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Accionar del movimiento pro vida.
Análisis de los movimientos contrarios y favorables a la vida y a la familia.
Introducción
La sociedad actual se prepara para un acontecimiento, quizá sin
precedentes en cuanto a las expectativas que lo rodean: el
advenimiento de un nuevo milenio.
Desde lo fabuloso, hasta los avances científicos y
tecnológicos, todo el diario acontecer parece tener puesta su
mirada en ello.
No obstante, este progreso que pareciera no reconocer fronteras
ni límites, se ve acompañado de una preocupante degradación de
la persona humana.
Nunca como hoy, la humanidad ha conocido movimientos,
instituciones y pensadores que promuevan los "derechos
humanos". Sin embargo, nunca como hoy, estos derechos han
sido tan sistemáticamente dejado de lado, vulnerados y violados
por los estados y las personas, constituyendo verdaderas
"estructuras de pecado", en el marco de una
"cultura de la muerte" a la que el cristiano se ve
llamado a contraponer el "Evangelio de la Vida" (crf.
Encíclica Evangelium Vitae).
Dentro de este contexto, merece ser analizado el más elemental
de todos los derechos humanos: el derecho a la vida, desde su
concepción hasta su natural desenlace. Y esta vida de la persona
humana se desarrolla desde y dentro del seno familiar.
Azorado, el hombre de hoy constata a diario cómo desde las
esferas gubernamentales de algunos estados y desde las mismas
organizaciones internacionales que se proclaman observadoras de
los derechos humanos y de la familia, se impulsan e instrumentan
programas de "educación sexual" y de control
artificial de la natalidad que se pretenden imponer
compulsivamente, como ahora sucede en Argentina.
Ya el Dr. Alan Guttmacher, ex presidente de la Paternidad
Planificada (filial norteamericana de la I.P.P.F.) declaraba:
"cada país va a tener que decidir su propio modo de
coaccionar y determinar cuándo y cómo emplearlo, por el momento
los medios que están disponibles son la esterilización y el
aborto obligatorio, quizá algún día encontraremos el modo de
forzar el control obligatorio de la natalidad" (Citado por
Eileen Lichwiarz en "EL CONTROL DEMOGRÁFICO: UNA NUEVA ERA
DE ESCLAVITUD FEMENINA". En el mismo artículo denuncia una
serie sistematizada y planificada de prácticas abortivas y de
esterilización que se están llevando a cabo en vastas regiones
de Colombia y Brasil, e incluso entre la población marginal en
los mismos E.U.A. desde las esferas gubernamentales de los
distintos estados, con o sin el consentimiento de los
damnificados. Un enunciado detallado de organismos nacionales e
internacionales antinatalistas, en "SEXO Y VIDA, SIDA,
HOMOSEXUALIDAD, ABORTO" de Luis A. Ravaioli, editorial CIES,
1.992, p.95 y 96).
Se comprende, entonces, por qué grandes sumas de dinero
aportadas por organismos nacionales e internacionales, que forman
parte de programas para el desarrollo económico, industrial,
tecnológico y cultural de diversos países en vía de
desarrollo, vienen condicionadas a la aceptación previa de tales
medidas.
Víctima de este vertiginoso proceso de descomposición interna
que padece la sociedad actual en todas las latitudes del globo,
Argentina reconoce antecedentes similares.
A poco de andar, advertimos el protagonismo creciente de los
E.U.A, que allá por 1.974 elabora el "Memorándum de
Estudio para Seguridad Nacional (NSSM 200)", suscripto el 24
de abril de ese año por el entonces Secretario de Estado del
gobierno norteamericano, Henry Kissinger, con el título de
"Implicancias del Crecimiento de la Población Mundial para
la Seguridad de los Intereses Ultramarinos de los E.U.A."
(La versión electrónica en inglés se puede consultar en
internet en: http://www.pop.org/students/nssm200.html );
completado el 26 de noviembre de 1.975 por el presidente
norteamericano Gerald Ford, con su Memorándum de Resolución de
Seguridad Nacional (NSDM 314). En los mismos se instruye a todas
las áreas y funcionarios del gobierno central a arbitrar los
mecanismos más adecuados para inducir al control de la natalidad
en los países satélites, por medio de lo cual se aseguraría la
hegemonía sobre ellos (Cfr. SCALA, Jorge: "IPPF, LA
MULTINACIONAL DE LA MUERTE", en especial los capítulos 3 y
4, págs. 25 a 55). El "Informe Kissinger", como se lo
conoce, ha guiado las relaciones internacionales del país del
norte, desde entonces hasta la fecha. Y ha sido el actual
presidente Bill Clinton, quien profundizara y globalizara esta
política controlista norteamericana.
La libertad sobre el propio cuerpo, los derechos de las mujeres a
las prácticas de un "sexo seguro", los problemas
derivados del hambre, la explosión demográfica, el deterioro
del medio ambiente; el resurgimiento de las líneas verde, en
defensa de la ecología; todo ellos son meros argumentos
levantados en pos de intereses más sonantes y menos altruistas
que los mencionados.
Planteo del problema
Es menester dejar debidamente asentado y comprender que la
problemática abordada es sólo un emergente de una realidad
mucho más compleja, que involucra a toda la persona humana, cuya
raíz ha de encontrarse en la crisis por la que atraviesa la
mismísima institución familiar:
1. En primer lugar, estamos enfrentando un problema de origen
económico o economisista:
En efecto, lo que se procuraría con estas políticas es llegar a
los sectores o franjas socioeconómicas más necesitadas y
desprotegidas.
Pero, en realidad, brindan un recurso artificial sin
solucionarles sus problemas estructurales. Así, el hombre sigue
marginado, sin recursos materiales, sin trabajo, ni vivienda
digna, sin infraestructura sanitaria adecuada, sin cobertura de
salud mínima para él y su familia, etc.
Hacinamiento, indigencia extrema, promiscuidad. Esta es la
situación límite tan cara a la dialéctica de los panegiristas
de estos programas, ante la cual sólo proponen como
"remedio" o solución, los anticonceptivos.
Frente a ello, cabe la pregunta: ¿qué se pretende controlar y
eliminar, la pobreza o a los mismos pobres?. De esta respuesta se
obtendrá la conveniencia o no de dichos emprendimientos de
control de la natalidad.
2. En segundo lugar, estamos ante un problema sanitario o de
salubridad, pues los métodos "anticonceptivos" que se
proponen, lejos de ser inocuos, acarrean una serie difícilmente
controlable de efectos secundarios y colaterales, que en no pocos
casos llegan hasta la muerte de la usuaria. Además, la mayoría
de ellos actúan como antiimplantatorios del huevo (mecanismo de
acción abortivo, como el que poseen todos los anticonceptivos
hormonales -orales, inyectables, implantes subcutáneos, etc.-).
Promover, aconsejar y distribuir entre los sectores más
necesitados y postergados socioeconómicamente estos métodos, no
solo no remedia los males, sino que empeora la situación.
3. En tercer lugar, el problema es de índole psicosocial:
Los mentores de frases como "salud reproductiva",
"derechos reproductivos", etc. pretenden acuñar la
idea de que el hombre alcanza la felicidad en el mero goce y
disfrute del placer sexual liberado de todo riesgo: el de la
procreación, el de la atadura familiar y el de las enfermedades
infecto-contagiosas.
Este pansexualismo es una receta de vieja data que, resurgido con
el posmodernismo, deviene en peligrosa herramienta de manejo y
control de masas, a la que no pocos gobiernos ceden ante la
tentación de lo que se les ofrece.
4. En cuarto lugar, nos enfrentamos a un problema geopolítico:
A lo largo de la historia de la humanidad fácilmente se advierte
que ningún pueblo de la tierra ha podido crecer y evolucionar
prescindiendo de su desarrollo demográfico.
En efecto, se necesitan hombres para trabajar la tierra y generar
así alimentos, industrias, herramientas, etc.; y se necesitan
hombres, mujeres y niños para poblarla y asegurar las fronteras
puertas adentro. Esto no se puede llevar a cabo con una
población decadente y poco numerosa.
Los países del primer mundo (E.U.A. a la cabeza) han visto cómo
esta balanza geopolítica paulatina, pero insistente e
inexorablemente, se va descompensando. Fruto de una sociedad
hedonista, materialista, viciada por un individualismo sensual y
permisivo, asisten preocupados al desmoronamiento de su tasa de
natalidad mientras que, como contrapartida, sigue aumentando o
manteniéndose alta en los países sub desarrollados o en vías
de desarrollo.
Ello provocaría a corto o mediano plazo, que los recursos
naturales, energéticos, tecnológicos, industriales,
alimenticios, fuentes de trabajo, capitales, asistencia
médico-sanitaria, etc. se deban destinar a estos pueblos
crecientes en número, y no a los suyos. Ese mismo crecimiento
numérico les ha llevado a plantearse las serias consecuencias
económicas y geo estratégicas que les puede acarrear tal
situación.
Estas especulaciones llevaron a concebir por parte de E.U.A. un
plan de control de la natalidad en los países del tercer mundo,
cuyos brazos más fuertes son: la Federación Internacional de
Paternidad Planificada (I.P.P.F.), principal multinacional
antinatalista, fundada en 1.953 con los aportes de la Fundación
David Rockefeller; el Consejo de Población de los Estados
Unidos, y distintas agencias y organismos de las Naciones Unidas,
como la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las
Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el fondo de las
Naciones Unidas para la Población y Desarrollo (FNUAP), el Banco
Mundial, el Fondo Monetario Internacional, etc. Todos inspirados
en el ya mencionado informe Kissinger.
5. En quinto lugar, el problema que nos convoca, es de índole
filosófico-antropológico. Es el problema del hombre. Por tanto,
involucra el ámbito ético-moral:
En efecto, según sea nuestra concepción de persona, así será
nuestro proceder para con ella.
Si veo en el individuo que tengo frente a mí, a un animalito
biológicamente desarrollado, con algunos rasgos estructurales
que lo tornan superior al resto, pero animalito al fin; inmanente
a sí mismo, cuya plenificación consiste en obedecer a sus
instintos e inclinaciones, pero que es incapaz de trascender o
proyectarse en los demás; si creo que su cuerpo no es más que
un conjunto armonioso de átomos, moléculas y células agrupadas
por bondad del azar y que algún día han de desintegrarse
definitivamente para retornar a la tierra, lugar del que nunca
debieron salir. Repito, si esta es mi concepción de persona,
entonces es dable "operar" con ese ser, de manera
semejante a como lo haría ante una campaña de control de la
proliferación de animales vagabundos.
En cambio, si creo que el ser que me está mirando, y que
conversa conmigo es un cuerpo material, sí, pero un cuerpo
asumido eminentemente por un alma racional, su causa formal. Si
entiendo que esa persona humana debe satisfacer sus inclinaciones
e instintos, pero a la luz de sus capacidades superiores. Si
comprendo que tiene inteligencia y voluntad, capacidad de
libertad y por tanto, de actuar y responder por sus actos; que
posee afectos, sentimientos, deseos y esperanzas. Si creo que
estoy frente a un ser perfectible, educable, que su desarrollo se
plenifica en su facultad de trascender, de comunicarse con la
naturaleza, con sus semejantes y con el Creador. Si capto que
estoy frente a una unidad bio-psíquico-moral-social y religiosa,
entonces no podré obrar de igual manera que frente a un
animalito de laboratorio. No me enfrento a un cobayo, sino a un
ser trascendente, hecho a imagen y semejanza de Dios.
Evidentemente, ambas lecturas de la realidad humana son
irreconciliables. Y a esa lectura mecanisista y biologista del
hombre, debemos contraponer hoy nuestra visión superadora,
integral e integradora de la persona humana. De eso se trata.
6. Por último, a no dudarlo, es un problema teológico
religioso:
Es el franco enfrentamiento al límpido Mandato y Bendición
Divinos: "Sed fecundos y multiplicaos, y henchid la tierra y
sometedla" (Gén. 1,28), conforme al Orden Moral íncito en
la naturaleza humana.
Es el combate en el interior de cada alma; la confrontación
entre el "¡Non Serviam!" de Lucifer y el "¡Quis
ut Deus!" del Arcángel San Miguel.
Estamos, pues, frente a la figura de las dos banderas de San
Ignacio de Loyola, que se resuelve, en la vida pública, en las
dos ciudades de San Agustín.
El Obispo de Hipona claramente lo plasma al decir: "Así que
dos amores fundaron dos ciudades; es a saber: la terrena, el amor
propio hasta llegar a menospreciar a Dios, y la Celestial, el
amor a Dios, hasta llegar al desprecio de sí propio. La primera
puso su gloria en sí misma, y la segunda, en el Señor; porque
la una busca el honor y gloria de los hombres, y la otra, estima
por suma gloria a Dios, testigo de su conciencia; aquélla,
estribando en su vanagloria, ensalza su cabeza, y ésta dice a su
Dios: `Vos sois mi gloria y el que ensalzáis mi cabeza`;
aquélla reina en sus príncipes o en las naciones a quienes
sujetó la ambición de reinar; en ésta unos a otros se sirven
con caridad: los directores, aconsejados, y los súbditos,
obedeciendo; aquélla, en sus poderosos, ama su propio poder;
ésta dice a su Dios: `A vos, Señor, tengo de amar, que sois mi
virtud y mi fortaleza`; y por eso, en aquélla, sus sabios,
viviendo según el hombre, siguieron los bienes, o de su cuerpo,
o de su alma, o los de ambos; y los que pudieron conocer a Dios
`no le dieron la gloria como a Dios, ni le fueron agradecidos,
sino que dieron en vanidad con sus imaginaciones y discursos, y
quedó en tinieblas su necio corazón; porque, teniéndose por
sabios, quedaron tan ignorantes, que trocaron y transfirieron la
gloria que se debía a Dios eterno e incorruptible por la
semejanza de alguna imagen, no solo de hombre corruptible, sino
también de aves, de bestias y de serpientes`; porque la
adoración de tales imágenes y simulacros, o ellos fueron los
que la enseñaron a las gentes, o ellos mismos siguieron e
imitaron a otros, `y adoraron y sirvieron antes a la criatura que
al Criador, que es bendito por los siglos de los siglos`. Pero en
esta ciudad no hay otra sabiduría humana sino la verdadera
piedad y religión con que rectamente se adora al verdadero Dios,
esperando por medio de la amable compañía de los santos no solo
de los hombres, sino también de los ángeles, `que sea Dios todo
en todos`" (La Ciudad de Dios, libro XIV, cap. XXVIII).
Familia y políticas anti vida
Fácil resulta advertir, por lo hasta aquí afirmado, que la
sociedad familiar es la primera y principal víctima de los
programas controlistas. Los mismos atentan contra la naturaleza
misma del amor conyugal, contra la prole y perpetuación de la
especie humana y, en definitiva, contra la misma sociedad:
. Atentan contra el verdadero amor conyugal, al pretender
garantizar el disfrute y goce sexual, sin responsabilidad ni
compromiso de fidelidad ni respeto por el pudor propio y ajeno.
. Atentan contra la prole, al divorciar el fin unitivo del
procreativo.
. Y por ello, atentan contra la misma sociedad, minando el primer
núcleo social en el que el hombre se ve inserto.
El hombre nace en una indigencia tal, que para sobrevivir en sus
primeros años no puede prescindir de sus semejantes. Aquí no
nos referimos meramente a lo físico, sino a la necesidad de
afecto que el niño reclama. Porque es sin dudas el ámbito
familiar donde la persona crece armónica e integralmente; donde
desarrolla y se nutre su personalidad e irrepetible forma de ser;
donde cultiva y acrecienta el conocimiento de sí mismo (apertura
a la intimidad), su relación con los demás (apertura al mundo)
y su trato con Dios (apertura a la trascendencia).
Así, el respeto por nuestro propio cuerpo y el del prójimo, la
espiritual complementariedad de los sexos, el valor inmensurable
del matrimonio indisoluble son premisas excluyentes para la plena
realización del ser humano: lo requiere el verdadero amor, por
respeto al pudor y a la intimidad del otro; se compadece con la
entrega sin restricciones de sí mismo, trascendiendo el mero
acto sexual; lo exige la naturaleza para satisfacer las
necesidades de la prole y su educación, pues los hijos que con
amor se traen al mundo, con amor se educan y crecen; es el
ámbito adecuado para la transmisión de los valores culturales,
espirituales y religiosos; finalmente, conlleva el amor y
veneración por los mayores. Esto es difícil de entender en una
sociedad corroída en lo más íntimo de su ser.
La familia, pues, tiene la misión, y, por tanto, el derecho de
engendrar y educar a la prole, derecho inalienable por estar
inseparadamente unido con la estricta obligación, derecho
anterior a cualquier derecho de la sociedad civil y del Estado, y
por lo mismo, inviolable por parte de toda potestad terrena.
Esta visión integral e integradora de la educación de la
persona humana nos lleva al convencimiento íntimo de que los
planes y programas de "salud reproductiva" o
"procreación responsable", sustentados por una marcada
ideología "anti vida", así como la educación sexual,
ejecutados desde y por el Estado no son viables ni aconsejables
en un país que desee crecer socialmente y no quedar preso del
suicidio demográfico.
La pluralidad de credos y tradiciones culturales que han hecho
raíces en nuestro suelo, fortalecidas por una profunda
convicción nacional de tolerancia y aceptación del prójimo, se
verían amenazadas seriamente si el Estado se arrogare la
facultad de torcer la educación que brindan los padres a sus
hijos, no respetando la voluntad de los primeros y dañando, a
veces irremediablemente, la tierna inteligencia y voluntad de los
segundos.
Ni mucho menos aún le cabe, promover, alentar, financiar e
incluso aplicar compulsivamente planes antinatalistas desde las
esferas y organismos oficiales, desconociendo y arremetiendo
contra la dignidad no sólo de la mujer, principal implicada y
degradada en ellos, sino contra la mismísima institución
familiar.
Los movimientos pro vida y pro familia
No resulta sencillo establecer una fecha cronológica de
iniciación o aparición del accionar pro vida.
En realidad, la iglesia Católica, desde siempre ha hecho oír su
voz y Magisterio en defensa de la vida humana y de la
institución familiar.
Sin embargo, podemos afirmar que, desde la segunda mitad del
siglo XX, con la aparición sistemática del control de la
natalidad a escala mundial, con fines eugenésicos y racistas
primero, y de restricción demográfica luego (sin excluir los
anteriores), la defensa de la vida humana se ha tornado mas
sistemática.
Así, dan a luz numerosos documentos de la Iglesia Católica,
encíclicas, exhortaciones, cartas apostólicas, alocuciones,
etc. Entre las múltiples existentes, y solo a titulo de ejemplo,
podemos citar:
PONTIFICIO CONSEJO PARA LA FAMILIA
· "Evoluciones demográficas: dimensiones éticas y
pastorales".
· "Sexualidad humana: verdad y significado".
· "Vademecum para los confesores sobre algunos temas de
moral conyugal".
SAGRADA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE
· "Declaración sobre el aborto". 18/11/74.
· "Persona humana: sobre algunas cuestiones de ética
sexual". 29/12/75.
· "Instrucción sobre el respeto de la vida humana naciente
y la dignidad de la
procreación"Donum Vitae". 22/2/87.
SAGRADA CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA
· "Orientaciones educativas sobre el amor humano: pautas de
educación sexual"
· SANTA SEDE: "Carta de los derechos de la familia".
1.983.
· S.S. PIO XI: . Carta Encíclica "Divini Illius
Magistri". 31/12/29.
· Carta Encíclica "Casti Connubi". 31/12/30.
· S.S. PIO XII: . Carta Encíclica "Sacras
Virginitas". 25/3/54.
· S.S. JUAN XXIII: . Carta Encíclica "Mater et.
Magistra". 15/5/61
· S.S. PABLO VI: . Carta Encíclica "Populorum
Progressio" . 26/3/67.
· Carta Encíclica "Humanae Vitae". 25/7/68.
· S.S. JUAN PABLO II: . Carta Encíclica "Sollicitudo Rei
Socialis". 30/12/87.
· Carta Encíclica "Veritatis Splendor". 6/8/93.
· Carta Encíclica "Evangelium Vitae". 25/3/95.
· Carta Apostólica "Mulieris Dignitatem". 15/8/88.
· Exhortación Apostólica "Familiaris Consortio".
1982.
Todas ellas dirigidas a un llamado de toma de conciencia sobre
las calamidades que abaten al hombre moderno, como la cuestión
social, los ataques a la institución familiar y el desprecio
creciente contra la dignidad de la vida humana, así como a poner
de manifiesto la sana doctrina de promoción de la familia.
En consonancia con la voz de la Iglesia, numerosos grupos e
instituciones católicas primero, y de otros credos y civiles
después, han adoptado un apostolado o tarea de concientizacion
en lo referente a los riesgos que entrañan estas políticas anti
vida, que penetra en la sociedad en las conciencias particulares
por un lado, y como políticas de estado por otro.
Es menester resaltar el doble aspecto de estas instituciones,
como organizaciones pro vida y pro familia.
En efecto, decimos instituciones pro vida, porque concientizan y
promueven el valor de la vida: de toda la vida humana, y de toda
vida humana: desde la del más pequeño e indefenso inocente no
nacido, hasta la del enfermo terminal y del anciano.
Y por ser instituciones pro vida, defienden también el ámbito
donde se gesta la vida, ese marco esencial donde el hombre se
hace partícipe de la obra creadora de Dios tornándose
co-creador, pro-creador. Esto es, el seno familiar.
La defensa y promoción de la vida humana y de la familia, ante
todo no han de blandirse como bandera ideológica o como premisa
excluyente y desconocedora de toda otra realidad humana.
Tal actitud entrañaría en si misma el germen del fracaso del
accionar pro vida, porque se estaría renunciando desde el
principio a reconocer la unidad intrínseca de la persona humana.
Esta defensa se encara por los movimientos pro vida y pro
familia, procurando una síntesis totalizadora como respuesta
seria, profunda y meditada a la aguda crisis del hombre actual.
Y porque el ser humano es uno, en cualquier parte del mundo en
que se encuentre, y participa de la misma naturaleza, conllevando
las mismas penas, es que a esa "conjura contra la vida"
como la ha definido S.S. Juan Pablo II, se le ha de contraponer
el "Evangelio de la Vida".
Una experiencia concreta en la provincia de Mendoza
En Mendoza, a mediados de 1.995 nace la Unión de Entidades por
una Vida más Humana (V + H), como respuesta a una necesidad que
la sociedad hacía sentir, de manifestar los valores inmutables
relativos a la moral y castidad conyugal frente a los distintos
intentos de control de la natalidad que se presentaban en el
ámbito nacional y de las distintas provincias y municipios.
Así es como distintas instituciones y organizaciones no
gubernamentales, algunas de las cuales ya venían trabajando en
este ámbito hacía mas de diez años, y en comunión de fines y
objetivos, se integran en este organismo que en forma
ininterrumpida desde entonces se ha hecho presente resaltando la
importancia de la educación familiar, asumiendo el compromiso de
promover, difundir y defender la potestad de los padres en la
educación de sus hijos, y el derecho del matrimonio a una
procreación sana, natural y responsable, frente a los intentos
de control de la natalidad compulsivos y de la imposición de una
educación sexual hedonista y permisiva en los menores por parte
del Estado.
La Unión de Entidades para una VIDA MÁS HUMANA - "V +
H" está constituida por agrupaciones orgánicas de personas
que desarrollan sus actividades en distintos ámbitos de acción,
con el común denominador de considerar a la persona humana y sus
naturales inclinaciones sociales como los ejes principales
alrededor de los cuales debe estructurarse toda sociedad
organizada.
Su objetivo es bregar por:
. La dignidad de la vida humana, amparada desde el momento de la
concepción en el vientre materno por una legislación orientada
por el derecho natural, fuente que asegura la vocación de la ley
positiva por la defensa integral y trascendente de todo ser
humano.
. La vida en familia, única escuela natural de virtudes para
erradicar la delincuencia, el vicio y desterrar los flagelos que
azotan al hombre de hoy.
. La organización de la sociedad a través de una participación
responsable y efectiva de múltiples entidades que, integradas,
trabajen por forjar una Argentina virtuosa, próspera, unida y
grande, con el marco de una cultura propia a favor de la vida, la
familia, el trabajo responsable y una vida que merezca ser
vivida.
. La búsqueda y aplicación de alternativas inteligentes
adoptables por todos los estratos de la población, que vengan a
suplantar las posturas simplistas y, a la vez, deshumanizadoras,
que pretenden implantar modelos discriminatorios y selectivos en
cuanto a población y crecimiento económico.
. La desmitificación de la aparente contradicción entre
crecimiento poblacional y progreso económico, demostrando lo
falaz y nocivo que tal alternativa ha resultado y resulta para
los países del primer mundo.
. La difusión de programas y proyectos destinados a la
elevación de las capas postergadas social y económicamente, que
apuesten al crecimiento de la vida y no a una limitación
impuesta subrepticia o compulsivamente como si se trataren de una
carga y un peligro latente para el desarrollo armónico de toda
la sociedad.
Estos y otros postulados que "V + H" está dispuesta a
defender demostrando que aún no han sido intentados, habrá de
asegurar, con el concurso de todos, una vida:
. más justa, frente a las injusticias, la pobreza y la
desigualdad de oportunidades.
. más solidaria, frente al egoísmo, el individualismo y la
soberbia.
. más auténtica, frente a la mentira y el error.
. más libre, económica y políticamente, frente a las
imposiciones interesadas, la miseria y la ignorancia.
. más feliz, frente a la angustia, la despersonalización, las
continuas frustraciones, los escapismos que hacen del vivir
cotidiano un hecho trivial, rutinario y banalizado.
"V + H" está empeñada en un proyecto que implique
aspirar a vivir una vida más humana, para nosotros y nuestros
hijos, empezando por nuestra Patria, en pos del país posible, el
que debe ser una Argentina unida tras ideales alcanzables;
grande, mediante el progreso material equitativamente forjado y
distribuido; virtuosa, con una gran riqueza y profundidad morales
y espirituales de sus hombres y mujeres; y libre, mediante la
adhesión a un objetivo magnánimo que potencie al máximo el
desarrollo de las capacidades y voluntades positivas de los
habitantes.
Corolario
En conclusión, la gran tarea pro vida es lograr recuperar para
el hombre el sentido de su propia dignidad frente a las demás
creaturas, siendo hacedores de una cultura que sea fiel reflejo
de la realidad humana; que comprometa la doble dimensión terrena
y trascendente; que vea en la familia el manantial de valores
necesarios para el crecimiento y desarrollo personal y social, y
no la amenaza que pone trabas al enriquecimiento mezquino de
algunos en detrimento de los demás.
Esta cultura pro vida, desde luego no sería suficiente si se
consiguiere refundar en una sociedad aislada.
El vértigo característico de este fin de milenio ha llevado a
internacionalizar los conflictos.
La caída de las economías locales, y la dependencia y falta de
autonomía de los distintos estados respecto a un grupo que
aparece como dominante, junto a los avances y aceleración de los
tiempos en las comunicaciones e informática, han llevado a que
se gestaran organismos "rectores" de este nuevo
"orden mundial", totalitario y globalizado.
Esta internacionalización y concentración del poder mundial ha
cedido a la tentación de controlar el crecimiento y desarrollo
demográfico de los pueblos menos aventajados, y, como ya
denunciamos, ha creado sus propias instituciones controlistas.
Sabedores de estas dificultades, también los organismos pro vida
se han visto en la necesidad de coordinar las acciones locales,
para ofrecer una respuesta coherente y acorde a los tiempos que
corren.
La unión y organicidad de distintas instituciones pro vida y pro
familia es hoy no un anhelo utópico, sino la real
cristalización de muchas voluntades, logrado por el esfuerzo que
exige el día a día.
Unión y organicidad que han debido sortear enormes dificultades,
pero han salido airosas, con el espíritu anhelante de forjar un
mañana mejor, asumido como personal compromiso de vida.
Compromiso particular que habrá de asumir cada uno ante Dios y
el prójimo.
Compromiso, en fin, que hemos de asumir todos.
José Albino Murri.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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