Una consecuencia de no hablar de las virtudes de la abstinencia, de la castidad, de la pureza, de la fidelidad, de la virginidad, o del amor, es que acaban confundiéndose todos. Cuánta razón tenia ese escritor, Antonio Orozco, que decía que "tan adulterada está la palabra amor, que al adulterio se le llama amor". Otro error es que, hay quien cree que los casados, ya no pueden vivir la castidad. No es momento de deslindar todos estos conceptos, los internautas tenemos buenísimas páginas, como encuentra.com, donde podemos ponernos al día, a la menor duda que exista. La abstinencia es un concepto que en sí mismo significa dejar de hacer, no hacer algo. Aplicado a los alimentos, abstinencia significará, por ejemplo, no comer ese alimento que sabemos que engorda, o que nos puede perjudicar su alto contenido en grasas. En relación a la sexualidad, abstinencia significa no seguir los impulsos sexuales. En el mes de Octubre del 2002 se ha producido en los Estados Unidos el hecho de que alguien ha dado la cara públicamente para defender la abstinencia, y es de admirar, tanto más, cuanto ha tenido que vencer la oposición de censores, jugándose también su futuro profesional: Erika Harold, nombrada poco antes Miss América 2003, denunció al diario The Washington Times que fue censurada por los organizadores del certamen, pues le ordenaron no hablar públicamente a favor de la abstinencia sexual entre los adolescentes. Harold que es estudiante de derecho de la prestigiosa Universidad de Harvard, dijo que resistirá los esfuerzos de los funcionarios del Miss América para silenciar sus opiniones a favor de la castidad. Los organizadores de estos certámenes ven bien que Miss América se involucre en temas sociales, pero le proponían que hablara de la prevención de la violencia juvenil. Ella respondió que lo que más le motivaba no era esa causa. Los funcionarios no quieren que Harold utilice su investidura para promover la castidad entre las adolescentes, a pesar que es una causa que ella promueve desde hace varios años como conferencista del Project Reality, una organización de Chicago pionera en la difusión de la abstinencia en las escuelas. Sólo desde que ganó el título de Miss Illinois en junio, Harold dirigió conferencias a favor de la abstinencia a unos 14 mil jóvenes del estado. La Miss América, aseguró que la educación en la abstinencia es en realidad, un componente importante de la prevención de la violencia juvenil, porque la violencia está directamente relacionada con el permisivismo sexual y la promiscuidad. Afortunadamente, la avalancha de críticas y las firmes convicciones de la nueva Miss Estados Unidos, Erika Harold, llevaron a los organizadores del certamen a desistir de la censura impuesta, tantas habían sido las críticas que habían recibido por distintos sectores sociales. Robert Knight, director del Culture and Family Institute, afirmó que la organización de Miss Estados Unidos no tenía mucha opción al respecto. "La presión pública los hizo recuperar el sentido", indicó Knight y lamentó que los funcionarios del concurso estén tan desfasados, anclados en la revolución sexual de los años setenta. Las ventajas personales y sociales que se derivarían de que la abstinencia se viviera, serían destacadísimas. Si en algún campo debemos, con más fuerza e interés, decir en muchas ocasiones a nuestro cuerpo que no, es de la abstinencia sexual. Se reducirían conflictos familiares, manías, acosos, abusos, sida, etc. etc. En materia sexual, para prevenir del SIDA, ¿tendríamos que imponer o aconsejar la abstención total?, sin duda que eliminaríamos muchas posibilidades de transmisión de esa forma. Pero no, nuestros cuerpos tienen sexo, y tiene su función como otras partes del cuerpo la suya. Bastaría decir que el sexo con orden, en su momento, para su función, con amor, dentro de una unión afectiva y duradera. Lo dice todo el significado de un lema de las campañas contra el SIDA de un país centroamericano: "cada oveja con su pareja ". Podrían darse muchas explicaciones antropológicas para explicar cómo las personas humanas hemos ido formando las familias como base social, cómo la cultura, a medida que se ha desarrollado, nos ha conducido hacia la monogamia. Una de las explicaciones es la transmisión de las enfermedades venéreas. La familia monógama es la forma más perfecta de reducir al mínimo estas enfermedades sin que, lógicamente, se extinga la población por falta de descendencia. Nuestros cuerpos no parecen que estén hechos para la poligamia Signos positivos. En Estados Unidos, el "ICR Survey Research Group" realizó hace unos años, una encuesta a encargo del semanario 'USA Weekend', del grupo Ganet. En ella se observa que cerca del 65.8% de los adolescentes entre 12 y 14 años creen en el mensaje de que la abstinencia es buena. "Entre aquellos con edades de 15 a 17 años, la proporción sube. El 78.6% está a favor de no tener relaciones sexuales antes del matrimonio" . Algo semejante ha sucedido en muchos otros países como Italia, España, Holanda, Bélgica, Francia, Alemania, Rumania, Suiza y Chequia. Según las estadísticas del Centro para la Prevención y Control de Enfermedades de USA, más jóvenes que la década pasada optan por esperar al matrimonio para tener relaciones sexuales y se involucran cada vez con menos parejas. En 1991, 54 por ciento de los adolescentes norteamericanos señalaban haber tenido relaciones sexuales, mientras que el 2000 la cifra había bajado al 50 por ciento; una baja sorprendente si se tiene en cuenta que en la década el temor al SIDA ha disminuido en Estados Unidos y los mensajes de contenido sexual explícito se han incrementado. La cifra de adolescentes que señalaban haber tenido hasta cuatro parejas sexuales bajó de 19 a 16 por ciento, y quienes tuvieron sexo antes de los 13 años bajó de 10 a 8 por ciento. La opción por la abstinencia siempre estuvo viva, pero nunca se les dio la importancia que hoy día están recibiendo. Porque oír hablar de abstinencia sonaba anticuado, retrógrado y algunos la consideraban como una opción imposible; lo mismo sucedía con la fidelidad conyugal. Pero el panorama cambió al darse cuenta que no es imposible ni anticuado sino, al contrario, una forma mejor de vivir: responsable y cien por ciento segura. En muchos países de Occidente todo lo que suene a castidad está mal visto en los medios que conforman las opiniones dominantes. Parece como si fuera un pecado el hecho incluso de nombrar la palabra castidad. Declarar públicamente que las relaciones sexuales han de reservarse para el matrimonio y que los jóvenes deben aprender el dominio de sí, más bien que las marcas de anticonceptivos o condones, es exponerse a ser llamado retrógrado. Pero quizá las cosas están cambiando, o deben cambiar. "La verdadera prevención frente al SIDA -recuerda Sgreccia- en el comportamiento y en la vida sexual es la continencia. La revalorización de la moralidad como fuente de bien para la persona y como medio para mejorar el equilibrio sanitario será un paso para guiar el bien individual y social". En 1989, en Italia, el Ministro de Sanidad Donat Cattin envió una carta a veinte millones de familias, junto a un folleto informativo, sobre las medidas para prevenir la enfermedad del SIDA. Según un sondeo que se hizo a continuación el 93% de las personas que la leyeron estaban de acuerdo con sus recomendaciones. En esa carta se decía por ejemplo, que :"para una persona sana, la primera regla aconsejable es atenerse a una existencia normal en las relaciones afectivas y sexuales". También el ministro en un momento dado citaba la castidad al menos por razones higiénicas : "Se puede ironizar sobre la castidad, pero está indicada por la OMS como la primera posibilidad de comportamiento de los seropositivos (...) No es posible prevenir la enfermedad y al mismo tiempo, practicar estilos de vida arriesgados. Quien afirma por ejemplo, la absoluta seguridad ofrecida por el preservativo, es desmentido por casi todos los expertos". A partir de entonces este ministro no cayo nada bien a buena parte de periódicos. Les molestaba que este ministro combatiera el tabú creado por la mentalidad hedonista que cree que la castidad es imposible o antinatural. Cada vez más programas de educación sexual ponen el acento en la continencia, también los impartidos por grupos no confesionales. En la primera página del New York Times, (16-I-94) estos fenómenos merecieron la crónica, y sin ningún comentario desfavorable. El propio Bill Clinton ha defendió el mensaje contra las relaciones sexuales prematuras en sus visitas a escuelas de barrios problemáticos. En Estados Unidos han surgido muchas iniciativas para enseñar a los jóvenes a decir no. En vallas publicitarias se pueden leer mensajes que revelan cuál es la verdadera prevención del SIDA: "No te dejes engañar: el único `sexo seguro` es la continencia antes del matrimonio y la fidelidad en el matrimonio". En esas campañas intervienen grupos no confesionales, o los dedicados a la planificación familiar, o organizaciones de izquierda. Actúan sin complejos, y con respaldo público. Una serie de directrices o líneas de actuación se dan en esas campañas y cursos (180.000 alumnos en California recibían los cursos), y deben ser trasladables a todos los países occidentales : - Se ayuda a los chicos a resistir la presión ambiental. - Profesores jóvenes, un poco más mayores que los alumnos, enseñan a las alumnas a cómo despachar a los donjuanes. - clases prácticas en las que se dan argumentos y lenguaje de la calle. - explicar por qué es mejor no tener experiencias prematuras que acaban siendo experiencias amargas - Se explica a las chicas que es bueno cuando uno tiene un novio, dejar algo para el matrimonio, casi igual a como se deja para la boda el traje de boda, pues por muy bonito que sea, no se usa antes para pasearse por ahí. En estos programas, la enseñanza fundamental es la continencia, más que la castidad, pues la finalidad expresa no es moral. La finalidad, ante todo, es detener la espiral de desintegración familiar, pobreza y fracaso escolar que la epidemia del sexo desencadena en los barrios pobres. Los curso, los programas, deben dirigirse a la voluntad, a diferencia de los programas de sexología que suelen dirigirse a la bragueta, ni siquiera al cerebro. El responsable máximo de la sanidad pública en el Estado de Virginia, Lance Morrow, en un artículo (Time, 2-X-95), recomendaba, sin ninguna autocensura mental, la continencia para evitar muchos problemas. Decía : " ¿Cómo evitar que la juventud norteamericana caiga en la espiral descendente, que no es sólo el conocido problema de los embarazos de adolescentes, y la desintegración familiar, y el SIDA, sino también la general degradación sexual norteamericana, la charca del ´ello´? (...) Podría funcionar un ambiente general de continencia, una cultura de la continencia". Las burlas que suelen provocar este tipo de declaraciones, trataban de justificarse alegando que semejantes consejos no lograrían nada. Los adolescentes no se abstendrán del sexo, como no lo hacen los perros callejeros. Lo más que se puede hacer es darles condones y confiar en que los usen. Y si no ... sólo queda un último recurso acudiendo a un abortero. Esta forma de pensar, y de actuar, repartiendo condones, proclama que la sociedad espera de los jóvenes que se comporten como animales, es una ofensa a la juventud. La mentalidad de la continencia exige algo de moralidad. Hay que enseñar que cuanto más cedes a algo, especialmente lo malo -drogas, sexo irresponsable, violencia, música idiota, estupidez, conducción temeraria, malos modos, ira...-, más pierdes. Cuanto más te niegas, más ganas. Esto no es una moraleja barata, sino una valiosa verdad que en la última o en las dos últimas generaciones ha sido arrastrada por un torrente de porquería. Para un adolescente, la continencia supone seguridad y, por lo tanto, la libertad que le da el dominio de sí. La continencia es un medio para ver claro, una ventana a través de la cual es más fácil distinguir, entre otras cosas, a uno mismo y al prójimo. La castidad es defendida por muchas confesiones religiosas, y está dejando de ser una palabra tabú. En el verano de 1994 se celebró en Washington un magno festival al que asistieron cientos de miles de jóvenes. Los lemas fueron por ejemplo: "El verdadero amor, sabe esperar", "esperar a la pareja que Dios ha previsto para ti". Los asistentes proclamaron públicamente su propósito de ser continente hasta el matrimonio. Las noticias de estos multitudinarios festivales no llegan a los telediarios de España, no interesa transmitirlas. Son ya un buen número de ídolos de quinceañeros que anuncian que quieren mantenerse vírgenes y castos antes del matrimonio. La generación del 68, sus padres, no se lo puede creer. Ellos se batieron en aquél mayo de protesta estudiantil por lemas como «Haz el amor y no la guerra» o «La virginidad da cáncer, vacúnate». Hoy, sus hijos declaran sin complejos que es hermoso esperar hasta encontrar a la persona de tu vida. La revista «US Magazine» publicó a principios del año 2000 una lista de jóvenes estrellas que han optado por vivir la castidad hasta el matrimonio. Entre los que anuncian con orgullo esta decisión se encuentra el jugador de baloncesto A.C. Green, de los Angeles Lakers, la joven tenista rusa Ana Kournikova, Leelee Sobieski, de 17 años, protagonista de la serie Juana de Arco, y Jonathan Jackson, también de 17 años, que actúa como «Lucky» en la serie «General Hospital». Enrique Iglesias, el cantante e hijo del mítico Julio Iglesias, se sumó esta declaración, pues quiere probar otros caminos que eviten a sus hijos la propia experiencia del abandono materno y paterno. El anuncio de Iglesias hijo, con récords de ventas en todo el mundo, ha sido tal vez la mayor sorpresa. Aunque las cifras de precocidad sexual en todo Occidente no hacían prever un movimiento contracorriente semejante, los clubes de castidad van incrementando sus adeptos. El movimiento surgió en el seno de la iglesia baptista de Nashville (Tennessee), en 1993, cuando el reverendo Richard Ross celebraba la primera «promesa de castidad». En pocas semanas, decenas de iglesias baptistas, pentecostales, escuelas y comunidades de barrio seguían la idea y miles de chavales hacían lo propio. En pocos meses, surgieron grupos como «Las Mejores Amigas», «Escoger», «Chicas S.A», «Siguiente Generación». Las primeras defensoras de la idea fueron las jóvenes. Proclamar la castidad significa: la afirmación de la persona por encima de una determinada función o utilización, la reacción a una época de trivialización de la experiencia sexual, y el rechazo a unas relaciones tempranas que, por falta de previsión o información, desembocan en embarazos adolescentes no deseados, o en el hastío de una exacerbación del goce corporal. Vallejo Nájera decía :"La educación en la castidad es sanísima y nos ayudó a superar los problemas de la edad. En cambio, la presunta libertad sexual que se predica ahora, esa sí que llena de pacientes la consulta del psiquiatra". El primer ministro británico, Tony Blair, según informó a principios de Agosto de 1999 desde Londres la agencia Reuters, exhortó a los padres de familia británicos a ayudar a encontrar un "nuevo objetivo moral" para sus hijos, tras informes publicados sobre dos niñas de 12 años que resultaron embarazadas. Blair dijo al periódico Observer en una entrevista, "que los chicos de 12 años o menos no deberían de andar en las calles en la noche y que sus padres deberían de enseñarles que las relaciones sexuales a esa edad no son buenas". Los padres de familia tienen que asumir la responsabilidad por sus hijos. Blair subrayó que "Necesitamos encontrar un nuevo objetivo moral nacional para esta nueva generación, (...) Causa consternación y debería ser un asunto de preocupación para todo el que cree en el futuro del país". En Francia los jóvenes optan por la castidad. Aunque en Francia desde hace tiempo las actitudes hacia temas de moral sexual han sido locas, parece que los jóvenes del 2000 están rechazando la promiscuidad que han heredado de sus padres. Según un análisis de un estudio los adolescentes están optando en favor de la castidad y en contra del sexo fácil, típico de la generación de los 70. Muchos esperan más tiempo antes de iniciar relaciones sexuales y además se esperaba que en el 2000 el número de matrimonios aumentará. Martinuk apuntaba que la reacción por parte de los que enseñan educación sexual y prevención del SIDA es curiosa. En vez de reconocer con gusto el cambio en las actitudes de los jóvenes, más bien lo consideran como resultado de la ignorancia sobre las "virtudes" del sexo seguro. Como consecuencia han convencido al gobierno de lanzar un nuevo programa de educación sexual para promover las relaciones sexuales. Martinuk observa que la castidad y la monogamia son los únicos medios seguros para disminuir los embarazos entre adolescentes y el Sida. Sin embargo, no son métodos aceptables por los expertos en "educación" sexual. El artículo en el que se publica el estudio, observa que en Estados Unidos los jóvenes nunca han estado tan informados sobre el sexo seguro y tienen a su disposición multitud de métodos anticonceptivos. No obstante, el número de embarazos entre las chicas sigue siendo altísimo, y las enfermedades sexuales afectan a más personas. Aunque la virtud de la castidad no sea consecuencia de una decisión personal vinculada a la dignidad personal, la necesidad acaba convirtiéndose en virtud. Por ejemplo, la agencia EFE informaba el 2-10-2001 que algunas comunidades de África Austral estaban recuperando antiguos ritos de castidad para conservar la virginidad de sus doncellas y frenar el avance del Sida, primera causa de mortandad en la región. Con tasas de contagio que en ciertas zonas superaban el 25 por ciento de la población y que en otras han reducido en veinte años la esperanza de vida, el área es la más castigada por el Sida en África, el continente con mayor número de enfermos. La tribu zulú, la más numerosa de Sudáfrica, ha reanudado así con periodicidad anual la celebración de sus tradicionales 'festivales de las vírgenes' para inculcar en las mujeres la abstinencia sexual hasta que se casen, a efectos de reducir los contagios del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), que causa el mal. ·- ·-· -··· ·· ·-·· Pedro Pérez Cárdenas Cias@picos.com. |