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John Ronald Reuel Tolkien (1892-1973).
Una breve introducción a la vida, obras y pensamiento del autor de "el Señor de los anillos"
De Suráfrica a Inglaterra, de la
iglesia "alta" (High church) al catolicismo: su vida y
carrera
John Ronald Reuel Tolkien nace en el seno de una familia inglesa
el 3 de enero de 1892 en Bloemfontein, en Suráfrica, dos años
antes que su hermano Hilary Arthur Reuel (1894-1976). En 1895,
los Tolkien regresan a Inglaterra. Al año siguiente fallece el
cabeza de familia, Arthur Reuel (1857-1896). En 1900, su viuda,
Mabel Suffield, se convierte del "alto" anglicanismo
(conservador) a la Iglesia católica, junto con sus dos hijos, y
en consecuencia, las familias Suffield y Tolkien, protestantes,
rompen toda relación y cualquier ayuda a ella y a los dos
huérfanos: en 1904 muere con 34 años debido a que, por razones
económicas, no pudo curarse como debía. El futuro filólogo -
nos cuenta el biógrafo Humphrey Carpenter - declara: "Mi
madre ha sido una auténtica mártir; Jesús no concede a todos
recorrer un camino tan difícil, para alcanzar sus grandes dones,
como nos ha concedido a Hilary y a mí, otorgándonos una madre
que se mató de fatiga y de preocupaciones para asegurarse que
creciéramos en la fe". Ronald Tolkien escribió estas
palabras nueve años después de la muerte de su madre. Nos
indica como asociaba a su madre su propia pertenencia a la
Iglesia católica. Se podría añadir que, a la muerte de su
madre, la religión ocupó el lugar en sus afectos que ella
había ocupado anteriormente. El consuelo que en consecuencia
recibió fue emocional y espiritual. Confiados a familiares y a
conocidos, los huérfanos son educados por un sacerdote católico
procedente del círculo de colaboradores del cardenal John Henry
Newman (1801-1890). En 1910 Tolkien entra en la universidad de
Oxford, donde cursa estudios clásicos, además de Lengua y
Literatura Inglesas, consiguiendo el bachillerato cum laude en
1915. El 22 de marzo de 1916 se casa con Edith Bratt (1889-1971);
eran novios desde 1914, tras la conversión de la joven del
anglicanismo al catolicismo; de ella tendrá cuatro hijos: John
Francis Reuel, en 1917 (sacerdote católico desde febrero de
1946), Michael Hilary Reuel (1920-1984); Christopher Reuel,
nacido en 1924; y Priscilla Mary Reuel en 1929.
En 1916, tras el estallido de la Gran Guerra, el futuro filólogo
combate en el Somme (Francia) como subteniente, pero en noviembre
es repatriado a causa de la "fiebre de trinchera".
Convaleciente, en 1917 comienza la composición de The Book of
Lost Tales (El Libro de los Cuentos Perdidos), el gran fresco del
cual proceden sus narraciones más conocidas. De vuelta a Oxford,
en 1918 entra en el equipo del New English Dictionary. En 1919 es
tutor universitario; en 1920 lector de Lengua Inglesa en la
universidad de Leeds donde, en 1924, es titular de la misma
cátedra. En 1925 es nombrado para la cátedra Rawlinson y
Bossworth de Anglosajón en la universidad de Oxford donde, de
1945 a 1959, año en el que abandona la enseñanza, es titular de
la cátedra Merton de Lengua y Literatura Inglesas. En 1972 la
universidad de Oxford le otorga el doctorado ad honorem en Letras
y el 2 de septiembre de 1973, a los 81 años, Tolkien fallece en
Bournemouth y su misa fúnebre es celebrada por su hijo.
Lewis y "los
del garabato"
En 1926, Tolkien conoce al profesor de literatura inglesa y
escritor Clive Staples Lewis (1898-1963), con el cual estrecha
una larga y profunda amistad. Junto con otros, el filólogo es
instrumento de la progresiva conversión de su amigo - al menos a
partir de 1929 - del ateísmo al teísmo y luego al anglicanismo,
quedando decepcionado cuando éste no completará el camino hasta
el catolicismo. Tolkien y Lewis son también conocidos como los
principales animadores del club literario oxfordiano de los
Inklings, grosso modo "los del garabato"
Las obras
Autor de obras científicas y de ediciones críticas de textos
antiguos, como A Middle English Vocabulary, de 1922; la edición
del manuscrito Ancrene Wisse: The English Text of the Ancrene
Riwle, de 1962; la contribución a la traducción de la Jerusalem
Bible, de 1966; las ediciones de Sir Gawain and the Green Knight,
Pearl, and Sir Orfeo, de 1975, anteriormente publicados por
separado; el texto traducido y comentado, The Old English Exodus,
de 1981, Finn and Hengest: The Fragment and the Episode, de 1982,
editado por Alan Bliss; y The Monsters and the Critics and Other
Essays, de 1983, editado por su hijo Christopher; Tolkien es no
obstante conocido sobre todo por la narración, la poesía y la
ensayística relacionada con estas últimas. En esta andadura tan
amplia descollan The Hobbit (El Hobbit), de 1937, The Lord of the
Rings (El Señor de los Anillos) y The Silmarillion (El
Silmarilion), de 1977. A estos se añaden Guide to the Names in
"The Lord of the Rings" (Guía a los Nombres en
"El Señor de los Anillos"). Además hay que añadir A
Tolkien Compass (Una Guía a Tolkien), editado por Jared Lobdell
en 1975, y los textos incompletos y las "primeras
versiones" que, desde 1983, el tercero de sus hijos revisa y
publica en la serie "The History of Middle-Earth" (La
Historia de la Tierra Media), que ya ha alcanzado el noveno tomo.
El verdadero
Tolkien
Las obras del Tolkien narrador son publicadas y se hacen famosas
- a veces originando un verdadero "culto a la
personalidad" que el filólogo no alienta y que más bien
detesta, rehuye y teme - en los años 60 y 70, caracterizados por
la "alternativa", desde la psicodelia, pasando por la
"fuga de la realidad" hasta la contestación. Junto a
la comercialización, a veces incluso brutal, de su imagen, la
ideologización de la cual es víctima, también en Italia,
produce distorsiones absurdas, que interpretan El Señor de los
Anillos ya como "biblia" de los hippies; ya como
testimonio irracionalista, puramente estético,
"reaccionario" e incluso "cripto-fascista";
ya como conjunto de tesis y de visiones neopaganas, gnósticas y
esotéricas. Las obras tolkienianas forman, en cambio, un gran
fresco, también de carácter teológico, fundado en el amor,
pietas y caritas, además de en el valor y la fortaleza
(incluidas también la dedicación, la abnegación y el heroísmo
de los "pequeños"), que el filólogo admiraba en las
literaturas clásicas, en los cuentos épicos y mitológicos y en
la Biblia.
Formado en los valores más clásicos del patriotismo inglés,
del conservadurismo y de la fe católica, Tolkien está
abismalmente lejos de las descripciones - a menudo auténticas
caricaturas - propuestas por cierta crítica forzada, que se
funda únicamente en interpretaciones superficiales de sus
fuentes de inspiración, de sus expedientes narrativos y de su
pasión por el mito, a la vez emblema, ejemplo, modelo, tipo e
ideal. "He de decir que todo esto es un mito -
escribe Tolkien a propósito de su narración -, y no una
especie de nueva religión o de visión". Esto es, "por
lo que se refiere al puro expediente narrativo, éste,
naturalmente, me sirvió para buscar seres provistos de la misma
belleza, del mismo poder y de la misma majestad de los dioses de
la alta mitología, que puedan empero ser también aceptados,
afirmémoslo incluso con osadía, por los creyentes en la Santa
Trinidad".
El filólogo se presenta a sí mismo por doquier en su propia
producción literaria, pero el lugar privilegiado de
autodescripción de su figura, del espíritu y de la producción
tolkienianas son claramente el ensayo On Fairy-Stories, de 1947,
y el epistolario, de 1981. Poco escritor de fantasía de la
modernidad y mucho más "recolector" de narraciones
épicas, en Tolkien la aportación creativa se desenvuelve
principalmente en la obra de "codificación" y de
transmisión más que en la de producción ex nihilo, donde el
significado de "invención" se ajusta más a la
etimología del término - "hallazgo",
"descubrimiento", "encuentro" - que al
sentido corriente de "idear a partir de la nada" o en
el de "mentira". Sus historias (reales, en tanto que
verdaderas) son producto de "sub-creación", a saber,
de la capacidad poiética - productora y poética - del hombre
que crea, participando de la facultad más importante de su
Creador, el cual le ha hecho a Su imagen y semejanza. Por lo
tanto, la creación literaria como producción humana que es
imitatio Dei y cántico del y al Altísimo, además de utilizar
los talentos en una vida vivida - militia super terram, en el
más amplio sentido - en alabanzas al Señor, vuelve a Él y le
ofrece la consecratio mundi. El instrumento es la palabra humana
cuya profunda e inquebrantable vinculación con el Verbo de Dios
hecho carne no se le escapa al Tolkien filólogo y narrador. "Yo
pretendería -escribe-, si no fuera un alarde de
presunción por parte de una persona tan mal instruida, tener
como meta demostrar la verdad y alentar los buenos principios
morales en este mundo nuestro, mediante el antiguo expediente de
ejemplificarlos a través de diversas personificaciones, que al
fin permiten entenderlos".
El escritor
católico
El padre jesuita Guido Sommavilla y el hermano menor franciscano
Guglielmo Spirito han puesto de manifiesto la dimensión
católica de la narración tolkieniana. "El Señor de
los Anillos es -escribe el filólogo al padre jesuita Robert
Murray- fundamentalmente una obra religiosa y católica; al
principio no era consciente, me fui dando cuenta durante la
corrección. Esto explica el porqué no inserté, antes bien
corté, prácticamente todo tipo de alusión a cosas como la
religión, o bien a cultos y prácticas, en mi mundo imaginario.
Porque el elemento religioso está enraizado en la historia y en
el simbolismo. No obstante, dicho de esta manera parece muy
trivial y más presuntuoso de lo que es en realidad. Ya que, para
ser sinceros, conscientemente había programado muy poco: y
debería estar sumamente agradecido por haber sido formado (desde
que tenía ocho años) en una fe que me nutrió y que me enseñó
lo poco que sé". Subrayando la importancia del "Escritor
de la Historia (y no me refiero a mí mismo) "la
única persona siempre presente que nunca está ausente y que
jamás es nombrada" (como dijo un crítico)",
Tolkien observa: "En el Señor de los Anillos el
conflicto fundamental no guarda relación con la libertad, que no
obstante está envuelta. Se refiere a Dios y al derecho que sólo
Él tiene de recibir honores divinos". Y afirma
abiertamente: "[...] soy cristiano (algo que se puede
deducir de mis historias), o mejor, católico. Esto último
quizás no pueda deducirse de mis historias; aunque un crítico
[...] afirmara que las invocaciones de Elbereth y la figura de
Galadriel en las descripciones directas [...] estén claramente
vinculadas a la devoción católica mariana. Otro ha visto en el
pan de viaje (lembas) un viaticum y en el hecho que nutre la
voluntad [...] y que es más eficaz cuando se está en ayunas,
una referencia a la Eucaristía (esto es, la gente piensa en
cosas muy elevadas incluso cuando se ocupa de cosas poco elevadas
como una historia fantástica)". Católica es también
la estética del escritor, que habla de "[...] Nuestra
Señora, en la que se fundamenta toda mi pequeña percepción de
belleza ya sea como majestad ya como sencillez".
Por lo tanto, es completamente equivocado y fuera de lugar el
planteamiento -origen y emblema de muchos otros análogos, aunque
formulados de forma distinta- del filósofo y líder de la Nueva
Derecha francesa Alain de Benoist, que en el "manual"
Comment peut-on être païen? (¿Cómo se puede ser pagano?) de
1981, en la traducción italiana ve en Tolkien -junto con otros-
el modelo de un supuesto "neopaganismo". "Más
allá de esta [...] vida oscura [...], yo te propongo la única
cosa que debas amar en la tierra: el Santísimo Sacramento -
escribe el filólogo en una carta a su tercer hijo Christopher -.
[...] Aquí hallarás aventura, gloria, honor, fidelidad y el
verdadero camino para todo tu amor en esta tierra, y más que
esto: la muerte".
por Marco Respinti y Angel Expósito
Diccionario del Pensamiento
Fuerte, IDIS (Istituto per la Dottrina e l´Informazione Sociale)
de Alleanza Cattolica, www.alleanzacattolica.org.
Para profundizar: entre sus obras ver Il Signore degli Anelli,
trad. It., Rusconi, Milán 1977; Il Silmarillion, editado por
Christopher Tolkien, trad. It., Rusconi, Milán 1978; Albero e
foglia, ed. aumentada, trad. It, Rusconi, Milán 1988; Lo hobbit
o la riconquista del tesoro, trad. It., Adelphi, Milán 1989;
como también La Realtà e la trasparenza. Lettere 1914-1973,
editado por Humphrey Carpenter y C. Tolkien, trad. It., Rusconi,
Milán 1990. Entre los textos críticos ver H. Carpenter, La vita
di J.R.R. Tolkien, trad. It con introducción y notas de
Gianfranco de Turris, Ares, Milán 1991; Idem, Gli Inklings.
Clive S. Lewis, John R.R. Tolkien, Charles Williams & Co.,
trad. It. Jaca Book, Milán 1985; Emilia Lodigiani, Invito alla
lettura di Tolkien, Mursia, Milán 1982; Guido Sommavilla S.J.,
Peripezie dell´epica contemporanea. Dialettica e mistero, Jaca
Book, Milán 1983, páginas 417-440; y Guglielmo Spirito O.F.M.,
Sotto il tuo patrocinio: Tolkien e Nostra Signora, en San
Francesco, n. 5, mayo de 1995, páginas 50-51.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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