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1985 eres un superviviente con suerte Uno de cada tres niños concebidos es asesinado con la complicidad del Estado, de sus Gobiernos, de su Parlamento... y con tu dinero |
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Educar en serio.
La educación no solo es información sino formación, por lo que exige la enseñanza de los valores transcendentes que reclama nuestra naturaleza humana
Todas las culturas de todos los tiempos
desde que el hombre es hombre, culturas vírgenes, no
"tocadas" por ideólogos, se han planteado la búsqueda
de un ser supremo, su relación con algo que nos supera. Algo que
está por encima de nuestra naturaleza.
Nadie, de una manera sincera, en ninguna época de la historia de
la humanidad, ha logrado evitar el sentimiento de que, de alguna
forma, con nuestro comportamiento en este mundo nos jugamos el
futuro.
El ateísmo es la concreción práctica de la filosofía
positivista actual. "Sólo vale lo que se ve".
"Sólo merece la pena lo que es útil a corto plazo".
Pero intelectualmente es una postura desasosegante. Ningún
hombre sano puede aceptarlo sin sentir una cierta duda, un cierto
desasosiego. Esto es así porque esa necesidad de búsqueda está
impresa en la naturaleza humana: forma parte de lo que es el
hombre.
Ya sé que ahora no está de moda hablar de cosas trascendentes.
Las cosas trascendentes son incómodas, nos exigen unos ciertos
comportamientos que requieren un esfuerzo. Pero una cosa es la
moda y otra cosa es la realidad. Déjame que te lo repita, está
impresa en la naturaleza humana esa necesidad de búsqueda, esa
necesidad de tener un cierto comportamiento en la vida, y eso le
ha pasado a todas las culturas de todos los tiempos.
Si un padre no educa aquí está obviando, rechazando quizá el
anhelo más íntimo del hombre.
Yo diría que muchos de los problemas que las familias están
soportando en estos momentos, tienen -en parte- su base en no
haber educado a los hijos en este terreno. En no haber formado al
hombre en esta necesidad tan profunda. Si uno la evade en su
tarea educativa, ha dejado de formar a la persona en su totalidad
y está diciendo a los hijos: "Todo vale".
Lógicamente para formar hay que formarse, si uno no sabe no
podrá formar, si uno no vive lo que defiende, no podrá educar.
¿Queremos tan poco a los hijos para evitar darles formación en
una materia tan importante para ellos?.
No olvidemos que, al estar esta necesidad impresa en la
naturaleza humana, no formar en esta materia es, de hecho, un
acto contra los hijos.
José María Contreras.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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