A finales de agosto, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) arrojaba un dato a la opinión pública que probablemente explica gran parte de los acontecimientos de los últimos meses. La distancia de intención electoral entre el PP y el PSOE se había reducido a la mitad. Entonces, los populares realizaron valoraciones despectivas del estudio: "Todavía mantenemos una importante distancia frente a la oposición, el dato revela el apoyo mayoritario de la ciudadanía a nuestra labor de gobierno, etc..." Pero en Génova, los estrategas de la mercadotecnia empezaron a trabajar: ¡necesitamos recuperar nuestra intención electoral! Una tarea difícil toda vez que ni siquiera se conoce al candidato popular a las próximas generales, a no ser que la Providencia disponga otros caminos... En cuaquier caso, se trata de dar "gusto al pueblo" con medidas que maximicen la rentabilidad electoral. Una rentabilidad que siempre será muy elevada si tenemos en cuenta que el gobierno nunca invierte con su dinero. Básicamente porque no lo tiene, sólo lo administra. En realidad el dinero público, es dinero privado en manos del gestor público que recibe un mandato de gasto en determinada dirección. Cuando el administrador se excede de sus competencias, los propietarios de los fondos -los sufridos contribuyentes- deberíamos de reaccionar. Pero la demagogia es una medicina que gusta demasiado a un pueblo adormecido y acostumbrado a pensar que "papa-Estado" velará por sus problemas. El ciudadano del estado del bienestar prefiere ser permanenentemente un menor de edad a cambio de una promesa de protección eterna. Es la primitiva necesidad de seguridad engañosamente cubierta por un estado de bienestar que cada día dispone de menos recursos. Shhh!!!! No se lo cuenten a nadie. La gente se siente agredida si le informamos que el rey está desnudo... Así las cosas, el gobierno se lanza precipitamente a dar marcha atrás al decreto de reforma del subsidio del desempleo. Ese que la socialdemocracia alemana calificaba de "tímido". Todo sea por la paz social... Que es tanto como renunciar a gobernar. También en materia laboral. El PP había puesto fin al megaescándalo del PER andaluz y extremeño. Una dádiva socialista destinada exclusivaente a "alimentar" su feudo electoral con cargo a los bolsillos de los españoles. ¿Existía justificación racional desde la óptica de la justicia social y de la equidad retributiva? ¿Existían mecanismos fiables de garantía? ¿Por qué primar en exclusiva a los agricultores temporales de dos de las 17 comunidades autónomas? ¿Están ayudando esos fondos al impulso de una actividad económica alternativa y al desarrollo de los pueblos y sus habitantes? Es evidente que los fondos destinados al PER están claramente destinados al desagüe de una voces que permanecen en silencio, humilladas y anuladas en su personalidad. ¿Es eso lo que deseamos como sociedad? Pero Zaplana está desatado. La foto con los sindicatos no es sino una más de las que componen el voluminoso album político del ministro. Se colgó la medalla de la lucha contra las mujeres maltratadas con el sueldo de integración para que puedan mantener independencia económica respecto al marido maltratador. Apoyo del 50 por ciento del público votante... Y continuó su particular y personal autocampaña con el permiso de paternidad. Un brindis al sol sin cifras ni regulaciones. En primer lugar, ¿quién abonará esos días en los que el padre se ausente de su trabajo, la empresa o la Seguridad Social? ¿Es razonable que la ausencia "obligada" del padre sea cubierta por la empresa que le contrata? Y si fuese con cargo a la Seguridad Social: ¿Era este el objeto del fondo de reserva generado en las arcas de la Seguridad Social, o nos estamos "comiendo" irresponsablemente las reservas del invierno cual luciérnaga del cuento? Además, contrariamnente a lo que pueda pensarse, tras el permiso de paternidad, subyace una mentalidad feminista que pretende obligar al padre a ejercer sus responsabilidades paternas. ¿No sería mejor que el matrimonio optase por la fórmula que les fuese mejor a ellos, y sobre todo a su hijo? ¿Por qué debemos de tolerar que la Administración se introduzca en algo tan íntimo y personal como la organización del hogar? ¿Es que seguimos siendo menores de edad y necesitamos que papá-Estado nos organice la convivencia en la forma que sus funcionarios consideren más razonable? Funcionarios que -dicho sea de paso- cobran a fin de mes del bolsillo de los sufridos contribuyentes. ¿Desean los ciudadanos elevar la retribución de los funcionarios un 3 por ciento para el próximo año? ¿Se ha producido una mejora de la productividad que justifique semejante subida? ¿Cómo se compagina el incremento de las retribuciones funcionariales con el objetivo del déficit cero? El acuerdo alcanzado el pasado "puente" de Todos los Santos entre sindicatos de la función pública y el Ministerio de Administraciones Públicas, obedece a la misma necesidad del gobierno de amarrar intención electoral de cara a unos comicios que se prevén ajustados. La medida sin embargo, adolece de una enorme ingenuidad: ¿De verdad cree el gobierno que los funcionarios van a modificar su intención de voto porque su retribución ha mejorado un punto por encima del nivel de inflación prevista? Por otra parte, ¿con qué autoridad moral volverá el vicepresidente económico, Rodrigo Rato, a predicar la necesidad de la moderación y contención salarial cuando su compañeroi de gabinete acaba de "tirar la casa por la ventana" con las retribuciones de unos trabajadores que probablemente presenten una de las productividades más bajas de España? Además, ¿por qué las comunidades autónomas se permiten pagar mejor a sus funcionarios que la administración central? ¿Quién paga ese diferencial de retribución? ¿Hasta cuándo el Estado -que es responsable solidario de la deuda de las CCAA- permitirá crecer la bola del endeudamiento autonómico? Recordemos que en el primer semestre del año, la tasa de endeudamiento de las administraciones autonómicas creció un 2,63 por ciento. Una deuda, que desgraciadamente no sale gratis... Y es que la pólvora del rey sale muy cara. Porque finalmente, hay que pagarla con intereses, y sin aportar valor añadido. El político cree sin embargo, que le sale muy barata: Sólo hay que endeudarse (el Estado, no el partido) levemente, para ofrecer dádivas a unos colectivos que puedan apoyar electoralmente. Una enorme irresponsabilidad de varios ceros. Pero además, una estrategia errónea. El electorado apoya un proyecto político. Y lo apoya con mayoría absoluta si ese proyecto produce resultados positivos. El "cancrejeo político" (dos pasitos para adelante, un pasito para atrás), no suele funcionar. La estrategia de mercantilizar la política sale muy cara. También electoralmente... Luis Losada Pescador (referendum@wanadoo.es). |
Revista Arbil nº 62 La página arbil.tk quiere ser un instrumento para el servicio de la dignidad del hombre fruto de su transcendencia y filiación divina "ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el Foro Arbil La reproducción total o parcial de estos documentos esta a disposición del públicosiempre bajo los criterios de buena fe, gratuidad y citando su origen. |