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Una película anticomunista en Hollywood: La vida prometida (este - oeste).
Una película, de contenido anticomunista, ha sido la principal rival del ganador al Oscar a la mejor producción en habla no inglesa, "Todo sobre mi madre". Pero su argumento también esconde mercancía averiada
La española "Todo sobre mi
madre", y la franco-ruso-hispano-búlgara "La vida
prometida", han sido las dos candidatas mas firmes al Oscar
a la mejor producción de habla no inglesa en esta última gala
de la Academia de Hollywood, celebrada el pasado día 26 de marzo
de 2.000.
Finalmente, se lo ha llevado la película de Pedro Almodóvar.
"La vida prometida (este - oeste)", de 110 minutos de
duración, dirigida por el francés Régis Wargnier, quien obtuvo
un Oscar por su película "Indochina" en 1.993, es una
clara denuncia al totalitarismo comunista. Por otra parte,
algunos medios de comunicación la han calificado de
"revisionista", en una demagógica maniobra para
equipararla al revisionismo neonazi que niega el Holocausto. Pero
hoy día, pese a las reticencias de la izquierda en general y de
los comunistas en particular, histórica y científicamente es
indiscutible que el comunismo ha constituido uno de los mayores
fraudes criminales de la historia de la humanidad.
Veamos el argumento de la película.
En 1.946, a requerimiento de Stalin, un grupo de emigrantes
rusos, de los que forman parte el médico radicado en Francia
Alexei (Oleg Menshikov), su mujer de nacionalidad francesa Marie
(Sandrine Bonnaire) y su hijo Sergio, regresan a la URSS para
contribuir a la reconstrucción del país, devastado tras la
segunda guerra mundial. Su recepción es ya sintomática de lo
que encontrarán. Así, el resto de los emigrantes es ejecutado o
encarcelado. Y la propia Marie sufre un brutal interrogatorio,
pues "el 90% de los esposos extranjeros de ciudadanos rusos
son espías del imperialismo", según las palabras del
agente del KGB que intenta "desenmascarar" a una
confundida, aterrorizada y desconcertada Marie.
A los 15 minutos exactos de la película, Marie, como el
espectador, es consciente del inmenso fraude que representa la
URSS, proponiéndose regresar a Francia como sea, lo que se
presenta como una difícil empresa pues, ya de entrada, su
pasaporte francés ha sido destruido.
Alexei, como médico, irá ascendiendo lentamente en las
estructuras sindicales rusas de la mano de la directora de la
fábrica en la que trabaja. Pero las desavenencias con su esposa,
le llevarán a los brazos de la "jefe de la casa",
Olga, una mujer que por sobrevivir será capaz de cualquier cosa,
y que ocupa la habitación situada al otro lado del pasillo. Ese
pasillo simbolizará la división entre las ansias de libertad de
occidente, encarnados en Marie, y el conformismo ruso.
Marie inicia amistad con una anciana rusa residente en la misma
casa, pero el canto común de viejas canciones en francés le
valdrá a la anciana una denuncia anónima que le acarreará la
detención y la muerte. Su nieto, Sacha, será testigo de la
detención, que en el momento de producirse se desarrolla en una
escena brutal. Atenazado por uno de los agentes, revolviéndose
ante tan arbitraria situación, el agente que lo tiene
momentáneamente aprisionado le pregunta si es miembro de las
juventudes comunistas. Ante su respuesta positiva le dirá:
"¡Compórtate!". La ideología por encima de los más
elementales sentimientos humanos.
En buena lógica, Sacha y Marie trabarán complicidad en
búsqueda de la libertad, que intentará el primero por vía de
la salida al extranjero en su condición de nadador de élite;
llevándoles tal conjunción a una ambigua situación amorosa,
que precipitará a Marie en la contradicción conyugal y que
será el revulsivo para una reconciliación posterior del
matrimonio.
La presencia en Rusia de la actriz francesa Gabriela, con motivo
de una representación teatral, (la tan inexpresiva como bella
Catherine Deneuve), constituirá una nueva vía de esperanza en
la dificilísima huida a occidente.
Pero aquí se desarrolla en la película uno de los elementos
más discutibles del argumento.
Gabriela es definida como "amiga de la paz y del
proletariado". De ahí su presencia en la URSS. No dudamos
que la película se base en hechos reales, pero es del todo
discutible que la denuncia de tales situaciones venga de mano de
la izquierda. Al contrario, históricamente es falsa tal
pretensión. La izquierda francesa en general y los comunistas en
particular fueron cómplices complacientes del régimen comunista
ruso (en el 30º congreso del PCF, celebrado a finales de marzo,
por primera vez no se ha invitado a sus camaradas rusos).
Es más. Durante muchos años, cualquier crítica al comunismo
era objeto de airadas campañas izquierdistas, tildando de
sospechoso de fascismo a quien se atreviera a realizar tales
planteamientos críticos. Buena parte de la intelectualidad
europea, francesa en particular, incurrió en tal responsabilidad
colectiva, consistente en la complicidad material e intelectual
con un régimen inhumano, todo ello en aras de la ideología
comunista.
Que simbolicen en Gabriela la denuncia del estalinismo, no lava
la culpa y la responsabilidad de las izquierdas europeas ante tal
coyuntura histórica. Al contrario. Evidencia su responsabilidad
política e intelectual.
Quien lavará su culpa, en la película, será Alexei. Consciente
del trágico error que le ha llevado a su familia a una
situación dramática, gracias a la fuerza redentora del amor que
siente por ellos, se servirá, de forma callada y en secreto, de
la vía abierta por Gabriela, para idear una huida de su esposa e
hijo. Pero al ser ciudadano soviético, no podrá escapar de las
consecuencias derivadas de una acción así, por lo que pagará,
con 30 años de reclusión como médico en un campo de trabajo en
la isla de Sajalín, ese pecado cometido contra el partido y el
estado soviético.
Otro momento importante de la película lo constituye la
liberación de Marie del campo de trabajo a la muerte de Stalin.
Con el fondo de un discurso de Nikita Kruschev, Marie reconoce,
ante un hijo estupefacto y su marido, ser culpable de facilitar
la huida de Sacha, reafirmando su libertad interior, pues la de
movimientos ya la tiene aparentemente perdida.
La película es realista y clara. Así, refleja muy bien,
mediante situaciones concretas y sencillas, cómo la ideología
lo abarca todo y cómo el estado totalitario todo lo alcanza,
eliminando la intimidad, determinado por completo las decisiones
personales y familiares. En particular, hasta el sentido
religioso es ahogado de forma consciente. Pero pese a ello,
algunas relaciones personales surgirán como islas de humanidad
en medio del inmenso campo de concentración en que se desarrolla
la vida de los protagonistas.
Concluiremos señalando que la película es muy interesante de
forma global, pese a la carencia antes indicada. Su banda musical
es magnífica. La interpretación de los actores es excelente y
la fotografía acompaña las virtudes descritas.
José Basaburua jbasaburua@hotmail.com.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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