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Visión crítica del sindicalismo actual.
El sindicalismo "de clase" actual se caracteriza por la pérdida de sus signos de identidad tradicionales, siendo copia de la estructura, organización y estrategia empleadas por los partidos políticos españoles. Si una palabra pudiera resumir su situación, esa palabra sería crisis.
Introducción.
En este breve artículo veremos algunas características comunes
de los modernos sindicatos "de clase" presentes en
España en la actualidad. Aunque sindicato también lo es una
patronal o un sindicato agrario, nos limitaremos a los elementos
característicos de la acción de la Confederación Sindical de
Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores, en su
calidad de sindicatos mayoritarios; autocalificados como "de
clase". De las características que, de forma no académica
y a partir de una reflexión sobre la propia experiencia en este
terreno, vamos a ver, también participan otros sindicatos
"menores" como son GCT, CSI-CSIF, USO, etc.
Características
del sindicalismo actual.
El actual marco legal establece, para partidos políticos y
sindicatos, un sistema representativo mayoritario que beneficia
la concentración y perjudica a los grupos minoritarios. Con
ello, el natural pluralismo de la sociedad española queda en
buena medida mermado.
De esta forma, el esquema de funcionamiento y principios rectores
de los partidos políticos, se ha extendido también a los
sindicatos. Así, tanto unos como otros dependen de las
subvenciones públicas, tanto vía directa por votos alcanzados,
como de los fondos derivados de la gestión de la oferta
formativa pública y semi-pública (de Ministerios y entes
mixtos, como la Fundación Laboral de la Construcción que
dispone de un presupuesto de varios miles de millones de pesetas
anuales).
Las luchas intrapartidarias también tienen su prolongación en
los mismos sindicatos, que funcionan como correa de transmisión
de algunos partidos políticos, aunque en menor medida que en el
pasado (CC.OO del PCE, UGT del PSOE, ELA-STV respecto del PNV,
etc.)
Veamos ahora algunas otras características descriptivas,
fácilmente perceptibles, del sindicalismo "de clase"
actual.
1. Transformación
en "Sindicato de servicios" y prácticas de
clientelismo.
La prácticas clientelistas, como extensión de las realizadas
por los partidos políticos, se han generalizado, especialmente
en lo que se refiere a CCOO y UGT, aunque también, en menor
medida, a USO, CGT, CSI-CSIF y los de carácter nacionalista con
representación institucional.
Actualmente se emplean como métodos de captación de afiliados
diversos medios, de los que mencionaremos algunos: seguros de
vida y suspensión de empleo, vivienda social (habiéndose
conocido en este capítulo importantes casos de corrupción, como
el de la cooperativa ugetista PSV), descuentos en academias y
centros formativos, servicios jurídicos, descuentos en
comercios, oferta formativa de cursos (de mayor trascendencia en
la función pública, al sumar "puntos" en los diversos
concursos de promoción), turismo social, etc.
La finalidad de tales prácticas es la obtención de una base
asociativa, pues el número de afiliados es realmente bajo. De un
sindicalismo de confrontación, con todo ello, se ha pasado a un
sindicalismo de servicios.
A tales prácticas, como otro método de captación, se une la
necesidad de afiliación de los trabajadores, en sindicatos muy
concretos, para poder optar a contratos en algunas de las grandes
empresas del país (caso de las fabricantes de automóviles).
2.
Burocratización.
Sus presupuestos económicos no envidian de los equivalentes en
los partidos políticos. Liberados, secretarias, oficinas,
locales de formación, gabinetes jurídicos, dietas de todo tipo,
etc.; suponen una estructura cara de mantener y a su vez
imprescindible para ofertar todos los servicios que actualmente
ofrecen a su base asociativa.
Las estructuras territoriales y las de rama o sector, se
entremezclan en una compleja telaraña, en la que es difícil
desenvolverse, salvo para los iniciados, generalmente liberados
de la propia organización.
La figura del "liberado" equivale, en el ámbito
laboral a la del "político". Sinónimo de vida fácil,
ha caído en el desprestigio entre la generalidad de los
trabajadores, habiéndose encumbrado en tales puestos los más
avispados y no, necesariamente, quiénes mayor vocación de
servicio demuestran. Tal imagen refleja el desprestigio en el que
la acción sindical ha caído en amplios sectores de la sociedad
española, paralelo en buena medida, a idéntica valoración que
se realiza respecto de "los políticos".
3. Pérdida de la
base popular.
La figura del "militante obrero" ha sido sustituido por
la del "cotizante". Militante, hoy día, equivale a
activista, casi siempre un "liberado" (quien queda
liberado del trabajo ordinario, a tiempo total o parcial,
destinado a labores intrasindicales y representativas), en
cualquier caso, muy lejos de aquellas figuras románticas de
duros obreros entregados a la causa con un rosario de ingresos en
prisión e incidentes con la patronal en su acervo vital.
Por otra parte, el número de cotizantes es reducido, teniendo
España una de las tasas de afiliación sindical mas bajas de
Europa, pese a las prácticas clientelistas antes mencionadas.
4. Irrupción del
nacionalismo.
Hasta la 2ª República, los sindicatos "de clase"
predominaban en España. Así UGT y CNT, lejos de veleidades
nacionalistas, tenían una base asociativa de mas de un millón
de miembros cada uno. Los sindicatos nacionalistas (STV,
fundamentalmente) eran considerados sospechosos por sus orígenes
católicos y su vinculación con partidos "burgueses".
En la actualidad sindicalismo y nacionalismo no son términos
incompatibles. Así, ambos principios han casado en
organizaciones importantes como son ELA-STV, LAB y CIG. Su
estrategia se apoya en ambos vectores, si bien el sentido
"de clase", especialmente en ELA-STV está muy
amortiguado en aras del nacionalismo. Por otra parte, el
sindicato abertzale LAB supone una dura competencia por su
izquierda, si bien ambos se han unido en estrategias sindicales y
políticas conjuntas (mayoría sindical vasca y Pacto de
Lizarra).
5. Apertura a las
clases medias y otros sectores antes sospechosos para los
sindicatos "de clase".
Tradicionalmente, el sindicalismo "de clase" trató con
desconfianza, cuando no con hostilidad, a sectores de las clases
medias, funcionariado, pequeños propietarios, autónomos y
fuerzas de seguridad.
Como caso paradigmático de apertura a nuevos sectores sociales,
destaca UGT.
Así, de cara a la Policía Nacional, lanzó un sindicato hermano
(la Unión Federal de Policía) con la pretensión de actuar
sindicalmente en su seno, habiendo conseguido buenos resultados
electorales.
De cara a los pequeños propietarios agrícolas está potenciando
la UPA (Unión de Pequeños Agricultores), que está consiguiendo
ciertos niveles de adhesión, al margen de las grandes
agrupaciones agrarias (UAG, Jóvenes Agricultores y COAG). Como
federación independiente sigue la histórica FTT (Federación de
Trabajadores de la Tierra), dirigida a los jornaleros agrícolas
y que se está especializando en el trabajo con inmigrantes.
Dirigida a los funcionarios de todas las administraciones
públicas, está la Federación de Servicios Públicos, con una
presencia desigual, pero que globalmente puede considerarse el
tercer sindicato en representatividad de ese Sector (por debajo
de CC.OO y CSI-CSIF).
Por último, acaba de lanzar (enero de 2.000) la Unión de
Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), dirigida a ese
sector generalmente poco asociado, y al margen de la conservadora
y poco operativa Organización Profesional de Autónomos (OPA).
Cuenta, también, con estructuras especializadas en los técnicos
y "cuadros medios".
Como caso especial, tenemos el lanzamiento del clandestino, y
actualmente ya desarticulado Sindicato Unificado de la Guardia
Civil (SUGC), potenciado desde algunos medios de UGT, iniciativa
que ha derivado hoy día en algunas asociaciones culturales de
irregular vida.
6. Tendencia a la
unidad de acción.
Ya hemos mencionado que el actual marco legal favorece la
concentración sindical, en virtud de los porcentajes necesarios
para estar presentes en los diversos ámbitos de negociación.
Ello ha supuesto el ascenso de dos grandes sindicatos (UGT y
CC.OO), el estancamiento de otros (USO y CGT) y la desaparición
de otros muchos pequeños sindicatos y de -en su día fenómeno-
los independientes.
Por otra parte, la actual estrategia de los dos grandes
sindicatos pasa por la "unidad de acción" entre ambos,
pudiendo entenderse como objetivo a largo plazo la unión
confederal entre ambos, siendo su modelo la gran confederación
sindical alemana.
Ese objetivo estratégico, ha sido desarrollado por la táctica
de la negociación con la patronal y la Administración Pública,
intentando cerrar el paso a otras fuerzas sindicales.
7. Reducción del
"internacionalismo proletario" a un vago humanitarismo.
Este fenómeno es paralelo a la pérdida de las señas de
identidad ideológicas. Por ello, buscan en muchas ocasiones,
proporcionar unos juicios éticos correctores de las tendencias
generales de la actual sociedad; de ahí su denuncia del llamado
"pensamiento único", la globalización, etc.
Por otra parte, todos los sindicatos han creados ONGs, tanto de
cooperación al desarrollo, como dirigidas al mundo sindical de
forma específica en el tercer mundo. Las ONGs del ámbito
sindical, son muy numerosas, de las que mencionaremos solo alguna
a título de ejemplo: ISCOD (UGT), SOTERMUN (USO), SODEPAZ
(CC.OO.), etc.
Todos los grandes sindicatos siguen afiliados a escala mundial a
grandes confederaciones, que han experimentado de forma notable
la pérdida de los valores ideológicos que en su día las
caracterizaron. Del comunismo y anarquismo (desaparecido éste
último como fuerza sindical real en los escasos países donde
arraigó), como grandes "faros" inspiradores, el
movimiento obrero se ha inclinado progresivamente hacia posturas
"socialdemócratas", incluso por parte de sindicatos
claramente comunistas en su trayectoria. La caída del muro
también ha tenido sus efectos en el mundo sindical, si bien la
evolución indicada había comenzado mucho antes.
Reflexiones
finales.
En base a las anteriores consideraciones, podemos deducir, sin
lugar a dudas, que el sindicalismo clásico ha hecho crisis:
ideológica, humana, estratégica y organizativa.
El actual sindicalismo "de clase", heredero del
combativo sindicalismo marxista o anarquista del primer tercio
del siglo XX, se ha transformado en unas estructuras a las que se
busca dotarles de sentido de cualquier forma, asumiendo funciones
"burguesas", plenamente integradas en el sistema. En
ese sentido, la oligarquía sindical actual se preocupa más por
el mantenimiento de unas estructuras sindicales saneadas y
controladas, que por las inquietudes de sus "bases".
Por otra parte, los sindicatos "de clase" han perdido
sus señas de identidad doctrinales históricas,
caracterizándoles, en la perspectiva ideológica hoy día, una
vaga visión "progresista" de la sociedad, heredera en
sus parámetros culturales del 68.
José Basaburua jbasaburua@hotmail.com.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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