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La contracepción abortiva: El holocausto farmacéutico.
Tal como indica la ciencia y difunden organizaciones como VHI, muchas veces lo que se entiende por anticoncepción son en realidad abortos, pues no es que no se permita la fecundación, sino que lo que hace es matar el cigoto, implantado ya o no en el útero materno. Este estudio primero describe los procesos biológicos y despues denuncia las manipulaciones pseudocientíficas para engañar sobre el caracter abortivo de muchos "anticonceptivos"
Introducción
Por "anticoncepción" entendemos normalmente
la prevención de la fecundación del óvulo por el
espermatozoide, que es la fusión del óvulo y del
espermatozoide. Esta prevención puede lograrse impidiendo el
paso del esperma del útero a las trompas (p.ej.: preservativo o
condón, pesario uterino, moco cervical espesado, eliminación
del esperma a través de espermicidas), o por la ausencia de un
óvulo por fecundar (inhibición de la ovulación). También se
puede evitar la fusión del óvulo y del espermatozoide a través
de la esterilización tubárica en la mujer o de la vasectomía
en el hombre.
Sin embargo, en algunos anticonceptivos, hay efectos en los que
estos mecanismos juegan ese papel, pero se pueden encontrar
efectos adicionales, efectos que ya no son preventivos en el
exacto sentido de la palabra. Entre estos anticonceptivos
mencionamos el dispositivo intra uterino (DIU) ó Pesario
intrauterino (PIU) , la "píldora de la mañana
siguiente" ("anticoncepción de emergencia"),
de cierta forma los espermicidas que contienen nonoxinol, los
anticonceptivos orales (inhibidores de la ovulación, p.ej.,
píldoras anti bebé), los depot-gestágenos inyectables
(Depo-Provera), los implantes de Norplant, la vacuna anti-HCG y
el RU-486. Estos anticonceptivos trabajan en parte como
inhibidores antes de la anidación y en parte también después
de la anidación. Si tenemos en cuenta todos estos efectos, es
evidente que el concepto de anticoncepción se vuelve ambiguo. No
sólo significa prevención de la fecundación, sino también,
prevención de la anidación, un hecho que se les escapa a la
mayoría de las personas.
Debido a que los anticonceptivos orales han sido y son todavía
muy controvertidos, me gustaría tratar primero sobre la forma
como trabajan, sobre todo porque han sido los anticonceptivos
más usados por más de 30 años y porque son los que han abierto
camino en la prevención artificial del embarazo, con sus
consiguientes resultados. También son un clásico ejemplo de
cómo las palabras del teólogo William Smith: "La
ingeniería verbal precede a la ingeniería social",
han traído cambios importantes en la mentalidad de nuestra
sociedad.
Los conferencistas alemanes particularmente, todavía llaman a la
píldora un inhibidor de la ovulación. Sin embargo, esta
expresión describe sólo un efecto parcial y, por lo tanto,
induce a conclusiones erróneas. Como veremos, tampoco su modo de
actuar justifica el término "anticonceptivo".
Sin embargo, por el momento, la llamaremos un contraceptivo oral
(CO), como es usual en el mundo anglo-parlante.
Contraceptivos
orales
I. Mecanismos
A. Inhibición de la ovulación
B. Inhibición de la anidación
C. Moco cervical
D. Factor tubárico
A. Inhibición de la ovulación:
La intención original de los
descubridores de los CO fue la de inhibir la ovulación, imitando
el ciclo natural por medio de altas dosis de estrógeno y
progestágeno. Las primeras píldoras que se produjeron se
adaptaban bien a este modelo en su enormemente alto contenido de
estrógeno y progestágeno. Debido a que rápidamente se detectó
una alta incidencia de efectos colaterales objetivos y
subjetivos, se redujo progresivamente el contenido hormonal,
dando como resultado un creciente número de "ovulaciones
que de todas maneras se presentaban". Incluso en los
años 60 se confirmó un siete por ciento de ovulaciones de este
tipo y, más tarde, de siete a diez por ciento. Suponiendo un
caso ideal, la dosis mínima indicada para la inhibición de la
ovulación se fijó en 0.05 mg. de etinilestradiol, mientras que,
por un tiempo, el componente progestágeno recibió menos
atención. Entonces se descubrió que, con una mayor reduccción
del componente estrógeno a 0.035-0.03 mg. de etinilestradiol,
progestágenos recientemente desarrollados, como el desogestrel,
se unían con el estrógeno en su acción sobre la ovulación.
Por lo tanto, quedaba claro que el progestágeno debía de ser de
igual potencia. Recientemente a esta dosificación se le ha
descrito como "dosis inhibidora de la ovulación ".
Los casos de ovulaciones que de todas maneras se presentan con
dosis reducidas de hormonas, se probaron de varias maneras, tanto
histológicamente como con experimentos de laboratorio. Por
tanto, en 1983 Kurt S. Ludwig (15) reportó hallazgos
histológicos de ovarios bajo los efectos de los CO, en los que
encontró folículos casi listos para reventar durante los dos
primeros ciclos de tratamiento con preparaciones combinadas. En
1965, este investigador ya estuvo en capacidad de probar la
presencia de corporea lutea durante los dos primeros ciclos de
tratamiento y parcialmente durante el tercer ciclo del
tratamiento. En aquel entonces sólo se usaban CO de dosis altas
de estrógeno, por lo que puede concluirse, que hay aún más
ovulaciones con el uso de CO que tienen dosis bajas de
estrógeno.
Un estudio (Van der Vange, 1986) (30) realizado en los Países
Bajos demostró que el 30 por ciento de las pacientes examinadas
con ultrasonido tenían folículos de 18 mm. o más, de acuerdo a
dimensiones preovulatorias. En casi el 60 por ciento de las que
se examinaron hubo crecimiento folicular. En el cuatro por ciento
se asume que hubo ovulación con una dosificación de 0.03-0.04
mg. de etinilestradiol y progestágenos variables.
Similarmente se dieron casos de fracasos, p.ej. con:
-- Preparaciones de 3 fases 1.87 por ciento.
-- Preparaciones de 2 fases 3.7 por ciento.
-- Minipíldora 13.7 por ciento.
En el caso de la minipíldora,
Ludwig (15) encontró regularmente corporea lutea reciente.
Se asumió que en las preparaciones de tres fases, ocurriría una
ovulación cada cuarto mes. En 1986 Extracta Gynaecologica (18)
publicó la siguiente declaración con referencia a la
contracepción oral usando CO combinados de baja dosis: Había
evidencia de formación folicular ovárica durante los siete
días libres de hormonas y, en el séptimo día libre de
hormonas, los folículos estaban tan bien desarrollados que
podían reaccionar a un ligero incremento de gonadotropina. Esto
ocurría especialmente si se dejaba de tomar una píldora dentro
de los siete primeros días. En este caso, la comunmente
recomendada dosis de dos píldoras al día siguiente de la
omisión, podía dar como resultado una ovulación, apoyada por
la configuración de estrógeno resultante. Más aún, una demora
en tomar la píldora después del período libre de hormonas,
aumentaba el riesgo de una concepción no deseada. Con respecto a
la caja clásica de 21 días, los fabricantes urgen el uso de una
forma complementaria de contracepción si se olvida tomar una
píldora en los siete primeros días de haber empezado la caja.
La regla de los 14 días
Esto concuerda con la "regla de los 14 días" descrita
extensamente en el libro de bolsillo Die Pille (23). De acuerdo a
ella, el peligro de un embarazo no deseado persiste durante un
período de 14 días después de cada ocasión en que se olvida
una píldora, o después de un atraso de más de 12 horas en
tomarla y, por tanto, se necesita una forma suplementaria de
protección durante ese período de tiempo. La omisión de una
píldora hacia el final del paquete, también alarga sin duda el
período sin protección de la píldora. Entonces, en este caso,
también debe observarse estrictamente la regla de los 14 días.
En 1983, Mall-Haefeli (17) dijo que: "en tratamientos de
preparaciones con una dosis baja de estrógeno y un progestágeno
medio activo o de baja dosis, se encontró una tendencia a la
formación de ovarios quísticos: también se podía observar,
durante el período de uso de los CO, folículos recientemente
rotos, corporea lutea y luteinización. Se probó la ovulación
midiendo los niveles de progesterona. Dicho "patrón de
reacción" se puede explicar por la concentración de
estrógeno de las tabletas que primero sube y luego baja
exactamente en el punto medio del ciclo del tratamiento. Esto
podría trabajar como una retroalimentación positiva y podría
explicar los fracasos aislados anotados en el caso de las
preparaciones de tres fases.
Por añadidura, "El componente que contiene clormadinon
mostró un efecto inhibidor más débil que con (la paciente)
Diane. Como resultado de esto, durante el tratamiento se
encontraron casos aislados de niveles incrementados de
progesterona, a saber, en tres de 29 pacientes. Esto
significaría que dicha ovulación, la formación de corporea
lutea o la luteinización, se presentó en casos
individuales" (17).
Mall-Haefeli también (17) escribió: "El hecho de no
observarse embarazos en los grandes grupos examinados que
ingerían clormadinon, podría ser un indicador de los efectos
multifactoriales de los inhibidores de la ovulación. El
clormadinon se comporta similarmente a la progesterona en baja
dosis, p.ej., invalida el efecto inhibidor del estrógeno en el
nivel hipofisial." De este modo Mall-Haefeli señala el
efecto inhibidor de la anidación de los CO.
Más que inhibición
De acuerdo a N. Van der Vange (1986) (30), la ovulación y el
corporea lutea se presentan en el 4.2 por ciento de los ciclos
menstruales, mientras se toma la "micropíldora." Esta
autora comenta al respecto: "En base a las
investigaciones, se puede concluir que la efectividad
anticonceptiva de la 'micropíldora' se apoya en algo más que en
simplemente la inhibición de la ovulación".
B. Inhibición de
la anidación:
La inhibición de la anidación se basa en el desarrollo
insuficiente de la secreción y en cambios regresivos del
endometrio inducidos por los CO. Estos últimos aumentan según
se incrementa el uso de los CO. La llamada "secreción
rígida" se observa casi siempre con preparaciones
combinadas de estrógeno en las que las glándulas se estrechan y
no funcionan (apareciendo casi atrofiadas) y el estroma presenta
una reacción pseudo decidual. Después de años de tomar en
forma continua preparaciones combinadas de estrógeno, usualmente
el estroma no funciona y abunda en fibras. No todas las mujeres
reaccionan de igual forma al ingerir durante largo tiempo
preparaciones secuenciales y graduadas. Después de muchos meses
de uso aún pueden presentarse signos de secreción. Por otro
lado, después de un corto período de uso de los CO, las
glándulas pueden cesar de funcionar debido a una reacción
dominante del estroma.
Pschyrembel Woerterbuch Gynaekologie und Geburtshilfe 1987 (24)
hace la siguiente declaración sobre el modo de actuar de los CO:
"La forma de acción de las hormonas esteroideas
empleadas, no sólo depende de la inhibición de la ovulación a
través de la inhibición de la gonadotropina, sino que depende
también de las características de las hormonas y de la dosis,
incluso de los cambios del moco cervical (que impide o bloquea el
paso del esperma), de cambios del endometrio (que impide o
bloquea la anidación de un posible óvulo fecundado) y de la
inhibición de la motilidad tubárica".
En la literatura médica, muchos autores señalan los efectos
inhibidores de la anidación de los CO, p.ej. Mutchsler en su
Lehrbuch der Pharmakologie (19) escribe en 1972: "Los CO
previenen la implantación del óvulo (fecundado), aún cuando
ocurra la ovulación (el desarrollo secretor del endometrio no se
completa)".
En 1971, Haller, de Goettingen (6) describió como altamente
controversial el uso del término "sustancia inhibidora
de la ovulación" para la mayoría de las preparaciones
señaladas.
En forma similar, en 1974, Hauser de Lucerne (8) estableció que,
en vista del siete por ciento de posibilidades de ovulación, el
término "inhibidor de la ovulación" no es
totalmente adecuado.
Respecto al mismo tema, nos dice Haeussler (1975) (7): "El
Director de la Segunda Clínica Ginecológica de la Universidad
de Münich, Profesor Dr. R. Fikentscher, nos informó en su
conferencia... que con los llamados inhibidores de la ovulación
no se lograba siempre el efecto inhibidor, y que la ovulación se
presentaba en más del siete por ciento de los casos (Goldzieher,
Mears y Gual). En fecha tan antigua como el 10 de Diciembre de
1967, el Profesor Fikentscher señaló: "Por lo tanto,
la medicación hormonal no puede seguir considerándose como un
inhibidor de la ovulación, sino como una prevención potencial
de la anidación".
Abortivos para las primeras etapas
En 1967, fecha bastante temprana para el tema que tratamos, en
una conferencia médica, los representantes de una gran
productora de hormonas admitieron que con los CO, en el siete por
ciento de los casos se presentaba la ovulación con posibilidades
de fecundación y que la consiguiente implantación del óvulo
fecundado en el útero ordinariamente sería impedida (7).
Beller, de Muenster, nos dice (1979/80) (1): "El efecto
abortivo de la píldora: Píldora y DIU = un abortivo
precoz".
En el mismo tenor el Bundeszentrale fuer gesundheitliche
Aufklaerung, Colonia (3) afirma: "Los inhibidores de la
ovulación inhiben la anidación".
Taubert y Kuhl también admiten en su libro Kontrazeption mit
Hormonen 1980 (27): "el efecto inhibidor de la
anidación de casi todos los tipos de píldoras".
Lauritzen, en 1986 (12): "Con los nuevos anticonceptivos
orales hormonales de baja dosis, las ovulaciones que de todas
maneras se producen ( y el sangrado) aparentemente ocurren con
más frecuencia que con preparaciones de alta dosis. Cuando tales
ovulaciones ocurren, aparte de la influencia en el moco cervical,
se presenta también la proteción adicional hormonalmente
inducida en el endometrio, donde la reconstrucción asincrónica
del estrógeno-gestágeno activado y los cambios bioquímicos
atípicos impiden la anidación. En algunos casos, este aspecto
de inhibidor de la anidación actuaría como una protección
adicional y por lo tanto, habría que dar más importancia a las
preparaciones de baja dosis en oposición a las anteriores
preparaciones de alta dosis".
Schering, en 1987 (26): "Como todos los otros
anticonceptivos de estrógeno-gestágeno la 'píldora ligera'
obstaculiza las condiciones fisiológicas que son un
pre-requisito para la anidación del óvulo en el endometrio. Por
lo tanto, su efecto contraceptivo no sólo consiste en inhibir la
ovulación e inhibir el paso del esperma, sino también en
suprimir una reconstrucción cíclica normal del
endometrio".
En la revista Der informierte Arzt, 1987 (31): "La
Profesora Mariannne Mall-Haefeli de Basle tiene la convicción de
que la supresión del eje hipotálamo hipofisial por la
micropíldora es de gran importancia. Mientras que durante la
ingestión de píldoras de alta dosis el ovario se
"tranquiliza" por la supresión de este eje funcional,
esto ocurre en menor proporción con las preparaciones de baja
dosis.
Pero debido a que los efectos de los CO son multifactoriales,
este cambio no reduce su efectividad. Sin embargo, una supresión
disminuida puede llevar a un crecimiento folicular en el ovario y
consecuentemente a una producción endogénica de estrógeno. La
resultante hiper-estrogenemia relativa ocurre fisiológicamente
en la pubertad y durante la pre-menopausia. Los síntomas
clínicos son: ligero sangrado (manchas), sangrado inesperado e
ingurgitación mamaria. En la opinión de la Profesora Mall-
Haefeli, si la paciente continuara presentando dichos síntomas,
se le indicaría un cambio a una preparación con un gestágeno
supresivo más potente".
Esto también se refiere al efecto multifactorial de la píldora
y, en consecuencia, a la inhibición de la anidación y al factor
tubárico, ya que el factor cervical no parece presentar la
eficacia originalmente esperada. En recientes publicaciones se
menciona repetidamente este efecto multifactorial (9) (17) (30).
¿Cuándo comienza la vida?
¿Puede probarse científicamente la premisa de que la vida
humana empieza con la anidación y no con la fusión del óvulo
con el espermatozoide? La respuesta a esta pregunta la da
Lauritzen en 1986 (12): "Sin lugar a dudas, la vida
humana empieza con la fusión del óvulo con el espermatozoide y
la consiguiente división del óvulo. Sin embargo, el médico y
el abogado encaran el problema de que, al menos en una
fecundación normal, el comienzo de la vida no puede ser
establecido. Por lo tanto, es importante saber, tanto para el
juicio médico como para el criterio legal, cuándo se puede
establecer objetivamente un embarazo, y hoy en día se establece
inmediatamente después de la implantación del gameto en el
endometrio.
"En ese momento, cuando el embrión se conecta con la
circulación de la madre, éste envía señales que pueden
demostrarse, p.ej. beta-HCG ó SP 1. Por esto se ha acordado que
el comienzo de la gestación, tal como puede establecerse
objetivamente, debería ser el punto de partida para definir el
problema, de forma que el comienzo de la gestación (no de la
vida humana) se inicia en el momento de la implantación. Con
esta definición, extraída de hechos comprobados, se establece
que los métodos que inhiben la implantación del óvulo
fecundado como el Pesario intrauterino o la píldora, no
constituyen un aborto inducido. Para apoyar esta tesis, hacemos
notar que más de la mitad de todos los óvulos fecundados se
abortan de forma natural antes de la implantación".
Aquí cabe resaltar que el aborto natural de cualquier número de
óvulos fecundados, no debe ni puede presentarse como apoyo para
la tesis antes mencionada. Lo que ocurre en la naturaleza, lo que
el Creador permite, no puede compararse con lo que el hombre
ocasiona a través de su arbitraria intervención. De otra
manera, el aborto quirúrgico o la eutanasia activa podrían
justificarse con ese razonamiento. Además, podemos observar que,
al principio de la vida, la mortandad natural se da en un
porcentaje real aunque no exactamente conocido; sin embargo, en
la vejez, al final de la vida, es de un 100 por ciento. Pensar
como Lauritzen puede llevar hacia cambios peligrosos. Esta
actitud proviene de la mentalidad del autónomo Prometeo que
sólo ve su propia responsabilidad a sí mismo y no está
preparado para ser responsable de nadie.
Lauritzen 1989 (13): "La píldora en su forma clásica
trabaja en todos los casos como un contraceptivo, no como un
abortivo. Con las preparaciones graduadas y con las preparaciones
combinadas, la inhibición de la ovulación ocurre prácticamente
siempre. Sin embargo, este es sólo uno de los efectos
protectores. Adicionalmente hay (incluso con monofase y
preparados secuenciales) efectos contraceptivos en el moco
cervical, en el endometrio, así como influencias en la motilidad
tubárica, y finalmente en el mismo ovario.
"Es realmente cierto que no se presenta en todos los casos
una inhibición de la ovulación con las modernas preparaciones
de baja dosis (Micropíldoras): en este sentido parece que
ocurren más a menudo las ovulaciones. El hecho de que las
píldoras de baja dosis dan una inhibición insuficiente del
crecimiento folicular; se demuestra por la frecuencia de quistes
ováricos u ovarios quísticos, cuando se administran
preparaciones de estrógeno-gestágeno de baja dosis.
Verdaderamente, se da también una inhibición del crecimiento
folicular y de la ovulación (aunque no siempre) y, en tales
casos, el efecto en el moco cervical llega a ocurrir
apropiadamente: entonces este fenómeno constituye el principal
efecto anticonceptivo. En este caso hay también ciertamente una
influencia en el endometrio y en la motilidad tubárica, pero es
probablemente menor.
"En resumen, con preparaciones de baja dosis el efecto en el
moco cervical es lo primero, pero también juegan un rol los
cambios en el endometrio y la motilidad tubárica que hacen más
difícil la anidación. En este contexto la píldora no puede
describirse como un abortivo: el efecto empieza antes de la
anidación".
La píldora anticonceptiva-abortiva
Cabe destacar que en las dos últimas anotaciones de Lauritzen, a
la contracepción se le ha dado un significado diferente del
usual. Ya no significa simplemente prevención de la fecundación
sino también prevención de la anidación del embrión. Es
importante observar que esta inhibición de la anidación no se
describe como el "aborto de un embarazo" ya
que éste -según Lauritzen- sólo empieza con la anidación.
Aparentemente se considera evidente que los embriones humanos se
destruyen por la inhibición de la anidación. De hecho Lauritzen
admite abiertamente que la vida humana "sin duda empieza
con la fusión del óvulo y del espermatozoide y la consiguiente
división del óvulo".
En este contexto, no nos interesa tanto el principio del embarazo
sino el de la vida humana, el principio de este ser humano
recién creado que se asesina por el efecto inhibidor de la
anidación de la píldora. En consecuencia, podemos afirmar que
la píldora no sólo es anticonceptiva sino también abortiva.
Teichmann, en 1989 (28) nos dice: "La afirmación de que
las modernas preparaciones de tres fases, denominadas
correctamente preparaciones de tres grados, no son inhibidores de
la ovulación pero sí de la anidación, no es correcta. Como
todas las preparaciones combinadas, también las de tres grados
tienen tanto un efecto central, es decir, un efecto inhibidor de
la ovulación que se obtiene suprimiendo la salida de
gonadotropina- como un efecto periférico que previene o impide
la anidación, influenciando la proliferación endométrica a
través de una influencia temprana de gestágeno.
"Este último efecto periférico, sin embargo, no tiene
importancia si la preparación se toma correctamente. Sólo en el
caso de uso incorrecto, enfermedad que interfiere o uso de
medicinas que pudieran causar un debilitamiento del efecto
inhibidor de la ovulación, el efecto periférico de estas
preparaciones en el endometrio ofrece una protección adicional.
Por lo tanto, se puede declarar que con el uso correcto, a la vez
que observando las indicaciones conocidas de seguridad para los
CO, también las preparaciones de tres grados inhiben la
ovulación de forma confiable. Aunque en principio pueda tener
lugar una inhibición de la anidación, esto normalmente no se
toma en cuenta".
Tal como se describió en el capítulo de inhibición de la
ovulación, las preparaciones de tres fases muestran una
ovulación cada cuatro meses como promedio, de manera que el
efecto de inhibición de la anidación se presenta más a menudo
de lo que Teichmann desea creer. También se demuestra la
inhibición incompleta de la ovulación, a través de estas
preparaciones, por la formación relativamente común de quistes
ováricos cuando se usa esta clase de píldora (13) (17). Tenemos
también que reconocer el alto grado de olvido en tomar la
píldora. Todo esto nos muestra una considerable incidencia de
inhibición de la anidación y por lo tanto el efecto abortivo
temprano de estas preparaciones.
Además de la inhibición de la ovulación, Hausmann en 1990 (9)
menciona: "En la fase de secreción del endometrio no
ocurre el cambio total, por lo que la implantación del óvulo se
hace más difícil... Si a pesar de la píldora, ocurriera una
ovulación, se prevendría la concepción a través del efecto en
el endometrio y en la cérvix. En consecuencia, la píldora
ofrece una triple protección contra el embarazo".
Vemos aquí que el término "concepción" se usa
también en el sentido de anidación del embrión en el
endometrio.
Lauritzen confirma en 1989 (13): "No existen las
preparaciones que únicamente se comporten como inhibidores de la
ovulación, pero las preparaciones de dosis media actúan
predominantemente como inhibidores de la ovulación. También
tienen un efecto contraceptivo adicional en el moco cervical y en
el endometrio".
Teichmann, en 1991 (29), escribe además: "Aparte de la
inhibición de la ovulación, es también posible una
contracepción confiable usando preparaciones de gestágeno puro
que cambian el moco cervical para hacerlo impenetrable a los
espermatozoides. La motilidad tubárica y el endometrio pueden
cambiarse a través del gestágeno a fin de que ocurra una
desincronización de las condiciones pre-requisito para la
anidación o una inhibición de la anidación. Generalmente las
preparaciones hormonales para prevenir el embarazo, son una
combinación de todos los factores que previenen un embarazo:
también causan anovulación en alto porcentaje las preparaciones
de gestágeno; los inhibidores de la ovulación usualmente
combinados, tienen a menudo un efecto anticonceptivo en el moco
cervical, en las trompas y en el endometrio".
Aquí se admite que tanto el gestágeno puro como las
preparaciones combinadas tienen un efecto inhibidor de la
anidación. De acuerdo a Pschyrembel (24), la minipíldora no
tiene efecto inhibidor de la ovulación, actúa previniendo el
paso del espermatozoide e inhibiendo la anidación.
No se equivoque...
También es interesante hacer notar que en el Congreso de la
Federación Nacional de Abortos (NAF-National Abortion
Federation) en Estados Unidos en 1985, se hizo la siguiente
declaración en el curso del debate sobre planificación
familiar: "No se equivoque, la píldora y el DIU son
abortivos".
Teichmann anota en 1991 (29) sobre una intervención sobre
postcoito: "Hablando estrictamente, las medidas que se
tomen postcoitus para prevenir un embarazo y su posterior
desarrollo, no son contraceptivas. Contra este tipo de medidas,
llamadas también intercepción postcoito se levantan rectamente
dudas éticas por parte de aquellos que no ven diferencia, en
principio, entre un aborto y la inhibición de la anidación,
fenómeno este último del que forman parte estos métodos.
"En cualquier caso, éstas son intervenciones que deciden el
destino del óvulo fecundado y de la blástula, que constituyen
ya una etapa embrional temprana y por lo tanto tienen el
potencial real para desarrollarse en un ser humano. Incluso,
dichas medidas abortivas postcoito se utilizan como acciones de
emergencia y ocupan su lugar en el grupo de terapias, pero no
deberían realmente contarse como medidas preventivas".
Beller, de Iowa, en 1990 (2) toma la siguiente posición respecto
al DIU y a la píldora: "Una pregunta crítica es:
¿cúal es el límite para el aborto? ¿La inhibición de la
implantación? ¿Dónde quiere Ud. trazar la línea? Si Ud.
rechaza la inhibición de la implantación por ser abortiva,
entonces es posible que el DIU ya no se pueda elegir tampoco y,
por lo tanto, por ese mismo motivo, tampoco podrá tomar nunca
más la píldora".
En 1992 Leindenberger (14) describe la acción de la píldora de
la siguiente manera: "El modo de actuar del inhibidor de la
ovulación se describe sólo parcialmente como el bloqueo de la
secreción de la gonadotropina hipofisial y, por tanto, la
ovulación por un lado y el bloqueo cervical gestágeno
dependiente de la migración del espermatozoide por el otro. Como
con el uso de la mayoría de los contraceptivos hormonales no se
alcanzan las condiciones fisiológicas para la anidación en el
endometrio, se perturba la sincronización entre la
transformación del endometrio y la motilidad tubárica y se
cambia la combinación de la secreción tubárica".
C. Moco cervical:
Se sabe por el ciclo natural que la progesterona espesa el moco
cervical formando una barrera parcial al movimiento ascendente de
los espermatozoides. En parte este también es un efecto que
producen los inhibidores de la ovulación. Algunos autores lo
caracterizan, aparte de la inhibición de la ovulación, como el "efecto
predominantemente contraceptivo" (Lauritzen 1989) (13)
y como "el segundo efecto principal del inhibidor de la
ovulación" (Furch 1991) (4), de forma que no puede
ocurrir una concepción y el efecto en el endometrio que Furch
admite, nunca llega a ocurrir. Otros autores mencionados
anteriormente enfatizan del mismo modo el efecto del moco
cervical (Teichmann, 1991) (29).
En estas condiciones no se toma en cuenta que el estrógeno
producido en el folículo madurante, a través de la conocida
ovulación que de todas maneras se presenta, puede tener un
efecto de disolución del espesamiento del moco cervical, de tal
manera que ya no impida el movimiento ascendente del
espermatozoide.
Se prueba lo inútil del procedimiento por la incidencia de
embarazos mientras se toman los CO. En los últimos años estos
se han incrementado con el aumento de las preparaciones de baja
dosis. Debido a que el endometrio, dependiendo de la preparación
usada y de la extensión del tratamiento, ha cambiado de
diferentes maneras (mayormente con respecto a una
"secreción rígida" ), no puede estar preparado en
cada caso para la implantación por la influencia del estrógeno
exógeno en el folículo madurante; por lo tanto, con frecuencia
el óvulo fecundado no puede anidarse. Por consiguiente, el
efecto inhibidor de la anidación de la píldora, juega un papel
importante.
También se puede concluir, tal como lo declaró la Profesora
Mall-Haefeli en 1987 (31), que los nuevos progestágenos pueden,
además de tener un efecto menos supresivo, tienen también un
efecto menor en la cérvix que facilita el movimiento ascendente
del espermatozoide. En experimentos con animales, se pudieron
encontrar espermatozoides en las trompas, aún con las
preparaciones de alta dosis que tenían una dosis alta de
estrógeno.
D. Factor
tubárico:
Por medio de este concepto hacemos referencia a los
contraceptivos hormonales que afectan la motilidad de la trompa,
retardando el transporte del embrión. En esta línea, en 1992
Leindenberg (14) reporta cambios en la combinación de las
secreciones tubáricas que podrían tener una influencia negativa
en el transporte del embrión.
Hacemos notar un efecto abortivo adicional del CO (Mall-Haefeli
1986) (16): "La Píldora tiene una acción
multifactorial. Por sí solo, el transporte tubárico retardado
ocasiona que el óvulo se torne demasiado viejo e inhibe el
desarrollo de un embrión viable, tal como hemos visto en la
fertilización in-vitro". Es decir, el embrión realiza
su camino más lentamente a través de las trompas y, por lo
tanto, sufre daño en el sentido de que, en el momento de la
posible implantación, ya no es viable y, por lo tanto, muere.
Literalmente "se seca", no logrando alcanzar la
implantación salvadora que le proveería de la nutrición
necesaria para su posterior desarrollo.
Sobre este tema, ver Pschyrembel 1987, (24) y Lauritzen 1989,
(13).
Más aún, sobre este punto el informe Schering (25) señala: "Los
estrógenos y los gestágenos influyen en la motilidad tubárica,
por lo tanto, en el transporte del óvulo, de tal manera que no
llega al endometrio donde podría encontrar condiciones
favorables para la implantación. Por añadidura, se altera la
composición de la secreción tubárica y con ello el proceso de
maduración del óvulo.
II. Factores exogénicos que influyen en el modo de actuar de los CO
A. Confiabilidad en
tomar la píldora:
De diferentes estudios realizados se concluye que esta
confiabilidad no es muy grande. El olvido en tomar la píldora se
encontró en un dos a siete por ciento de los casos. En un
estudio de Marvelon, Organon señala que cuatro a cinco por
ciento de las mujeres olvidaban de una a cuatro pastillas por
ciclo. A pesar de esto, sólo se presentó un embarazo en 15,222
ciclos experimentados sobre una muestra de 1,160 mujeres (22).
Esta "seguridad" indica el multifactorial modo de
actuar y por lo tanto, abortivo temprano, de este inhibidor de la
ovulación.
B. Interacciones:
Hasta hace poco no se sabía mucho acerca del considerable rol
que juega el consumo considerable de cantidades de alcohol,
cafeína y nicotina. Sobre todo, no hay que subestimar los
efectos de la cafeína y de la nicotina. El siguiente
interrogante deberá hacerse en relación a la interacción que
se da con las medicinas (antiácidos, excesivo uso de
purgantes,etc.).
Anteriormente se suponía que, principalmente y en forma casi
exclusiva, eran los antibióticos los que afectaban la forma de
acción de los CO, pero en la actualidad se incluyen casi todos
los grupos de medicinas como se señala en el folleto de Organon
(21). Presumiblemente, ésta es la razón por la cual Organon ha
publicado estos caros folletos. Más aún, mientras más baja sea
la dosificación de la píldora, mayores serán las interacciones
que entrarán en juego, tal como hemos podido establecer por
nuestra propia experiencia. Teichmann, en 1991 (29) hace notar
estas interacciones.
C. Desórdenes del
tracto digestivo:
Desde hace tiempo se sabe que la diarrea y los vómitos limitan
de forma importante la efectividad de la píldora. Tal como se ha
demostrado repetidamente, incluso un desorden estomacal o
intestinal moderado, que a menudo sólo es reconocido como tal
por los pacientes, es suficiente para ocasionar fallos de la
píldora. A esto hay que añadir que la recomendación de tomar
una segunda píldora en caso de vómito o diarrea difícilmente
puede llevar a que la píldora tenga éxito. Debido a los cambios
enteríticos, también será insuficiente la absorción de la
píldora. Estos efectos son aún más notables con dosis más
bajas.
D. Variando los
patrones de enzimas:
Sobre esto, en 1986 Gruenenthal (5) comenta: "Más aún,
pueden haber pacientes para los cuales la píldora no sea
completamente efectiva, posiblemente debido a un patrón de
enzimas variable (pacientes que salen encinta varias veces en
forma sucesiva, a pesar de que afirman haber usado correctamente
la píldora)".
También es interesante un artículo en Deutchses Aerzteblatt
(1986) (10), que compara la efectividad del CO en Europa y en
Asia. La dieta asiática es natural y ligeramente ácida y
neutraliza el efecto alcalino de la píldora, dando como
resultado muchas fallas o la total inefectividad.
E. Reacciones
individuales:
En 1991 Teichmann (29) nos dijo: "Las considerables
diferencias que hemos citado, inter e intra individuales, hacen
que el mismo contraceptivo oral, en la misma dosis, no sea
óptimo para que todas las mujeres alcancen en su organismo los
niveles de gestágeno y estrógeno deseados que tienen
efectos".
Todos estos factores se suman al efecto de abortivo temprano de
la píldora. Más aún, ya no existe la "seguridad
proverbial" de los CO, debido a que el recientemente
reportado Indice-Pearl es de 0.2-6 (Teichmann 1991) (29).
Exposición
Basados en la literatura citada y en la exposición realizada,
podemos llegar a las siguientes conclusiones acerca de los
contraceptivos orales:
1. La inhibición de la ovulación no se da en un 100 por ciento. Las ovulaciones que de todas maneras se presentan, ocurren en siete a diez por ciento de los casos.
2. La inhibición de la ovulación y el factor tubárico sólo como efectos parciales de la píldora no se discuten, pero tratan de no darles importancia o simplemente se les acepta.
3. Queda demostrado como un efecto principal de los contraceptivos orales, aparte de la inhibición de la ovulación, el espesamiento del moco cervical, que se comporta como una barrera. Este efecto no es menor por el hecho de que ciertos autores no quieran creer en el efecto inhibidor de la anidación de la píldora. En el proceso se ignora el hecho de que los estrógenos producidos en el folículo madurante pueden diluir el moco cervical, que le hace posible al espermatozoide ascender al útero y los oviductos, y, por lo tanto, fecundar al óvulo. Más aún, los "que dudan" ni siquiera otorgan al embrión el beneficio de la duda, que legalmente se les concede aún a los criminales por evidencia incompleta: in dubio pro reo! Este derecho se le niega expresamente al inocente embrión.
4. El índice-Pearl (29) para la píldora es 0.2-6. Consecuentemente, hay suficientes embarazos tras la píldora.
5. El principio del embarazo se ha definido como el momento de la implantación del embrión. Por lo tanto, los métodos que inhiben la anidación del óvulo fecundado no son considerados por estos autores como el "aborto de un embarazo". Se mencionan como ejemplos los DIU y la "píldora de la mañana siguiente". La píldora no debería llamarse un abortivo -dicen- ya que su efecto inhibidor de la implantación actúa antes de la anidación.
6. "La vida humana empieza sin duda con la fusión del óvulo y el espermatozoide ...". Puesto que este comienzo no puede ser objetivamente establecido por médicos ni abogados, se ha "acordado, por lo tanto, que el principio del embarazo debería ser el punto de partida", es decir, el momento de la implantación. Aquí surge la pregunta: ¿Qué es más importante, el principio del embarazo o el principio de la vida humana?
Confiando en los
expertos
Esta exposición nos demuestra por qué tantos -ya sean médicos,
abogados o teólogos- son contrarios a creer que la píldora
tenga un efecto abortivo temprano. Primero, muchos de ellos basan
su opinión en el entendimiento original de que la prevención
del embarazo supone ser un método de prevención de la
fecundación. Con la píldora, esta afirmación se refiere a la
inhibición de la ovulación y al espesamiento del moco cervical.
Segundo, ellos creen en la declaración de los expertos de que la
píldora no es un abortivo temprano. La mayoría no están al
tanto de que esos expertos, de acuerdo a la definición anterior,
no consideran la inhibición de la anidación como el "aborto
de un embarazo".
Estos expertos basan su opinión en el hecho de poner el
principio del embarazo en el momento de la anidación del
embrión, lo que invita a muchos a creer que la vida humana
también empieza en ese momento. El verdadero principio de la
vida humana que se da en la fecundación casi siempre es
ignorado.
Esto ha dejado 14 días de tiempo después de la fecundación
como período sin protección de la vida humana. A la vez, este
mismo hecho ha sido importante con respecto al efecto abortivo
temprano del DIU, que era bien conocido por estos expertos. Tal
como se sabe en la actualidad, esto se puede afirmar también de
los inhibidores de la ovulación, cuyo mecanismo abortivo
temprano sin duda también les era familiar a estos expertos.
Pero el límite de los 14 días es también de gran importancia
para el problema de la fertilización in-vitro/transferencia del
embrión, ya que la FIV/ET [N.del T. FIV: Fertilización In
Vitro. ET: Transferencia del Embrión] usa embriones.
En algunos países, se dispone de este período para
investigación en los embriones. Por consiguiente, se
instrumentaliza esta "perspicaz" definición.
Una edificante
dosis de honestidad
Lauritzen es, sin embargo, tan honesto en sus escritos, que
claramente reconoce el principio de la vida humana en la fusión
del óvulo y del espermatozoide. Lo que él no menciona es el
hecho siguiente: que la inhibición de la implantación del
embrión, a través del efecto de inhibición de anidación de la
píldora, destruye la vida humana tanto como el "aborto
de un embarazo" después de que la anidación se ha
llevado a cabo. Al omitir este aspecto, no es el embarazo el
abortado, sino el niño no nacido. Es un juego manipulativo y
especulativo de palabras y, a la vez, un juego con la vida del
embrión.
De esta forma, los términos 'prevención del embarazo'
y 'contracepción' o 'anticoncepción'
respectivamente con sus diferentes significados, han ocasionado
gran confusión y gran daño. Por lo menos, los contraceptivos
hormonales orales deberían denominarse correctamente contra e
interceptivos o contra-interceptivos respectivamente. Teichmann
llama apropiadamente a la intercepción postcoital éticamente
dudosa. Se refiere después al efecto inhibidor de la anidación
de las preparaciones hormonales postcoitales. (Nota de la
redacción: se trata de la "anticoncepción de
emergencia" o "píldora del día después".)
Sin embargo, este mismo autor no expresa dudas respecto a la
inhibición de la anidación de la píldora. Ciertamente, la
intercepción postcoital es más directamente inhibidora de la
anidación que la píldora, en la que también aparecen otras
formas anticonceptivas de acción. No obstante, nada aquí cambia
el hecho de su carácter parcialmente inhibidor de la anidación.
Por lo tanto la píldora es tan éticamente cuestionable y
abierta al repudio como la intercepción postcoital, que se usa
mucho menos que la píldora.
Por otra parte, el "objetivamente establecido principio
del embarazo" ya ha sido vencido por la tecnología, de
tal manera que la fecundación puede ahora probarse, ya antes de
la implantación, a través del Factor de Embarazo Temprano. Con
lo cual, la existencia de la vida humana antes de la anidación
está claramente probada.
La tierra de nadie
Los seguidores de la teoría de la anidación tendrán problemas
para intentar demostrar su definición manipuladora. Esta prueba
objetiva de la existencia de la vida humana que se ha conseguido
en una "tierra de nadie" arbitrariamente
creada entre fecundación y anidación, también coloca en la
balanza la expresión "aborto de un embarazo", que
hasta ahora se refería a intervenciones después de la
implantación.
Se han hecho intentos para mantener en secreto el efecto de
abortivo temprano de la píldora. Aquellos que apoyaron esta
postura saben que una información amplia y a tiempo evitaría
que muchas mujeres usaran la píldora. Esta táctica también
pertenece al área de la administración en el sentido de que "la
ingeniería verbal siempre precede a la ingeniería social".
Dado que la píldora se introdujo como no abortiva, la sociedad
moderna ha llegado a acostumbrarse a ella, tal como lo hizo con
el DIU.
Cuando las personas descubren el efecto abortivo temprano de la
píldora o del DIU, difícilmente se dejan ya persuadir. La
fuerza del hábito domina el conocimiento adquirido
posteriormente. Este conocimiento penetra cada vez menos y
amenaza con perder totalmente su efecto. Por otra parte, uno
llega a acostumbrarse cada vez más al concepto de matar, como se
ha demostrado con la creciente aceptación del aborto y de la
eutanasia activa.
El concepto del mal
menor
El uso de argumentos basados en el concepto del "mal
menor" ignora completamente que "no puede
hacerse un mal para obtener algo bueno". Aunque
inmediatamente después de la fecundación el embrión es un ser
algo más pequeño que un embrión unas pocas semanas mayor, es
igualmente un ser humano; no debería ser asesinado ni entonces
ni en una etapa posterior.
No se puede hacer una afirmación concreta acerca de la
frecuencia de la inhibición de la anidación. Considerando que
las ovulaciones que de todas maneras se presentan ocurren en el
siete al diez por ciento de los casos, y que el índice-Pearl
para contraceptivos hormonales orales es 0.2-6, debemos afirmar
que ocurren considerablemente más ovulaciones que de todas
maneras se presentan que embarazos producidos por estas
ovulaciones que llegan a término.
Ciertamente, no toda ovulación que de todas maneras se presenta,
da como resultado una fecundación, pero su participación es
mucho mayor de la que admiten los autores que se refieren al moco
cervical, especialmente si se tiene en cuenta que el efecto del
moco cervical puede y debe ser puesto en duda de acuerdo con las
consideraciones anteriores. El problema no es realmente una
cuestión sobre el número exacto de inhibiciones de anidación
que ocurran, sino más bien, el hecho de que ellas sí ocurren
realmente.
Citando a Laun (11): "Sólo la posibilidad de tal efecto
conduce a un categórico no en el nivel moral". Dice
además (11): "Aun cuando aquello (inhibición de
la anidación, nota del autor) fuera posible, cualquiera que
difunda la prevención como un método para luchar contra el
aborto, debería también oponerse a todos los abortivos
'métodos de prevención' por lo menos con la misma
intensidad". Esto ocurre muy rara vez. Por el
contrario, la mentalidad de prevención no ha reducido los
abortos, más bien los ha promovido.
R. Ehmann, (Vida Humana Internacional)
Notas:
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Wilhelm-Universitat, Munster (1979/80) 2,35.
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Aerztliche Allgemeine, Ein Themenheft der Aerzte Zeitung (1990)
1,18.
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FAZ (1991) 16, 8.
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Aerzte Zeitung (1990) 1, 12.
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Was ist zu beachten?
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Stuttgart.
30. Van der Vange, Referat "Ovarian activity and low dose
contraceptives", 3. Tagung der Soc. f. Advancement of
Contraception (SAC) vom 9. -13.9.85 in Bordeaux, Zitiert im
Organon Literaturservice 17/86 aus Gyne (Juni 1986).
31. Zoller Th., "Die Pille hat sich gemausert", Der
informierte Arzt (1987) 14, 53.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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