Portada revista 26

¿Qué es metapolítica? Indice de Revistas ¿Puede haber democracia donde hay anorexia?.

ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

Accionar del movimiento pro vida.

Análisis de los movimientos contrarios y favorables a la vida y a la familia.

Introducción

La sociedad actual se prepara para un acontecimiento, quizá sin precedentes en cuanto a las expectativas que lo rodean: el advenimiento de un nuevo milenio.

Desde lo fabuloso, hasta los avances científicos y tecnológicos, todo el diario acontecer parece tener puesta su mirada en ello.

No obstante, este progreso que pareciera no reconocer fronteras ni límites, se ve acompañado de una preocupante degradación de la persona humana.

Nunca como hoy, la humanidad ha conocido movimientos, instituciones y pensadores que promuevan los "derechos humanos". Sin embargo, nunca como hoy, estos derechos han sido tan sistemáticamente dejado de lado, vulnerados y violados por los estados y las personas, constituyendo verdaderas "estructuras de pecado", en el marco de una "cultura de la muerte" a la que el cristiano se ve llamado a contraponer el "Evangelio de la Vida" (crf. Encíclica Evangelium Vitae).

Dentro de este contexto, merece ser analizado el más elemental de todos los derechos humanos: el derecho a la vida, desde su concepción hasta su natural desenlace. Y esta vida de la persona humana se desarrolla desde y dentro del seno familiar.

Azorado, el hombre de hoy constata a diario cómo desde las esferas gubernamentales de algunos estados y desde las mismas organizaciones internacionales que se proclaman observadoras de los derechos humanos y de la familia, se impulsan e instrumentan programas de "educación sexual" y de control artificial de la natalidad que se pretenden imponer compulsivamente, como ahora sucede en Argentina.

Ya el Dr. Alan Guttmacher, ex presidente de la Paternidad Planificada (filial norteamericana de la I.P.P.F.) declaraba: "cada país va a tener que decidir su propio modo de coaccionar y determinar cuándo y cómo emplearlo, por el momento los medios que están disponibles son la esterilización y el aborto obligatorio, quizá algún día encontraremos el modo de forzar el control obligatorio de la natalidad" (Citado por Eileen Lichwiarz en "EL CONTROL DEMOGRÁFICO: UNA NUEVA ERA DE ESCLAVITUD FEMENINA". En el mismo artículo denuncia una serie sistematizada y planificada de prácticas abortivas y de esterilización que se están llevando a cabo en vastas regiones de Colombia y Brasil, e incluso entre la población marginal en los mismos E.U.A. desde las esferas gubernamentales de los distintos estados, con o sin el consentimiento de los damnificados. Un enunciado detallado de organismos nacionales e internacionales antinatalistas, en "SEXO Y VIDA, SIDA, HOMOSEXUALIDAD, ABORTO" de Luis A. Ravaioli, editorial CIES, 1.992, p.95 y 96).

Se comprende, entonces, por qué grandes sumas de dinero aportadas por organismos nacionales e internacionales, que forman parte de programas para el desarrollo económico, industrial, tecnológico y cultural de diversos países en vía de desarrollo, vienen condicionadas a la aceptación previa de tales medidas.

Víctima de este vertiginoso proceso de descomposición interna que padece la sociedad actual en todas las latitudes del globo, Argentina reconoce antecedentes similares.

A poco de andar, advertimos el protagonismo creciente de los E.U.A, que allá por 1.974 elabora el "Memorándum de Estudio para Seguridad Nacional (NSSM 200)", suscripto el 24 de abril de ese año por el entonces Secretario de Estado del gobierno norteamericano, Henry Kissinger, con el título de "Implicancias del Crecimiento de la Población Mundial para la Seguridad de los Intereses Ultramarinos de los E.U.A." (La versión electrónica en inglés se puede consultar en internet en: http://www.pop.org/students/nssm200.html ); completado el 26 de noviembre de 1.975 por el presidente norteamericano Gerald Ford, con su Memorándum de Resolución de Seguridad Nacional (NSDM 314). En los mismos se instruye a todas las áreas y funcionarios del gobierno central a arbitrar los mecanismos más adecuados para inducir al control de la natalidad en los países satélites, por medio de lo cual se aseguraría la hegemonía sobre ellos (Cfr. SCALA, Jorge: "IPPF, LA MULTINACIONAL DE LA MUERTE", en especial los capítulos 3 y 4, págs. 25 a 55). El "Informe Kissinger", como se lo conoce, ha guiado las relaciones internacionales del país del norte, desde entonces hasta la fecha. Y ha sido el actual presidente Bill Clinton, quien profundizara y globalizara esta política controlista norteamericana.

La libertad sobre el propio cuerpo, los derechos de las mujeres a las prácticas de un "sexo seguro", los problemas derivados del hambre, la explosión demográfica, el deterioro del medio ambiente; el resurgimiento de las líneas verde, en defensa de la ecología; todo ellos son meros argumentos levantados en pos de intereses más sonantes y menos altruistas que los mencionados.

Planteo del problema

Es menester dejar debidamente asentado y comprender que la problemática abordada es sólo un emergente de una realidad mucho más compleja, que involucra a toda la persona humana, cuya raíz ha de encontrarse en la crisis por la que atraviesa la mismísima institución familiar:

1. En primer lugar, estamos enfrentando un problema de origen económico o economisista:

En efecto, lo que se procuraría con estas políticas es llegar a los sectores o franjas socioeconómicas más necesitadas y desprotegidas.

Pero, en realidad, brindan un recurso artificial sin solucionarles sus problemas estructurales. Así, el hombre sigue marginado, sin recursos materiales, sin trabajo, ni vivienda digna, sin infraestructura sanitaria adecuada, sin cobertura de salud mínima para él y su familia, etc.

Hacinamiento, indigencia extrema, promiscuidad. Esta es la situación límite tan cara a la dialéctica de los panegiristas de estos programas, ante la cual sólo proponen como "remedio" o solución, los anticonceptivos.

Frente a ello, cabe la pregunta: ¿qué se pretende controlar y eliminar, la pobreza o a los mismos pobres?. De esta respuesta se obtendrá la conveniencia o no de dichos emprendimientos de control de la natalidad.

2. En segundo lugar, estamos ante un problema sanitario o de salubridad, pues los métodos "anticonceptivos" que se proponen, lejos de ser inocuos, acarrean una serie difícilmente controlable de efectos secundarios y colaterales, que en no pocos casos llegan hasta la muerte de la usuaria. Además, la mayoría de ellos actúan como antiimplantatorios del huevo (mecanismo de acción abortivo, como el que poseen todos los anticonceptivos hormonales -orales, inyectables, implantes subcutáneos, etc.-).

Promover, aconsejar y distribuir entre los sectores más necesitados y postergados socioeconómicamente estos métodos, no solo no remedia los males, sino que empeora la situación.

3. En tercer lugar, el problema es de índole psicosocial:

Los mentores de frases como "salud reproductiva", "derechos reproductivos", etc. pretenden acuñar la idea de que el hombre alcanza la felicidad en el mero goce y disfrute del placer sexual liberado de todo riesgo: el de la procreación, el de la atadura familiar y el de las enfermedades infecto-contagiosas.

Este pansexualismo es una receta de vieja data que, resurgido con el posmodernismo, deviene en peligrosa herramienta de manejo y control de masas, a la que no pocos gobiernos ceden ante la tentación de lo que se les ofrece.

4. En cuarto lugar, nos enfrentamos a un problema geopolítico:

A lo largo de la historia de la humanidad fácilmente se advierte que ningún pueblo de la tierra ha podido crecer y evolucionar prescindiendo de su desarrollo demográfico.

En efecto, se necesitan hombres para trabajar la tierra y generar así alimentos, industrias, herramientas, etc.; y se necesitan hombres, mujeres y niños para poblarla y asegurar las fronteras puertas adentro. Esto no se puede llevar a cabo con una población decadente y poco numerosa.

Los países del primer mundo (E.U.A. a la cabeza) han visto cómo esta balanza geopolítica paulatina, pero insistente e inexorablemente, se va descompensando. Fruto de una sociedad hedonista, materialista, viciada por un individualismo sensual y permisivo, asisten preocupados al desmoronamiento de su tasa de natalidad mientras que, como contrapartida, sigue aumentando o manteniéndose alta en los países sub desarrollados o en vías de desarrollo.

Ello provocaría a corto o mediano plazo, que los recursos naturales, energéticos, tecnológicos, industriales, alimenticios, fuentes de trabajo, capitales, asistencia médico-sanitaria, etc. se deban destinar a estos pueblos crecientes en número, y no a los suyos. Ese mismo crecimiento numérico les ha llevado a plantearse las serias consecuencias económicas y geo estratégicas que les puede acarrear tal situación.

Estas especulaciones llevaron a concebir por parte de E.U.A. un plan de control de la natalidad en los países del tercer mundo, cuyos brazos más fuertes son: la Federación Internacional de Paternidad Planificada (I.P.P.F.), principal multinacional antinatalista, fundada en 1.953 con los aportes de la Fundación David Rockefeller; el Consejo de Población de los Estados Unidos, y distintas agencias y organismos de las Naciones Unidas, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el fondo de las Naciones Unidas para la Población y Desarrollo (FNUAP), el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, etc. Todos inspirados en el ya mencionado informe Kissinger.

5. En quinto lugar, el problema que nos convoca, es de índole filosófico-antropológico. Es el problema del hombre. Por tanto, involucra el ámbito ético-moral:

En efecto, según sea nuestra concepción de persona, así será nuestro proceder para con ella.

Si veo en el individuo que tengo frente a mí, a un animalito biológicamente desarrollado, con algunos rasgos estructurales que lo tornan superior al resto, pero animalito al fin; inmanente a sí mismo, cuya plenificación consiste en obedecer a sus instintos e inclinaciones, pero que es incapaz de trascender o proyectarse en los demás; si creo que su cuerpo no es más que un conjunto armonioso de átomos, moléculas y células agrupadas por bondad del azar y que algún día han de desintegrarse definitivamente para retornar a la tierra, lugar del que nunca debieron salir. Repito, si esta es mi concepción de persona, entonces es dable "operar" con ese ser, de manera semejante a como lo haría ante una campaña de control de la proliferación de animales vagabundos.

En cambio, si creo que el ser que me está mirando, y que conversa conmigo es un cuerpo material, sí, pero un cuerpo asumido eminentemente por un alma racional, su causa formal. Si entiendo que esa persona humana debe satisfacer sus inclinaciones e instintos, pero a la luz de sus capacidades superiores. Si comprendo que tiene inteligencia y voluntad, capacidad de libertad y por tanto, de actuar y responder por sus actos; que posee afectos, sentimientos, deseos y esperanzas. Si creo que estoy frente a un ser perfectible, educable, que su desarrollo se plenifica en su facultad de trascender, de comunicarse con la naturaleza, con sus semejantes y con el Creador. Si capto que estoy frente a una unidad bio-psíquico-moral-social y religiosa, entonces no podré obrar de igual manera que frente a un animalito de laboratorio. No me enfrento a un cobayo, sino a un ser trascendente, hecho a imagen y semejanza de Dios.

Evidentemente, ambas lecturas de la realidad humana son irreconciliables. Y a esa lectura mecanisista y biologista del hombre, debemos contraponer hoy nuestra visión superadora, integral e integradora de la persona humana. De eso se trata.

6. Por último, a no dudarlo, es un problema teológico religioso:

Es el franco enfrentamiento al límpido Mandato y Bendición Divinos: "Sed fecundos y multiplicaos, y henchid la tierra y sometedla" (Gén. 1,28), conforme al Orden Moral íncito en la naturaleza humana.
Es el combate en el interior de cada alma; la confrontación entre el "¡Non Serviam!" de Lucifer y el "¡Quis ut Deus!" del Arcángel San Miguel.

Estamos, pues, frente a la figura de las dos banderas de San Ignacio de Loyola, que se resuelve, en la vida pública, en las dos ciudades de San Agustín.

El Obispo de Hipona claramente lo plasma al decir: "Así que dos amores fundaron dos ciudades; es a saber: la terrena, el amor propio hasta llegar a menospreciar a Dios, y la Celestial, el amor a Dios, hasta llegar al desprecio de sí propio. La primera puso su gloria en sí misma, y la segunda, en el Señor; porque la una busca el honor y gloria de los hombres, y la otra, estima por suma gloria a Dios, testigo de su conciencia; aquélla, estribando en su vanagloria, ensalza su cabeza, y ésta dice a su Dios: `Vos sois mi gloria y el que ensalzáis mi cabeza`; aquélla reina en sus príncipes o en las naciones a quienes sujetó la ambición de reinar; en ésta unos a otros se sirven con caridad: los directores, aconsejados, y los súbditos, obedeciendo; aquélla, en sus poderosos, ama su propio poder; ésta dice a su Dios: `A vos, Señor, tengo de amar, que sois mi virtud y mi fortaleza`; y por eso, en aquélla, sus sabios, viviendo según el hombre, siguieron los bienes, o de su cuerpo, o de su alma, o los de ambos; y los que pudieron conocer a Dios `no le dieron la gloria como a Dios, ni le fueron agradecidos, sino que dieron en vanidad con sus imaginaciones y discursos, y quedó en tinieblas su necio corazón; porque, teniéndose por sabios, quedaron tan ignorantes, que trocaron y transfirieron la gloria que se debía a Dios eterno e incorruptible por la semejanza de alguna imagen, no solo de hombre corruptible, sino también de aves, de bestias y de serpientes`; porque la adoración de tales imágenes y simulacros, o ellos fueron los que la enseñaron a las gentes, o ellos mismos siguieron e imitaron a otros, `y adoraron y sirvieron antes a la criatura que al Criador, que es bendito por los siglos de los siglos`. Pero en esta ciudad no hay otra sabiduría humana sino la verdadera piedad y religión con que rectamente se adora al verdadero Dios, esperando por medio de la amable compañía de los santos no solo de los hombres, sino también de los ángeles, `que sea Dios todo en todos`" (La Ciudad de Dios, libro XIV, cap. XXVIII).

Familia y políticas anti vida

Fácil resulta advertir, por lo hasta aquí afirmado, que la sociedad familiar es la primera y principal víctima de los programas controlistas. Los mismos atentan contra la naturaleza misma del amor conyugal, contra la prole y perpetuación de la especie humana y, en definitiva, contra la misma sociedad:

. Atentan contra el verdadero amor conyugal, al pretender garantizar el disfrute y goce sexual, sin responsabilidad ni compromiso de fidelidad ni respeto por el pudor propio y ajeno.

. Atentan contra la prole, al divorciar el fin unitivo del procreativo.

. Y por ello, atentan contra la misma sociedad, minando el primer núcleo social en el que el hombre se ve inserto.

El hombre nace en una indigencia tal, que para sobrevivir en sus primeros años no puede prescindir de sus semejantes. Aquí no nos referimos meramente a lo físico, sino a la necesidad de afecto que el niño reclama. Porque es sin dudas el ámbito familiar donde la persona crece armónica e integralmente; donde desarrolla y se nutre su personalidad e irrepetible forma de ser; donde cultiva y acrecienta el conocimiento de sí mismo (apertura a la intimidad), su relación con los demás (apertura al mundo) y su trato con Dios (apertura a la trascendencia).

Así, el respeto por nuestro propio cuerpo y el del prójimo, la espiritual complementariedad de los sexos, el valor inmensurable del matrimonio indisoluble son premisas excluyentes para la plena realización del ser humano: lo requiere el verdadero amor, por respeto al pudor y a la intimidad del otro; se compadece con la entrega sin restricciones de sí mismo, trascendiendo el mero acto sexual; lo exige la naturaleza para satisfacer las necesidades de la prole y su educación, pues los hijos que con amor se traen al mundo, con amor se educan y crecen; es el ámbito adecuado para la transmisión de los valores culturales, espirituales y religiosos; finalmente, conlleva el amor y veneración por los mayores. Esto es difícil de entender en una sociedad corroída en lo más íntimo de su ser.

La familia, pues, tiene la misión, y, por tanto, el derecho de engendrar y educar a la prole, derecho inalienable por estar inseparadamente unido con la estricta obligación, derecho anterior a cualquier derecho de la sociedad civil y del Estado, y por lo mismo, inviolable por parte de toda potestad terrena.

Esta visión integral e integradora de la educación de la persona humana nos lleva al convencimiento íntimo de que los planes y programas de "salud reproductiva" o "procreación responsable", sustentados por una marcada ideología "anti vida", así como la educación sexual, ejecutados desde y por el Estado no son viables ni aconsejables en un país que desee crecer socialmente y no quedar preso del suicidio demográfico.

La pluralidad de credos y tradiciones culturales que han hecho raíces en nuestro suelo, fortalecidas por una profunda convicción nacional de tolerancia y aceptación del prójimo, se verían amenazadas seriamente si el Estado se arrogare la facultad de torcer la educación que brindan los padres a sus hijos, no respetando la voluntad de los primeros y dañando, a veces irremediablemente, la tierna inteligencia y voluntad de los segundos.
Ni mucho menos aún le cabe, promover, alentar, financiar e incluso aplicar compulsivamente planes antinatalistas desde las esferas y organismos oficiales, desconociendo y arremetiendo contra la dignidad no sólo de la mujer, principal implicada y degradada en ellos, sino contra la mismísima institución familiar.

Los movimientos pro vida y pro familia

No resulta sencillo establecer una fecha cronológica de iniciación o aparición del accionar pro vida.

En realidad, la iglesia Católica, desde siempre ha hecho oír su voz y Magisterio en defensa de la vida humana y de la institución familiar.

Sin embargo, podemos afirmar que, desde la segunda mitad del siglo XX, con la aparición sistemática del control de la natalidad a escala mundial, con fines eugenésicos y racistas primero, y de restricción demográfica luego (sin excluir los anteriores), la defensa de la vida humana se ha tornado mas sistemática.

Así, dan a luz numerosos documentos de la Iglesia Católica, encíclicas, exhortaciones, cartas apostólicas, alocuciones, etc. Entre las múltiples existentes, y solo a titulo de ejemplo, podemos citar:

PONTIFICIO CONSEJO PARA LA FAMILIA
· "Evoluciones demográficas: dimensiones éticas y pastorales".
· "Sexualidad humana: verdad y significado".
· "Vademecum para los confesores sobre algunos temas de moral conyugal".
SAGRADA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE
· "Declaración sobre el aborto". 18/11/74.
· "Persona humana: sobre algunas cuestiones de ética sexual". 29/12/75.
· "Instrucción sobre el respeto de la vida humana naciente y la dignidad de la
procreación"Donum Vitae". 22/2/87.
SAGRADA CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA
· "Orientaciones educativas sobre el amor humano: pautas de educación sexual"
· SANTA SEDE: "Carta de los derechos de la familia". 1.983.
· S.S. PIO XI: . Carta Encíclica "Divini Illius Magistri". 31/12/29.
· Carta Encíclica "Casti Connubi". 31/12/30.
· S.S. PIO XII: . Carta Encíclica "Sacras Virginitas". 25/3/54.
· S.S. JUAN XXIII: . Carta Encíclica "Mater et. Magistra". 15/5/61
· S.S. PABLO VI: . Carta Encíclica "Populorum Progressio" . 26/3/67.
· Carta Encíclica "Humanae Vitae". 25/7/68.
· S.S. JUAN PABLO II: . Carta Encíclica "Sollicitudo Rei Socialis". 30/12/87.
· Carta Encíclica "Veritatis Splendor". 6/8/93.
· Carta Encíclica "Evangelium Vitae". 25/3/95.
· Carta Apostólica "Mulieris Dignitatem". 15/8/88.
· Exhortación Apostólica "Familiaris Consortio". 1982.

Todas ellas dirigidas a un llamado de toma de conciencia sobre las calamidades que abaten al hombre moderno, como la cuestión social, los ataques a la institución familiar y el desprecio creciente contra la dignidad de la vida humana, así como a poner de manifiesto la sana doctrina de promoción de la familia.

En consonancia con la voz de la Iglesia, numerosos grupos e instituciones católicas primero, y de otros credos y civiles después, han adoptado un apostolado o tarea de concientizacion en lo referente a los riesgos que entrañan estas políticas anti vida, que penetra en la sociedad en las conciencias particulares por un lado, y como políticas de estado por otro.

Es menester resaltar el doble aspecto de estas instituciones, como organizaciones pro vida y pro familia.

En efecto, decimos instituciones pro vida, porque concientizan y promueven el valor de la vida: de toda la vida humana, y de toda vida humana: desde la del más pequeño e indefenso inocente no nacido, hasta la del enfermo terminal y del anciano.

Y por ser instituciones pro vida, defienden también el ámbito donde se gesta la vida, ese marco esencial donde el hombre se hace partícipe de la obra creadora de Dios tornándose co-creador, pro-creador. Esto es, el seno familiar.

La defensa y promoción de la vida humana y de la familia, ante todo no han de blandirse como bandera ideológica o como premisa excluyente y desconocedora de toda otra realidad humana.

Tal actitud entrañaría en si misma el germen del fracaso del accionar pro vida, porque se estaría renunciando desde el principio a reconocer la unidad intrínseca de la persona humana.

Esta defensa se encara por los movimientos pro vida y pro familia, procurando una síntesis totalizadora como respuesta seria, profunda y meditada a la aguda crisis del hombre actual.

Y porque el ser humano es uno, en cualquier parte del mundo en que se encuentre, y participa de la misma naturaleza, conllevando las mismas penas, es que a esa "conjura contra la vida" como la ha definido S.S. Juan Pablo II, se le ha de contraponer el "Evangelio de la Vida".

Una experiencia concreta en la provincia de Mendoza

En Mendoza, a mediados de 1.995 nace la Unión de Entidades por una Vida más Humana (V + H), como respuesta a una necesidad que la sociedad hacía sentir, de manifestar los valores inmutables relativos a la moral y castidad conyugal frente a los distintos intentos de control de la natalidad que se presentaban en el ámbito nacional y de las distintas provincias y municipios.

Así es como distintas instituciones y organizaciones no gubernamentales, algunas de las cuales ya venían trabajando en este ámbito hacía mas de diez años, y en comunión de fines y objetivos, se integran en este organismo que en forma ininterrumpida desde entonces se ha hecho presente resaltando la importancia de la educación familiar, asumiendo el compromiso de promover, difundir y defender la potestad de los padres en la educación de sus hijos, y el derecho del matrimonio a una procreación sana, natural y responsable, frente a los intentos de control de la natalidad compulsivos y de la imposición de una educación sexual hedonista y permisiva en los menores por parte del Estado.

La Unión de Entidades para una VIDA MÁS HUMANA - "V + H" está constituida por agrupaciones orgánicas de personas que desarrollan sus actividades en distintos ámbitos de acción, con el común denominador de considerar a la persona humana y sus naturales inclinaciones sociales como los ejes principales alrededor de los cuales debe estructurarse toda sociedad organizada.

Su objetivo es bregar por:

. La dignidad de la vida humana, amparada desde el momento de la concepción en el vientre materno por una legislación orientada por el derecho natural, fuente que asegura la vocación de la ley positiva por la defensa integral y trascendente de todo ser humano.
. La vida en familia, única escuela natural de virtudes para erradicar la delincuencia, el vicio y desterrar los flagelos que azotan al hombre de hoy.

. La organización de la sociedad a través de una participación responsable y efectiva de múltiples entidades que, integradas, trabajen por forjar una Argentina virtuosa, próspera, unida y grande, con el marco de una cultura propia a favor de la vida, la familia, el trabajo responsable y una vida que merezca ser vivida.

. La búsqueda y aplicación de alternativas inteligentes adoptables por todos los estratos de la población, que vengan a suplantar las posturas simplistas y, a la vez, deshumanizadoras, que pretenden implantar modelos discriminatorios y selectivos en cuanto a población y crecimiento económico.

. La desmitificación de la aparente contradicción entre crecimiento poblacional y progreso económico, demostrando lo falaz y nocivo que tal alternativa ha resultado y resulta para los países del primer mundo.

. La difusión de programas y proyectos destinados a la elevación de las capas postergadas social y económicamente, que apuesten al crecimiento de la vida y no a una limitación impuesta subrepticia o compulsivamente como si se trataren de una carga y un peligro latente para el desarrollo armónico de toda la sociedad.

Estos y otros postulados que "V + H" está dispuesta a defender demostrando que aún no han sido intentados, habrá de asegurar, con el concurso de todos, una vida:

. más justa, frente a las injusticias, la pobreza y la desigualdad de oportunidades.

. más solidaria, frente al egoísmo, el individualismo y la soberbia.

. más auténtica, frente a la mentira y el error.


. más libre, económica y políticamente, frente a las imposiciones interesadas, la miseria y la ignorancia.

. más feliz, frente a la angustia, la despersonalización, las continuas frustraciones, los escapismos que hacen del vivir cotidiano un hecho trivial, rutinario y banalizado.

"V + H" está empeñada en un proyecto que implique aspirar a vivir una vida más humana, para nosotros y nuestros hijos, empezando por nuestra Patria, en pos del país posible, el que debe ser una Argentina unida tras ideales alcanzables; grande, mediante el progreso material equitativamente forjado y distribuido; virtuosa, con una gran riqueza y profundidad morales y espirituales de sus hombres y mujeres; y libre, mediante la adhesión a un objetivo magnánimo que potencie al máximo el desarrollo de las capacidades y voluntades positivas de los habitantes.

Corolario

En conclusión, la gran tarea pro vida es lograr recuperar para el hombre el sentido de su propia dignidad frente a las demás creaturas, siendo hacedores de una cultura que sea fiel reflejo de la realidad humana; que comprometa la doble dimensión terrena y trascendente; que vea en la familia el manantial de valores necesarios para el crecimiento y desarrollo personal y social, y no la amenaza que pone trabas al enriquecimiento mezquino de algunos en detrimento de los demás.

Esta cultura pro vida, desde luego no sería suficiente si se consiguiere refundar en una sociedad aislada.

El vértigo característico de este fin de milenio ha llevado a internacionalizar los conflictos.

La caída de las economías locales, y la dependencia y falta de autonomía de los distintos estados respecto a un grupo que aparece como dominante, junto a los avances y aceleración de los tiempos en las comunicaciones e informática, han llevado a que se gestaran organismos "rectores" de este nuevo "orden mundial", totalitario y globalizado.

Esta internacionalización y concentración del poder mundial ha cedido a la tentación de controlar el crecimiento y desarrollo demográfico de los pueblos menos aventajados, y, como ya denunciamos, ha creado sus propias instituciones controlistas.

Sabedores de estas dificultades, también los organismos pro vida se han visto en la necesidad de coordinar las acciones locales, para ofrecer una respuesta coherente y acorde a los tiempos que corren.

La unión y organicidad de distintas instituciones pro vida y pro familia es hoy no un anhelo utópico, sino la real cristalización de muchas voluntades, logrado por el esfuerzo que exige el día a día.

Unión y organicidad que han debido sortear enormes dificultades, pero han salido airosas, con el espíritu anhelante de forjar un mañana mejor, asumido como personal compromiso de vida.

Compromiso particular que habrá de asumir cada uno ante Dios y el prójimo.
Compromiso, en fin, que hemos de asumir todos.

José Albino Murri.


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