase media negra ya existía bajo el dominio británico, pero lo que no dicen, porque tuvieron tapados por cierto subjetivismo, sus ojos, es que buena parte de los nativos acomodados forman parte del entorno del actual presidente.

Hoy, quedan menos de veinte mil blancos, del cerca de cuarto de millón en 1.965. Acabados por el fin de la guerra fría, los subsidios de EEUU y G.B. , la economía va de mal en peor. Se comienza a pasar hambre, algo nunca visto en el pasado. Mugabe ha requisado sin compensación las granjas a los blancos para entregárselas a sus aduladores, y les echa la culpa a los colonos europeos.

No es de extrañar que G.B. construya su centro de entrenamiento militar en ese país, para defender sus intereses económicos. Mientras el presidente critica la política occidental en la OUA. Pero esta tensión pronto puede acabar, puesto que una visita de la señora Madeleine Allbright le ha obligado a "entrar en razones" al convertir a su país en dependiente económico de la ayuda norteamericana. Así puede mantenerse en el poder y retrasar el alzamiento, tanto de blancos como de negros pobres, la mayoría de la población.

Carlos Pintor *


Montesquieu II Portada revista 16 Derecho a la vida y eutanasia

Cartas al director, sugerencias y colaboraciones

Buzon Pulse aquí para enviar correo



"ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el Foro Arbil
La reproducción total o parcial de estos documentos esta a disposición de la gente siempre bajo los criterios de buena fe y citando su origen.