El diario El Universo, órgano de Prensa de los católicos no afiliados a ningún partido político determinado -aunque lógico es suponer cierta proximidad al antiguo partido Conservador presidido en estas fechas por Silvela/Villaverde (aunque el ideal colectivo del partido no era propiamente el religioso y esta aproximación sólo sea palpable a partir de las directrices de la jerarquía para participar en la vida política)- comenzó a publicarse el lunes 1 de octubre de 1900. En su presentación oficial al público, el diario ya adelantaba la característica propia de su ideario: quería contribuir a la organización y a la unión de las fuerzas católicas en España. Siguiendo la doctrina de León XIII y los principios expuestos en la Encíclica Inmortale Dei, quienes hacían El Universo se comprometían a cooperar con la Iglesia en la conservación y propagación de los principios cristianos, además de "procurar el mayor beneficio a la sociedad civil, puesta en grave peligro por razón de las malas doctrinas y las malas pasiones" (1). Por lo tanto, ya en este primer número El Universo daba cuenta de la necesidad que existía de unir y organizar a las fuerzas católicas de España y para ello, habían nacido. Se hacen también alusiones a la "pavorosa crisis" que la sociedad civil atravesaba; la civilización europea "intrínsecamente cristiana" vivía desamparada y ofendida de la política reinante en los estados modernos. El socialismo, el racionalismo y el liberalismo, derivados -afirma- "de la herejía protestante" eran los grandes errores que habían penetrado en la sociedad civil y los católicos tenían el deber de reparar este desamparo. León XIII; "mueve y exhorta a los católicos a tomar parte en las funciones de la vida pública, usando de todos los medios lícitos y honestos para vindicar los fueros sacrosantos de la Religión y de la verdad, de cuya restauración depende esencialmente la conservación y el progreso, el tiempo que está por venir, de la civilización católica, que es la única civilización verdadera (2)". La situación estaba bien clara: los católicos estaban desorganizados en España y amenazados por las teorías racionalistas. Como afirman el diario en multitud de ocasiones, "no estaban preparados para la resistencia". El equipo de El Universo -como católicos y cómo periodistas- estaba dispuesto a impulsar desde la Prensa los principios de León XIII en pro de la defensa y conservación de la Religión. Para ello habían nacido, para ello habían salido a la calle; para reivindicar desde las páginas de la Prensa la defensa de la religión y la salud de la sociedad. Como se sabe, León XIII hizo llamamientos específicos a la unidad de los católicos para desarrollar una acción política suprapartidista (aunque más eficaz desde dentro del sistema político liberal); pretendió la restauración social del cristianismo en el mundo liberal y -como se verá- sus directrices influyeron para crear una BUENA PRENSA que oponer a la MALA PRENSA (3). En el primer número se mostraba ya ese servicio, apoyo y respaldo que siempre manifestarían con la Jerarquía. Publica una carta del Cardenal Rampolla -Secretario de Estado de su Santidad- en la que se da cuenta de la complacencia del Pontífice respecto a la misión del nuevo diario: ayudar eficazmente a la organización y a la unión de las fuerzas católicas (4). El Universo estaba dirigido por el antiguo integrista Juan Manuel Orti y Lara, que contaba por entonces con setenta y tres años (5). A su muerte le sucedió el pedagogo Rufino Blanco. En su origen respaldado económicamente por el marqués de Comillas -como se sabe animador de las principales empresas católicas de primeros de siglo-, va a publicarse como diario hasta mayo de 1926, fecha en la que se transforma en Semanario. Su último número, ya como semanario, es de 17 julio de 1936. A partir de 1902 se subtitula "Periódico político católico de la mañana" aunque al transformarse en semanario, cambió por "Revista de Acción Católica y Cultura General". Se publicaba todos los días, "incluso los domingos y demás días festivos, con licencia de la autoridad eclesiástica" (6). Tenía 4 páginas a 5 columnas y se vendía en las oficinas del periódico -c/Infante 5-, en las principales librerías y -como destacaban con cierto orgullo- en Roma (librería Pustet). El número costaba 5 céntimos. Los precios por suscripción cuando comenzó a publicarse eran: Madrid-1 mes- 1´50 pts. provincias- trimestre- 5 pts. Unión Postal -trimestre- 10 pts. En la primera página además del artículo editorial, incluía información religiosa, notas políticas y folletín; página 2: Internacional, noticias de la Corte, el día en Madrid, telegramas y noticias sobre Congresos Internacionales Católicos; página 3: notas bibliográficas, última hora -que generalmente eran noticias de Roma- y Bolsa de Madrid y, Página 4: publicidad. A pesar de esta estructura formal, El Universoprestó especial atención a los temas de carácter religioso dedicando numerosísimas informaciones eclesiásticas y artículos a las celebraciones de los jubileos de los años Santo, Congresos Internacionales Católicos, noticias de Roma, visitas que recibía el Papa, Asamblea de la Buena Prensa, nombramientos de Obispos, Asamblea de Corporaciones Católico-obreras, encíclicas y pastorales... y en definitiva, todas las cuestiones que directamente pudiesen contribuir a la necesaria unión que predicaban. Ideológicamente, El Universo fue un diario fiel a la doctrina de la Iglesia. En lo político manifestó una posición de acatamiento activo de los poderes de hecho legalmente establecidos -igual que años después hará El Debate- en claro cumplimiento a los principios de León XIII (7). Por este motivo, respetó el régimen monárquico, manifestó incluso una ferviente admiración por la católica reina regente María Cristina "modelo de virtudes" y cuando en 1906 se proclamó la mayoría de edad de Alfonso XIII, mostró su posición de adhesión al monarca. Era la doctrina de la Iglesia lo que en esas circunstancias convenía a la Patria y por ello, porque era su deber el cumplimiento de la doctrina de la Iglesia; "como católicos, como monárquicos, coreamos el Te Deum que ha de entonarse esta tarde, bajo la cúpula de San Francisco el Grande, por el feliz advenimiento al Trono de Recadero, de San Fernando, de Alfonso El Sabio, de los Reyes Católicos, de Carlos I y de Felipe II, de S.M. Don Alfonso XIII de Borbón, rey constitucional de España. ¡Ayúdele Dios en su reinado derramando a manos llenas sobre su inocente cabeza la gracia de Imperio, y por la intercesión de los santos protectores de España, y de su dinastía, cólmele de toda suerte de bienes, para que sea terror de los malos y amparo de los buenos, y prenda de justicia, de paz y prosperidad de su pueblo y de todos los españoles (8)." Como católicos eran "obedientes y sumisos a la autoridad", respetaban una Monarquía de carácter cristiano, legal y "nos sometemos respetuosamente a los Poderes constituidos" (9). La aceptación de la Monarquía de Don Alfonso era algo fundado en los principios del derecho natural; el "bien común" exigía la aceptación de los poderes constituidos. Por ello -decían- "nuestra aceptación es muy leal, como conviene a caballeros cristianos; pero es aceptación ceñida a los términos que el bien común señala" (10). Aceptaban los poderes constituidos porque el deber lo exigía y "el porvenir obscuro y misterioso lo ponemos en las manos de la divina providencia" (11). Es el mismo principio que sustentarán y cumplirán décadas después los propagandistas de Ángel Herrera y que siempre defendió El Debate. Derivada de esta política de acatamiento activo y de sumisión de los católicos a los poderes de hecho legalmente establecidos, El Universo hizo pública manifestación del deber de votar que como católicos tenían todos los españoles en las elecciones; los católicos tenían el deber de ejercer sus derechos electorales. Era necesario participar en la política -incluso, como años después proclamará Ángel Herrera, era una obligación- aún cuando el sistema no mostrase las estructuras más proclives a esa difusión del pensamiento tradicional español: el católico tenía que ser practicante y serlo en la vida pública. Los católicos tenían que estar presentes en la sociedad liberal para defender los intereses sociales religiosos. El católico estaba obligado a ser militante y "luchar" dentro de la legalidad por la defensa de la religión. Por ello, los seglares tenían que procurar coadyuvar -en la medida de sus fuerzas- a la acción dirigida por el Papa y los prelados. Ahora bien; ¿cómo entendían en el diario El Universo, el Estado?, ¿cómo debían participar en él los católicos? y, sobre todo, ¿cuál era su concepto de "lo político"?. Partían del supuesto que la sociedad española era en su mayoría católica, en su tradición histórica, cultural y en el pensamiento tradicional, el pueblo español abrazaba la fe católica, la única verdadera y capaz de afrontar la realidad del hombre. Por este motivo, el Estado tenía que buscar en las creencias religiosas el remedio para combatir el ateísmo materialista, que engendraba el socialismo revolucionario y el anarquismo. Solo desde las creencias religiosas -afirmaban- el Estado podía hacer frente a los errores (mejor dicho, enemigos) del mundo moderno: el liberalismo, el positivismo, el racionalismo y el naturalismo materialista. Por lo tanto, desde la redacción de El Universo intentó configurarse un núcleo católico de pensamiento que abogase por la defensa y conservación de la religión en el Estado. Recuérdese que en el primer tercio de siglo y hasta 1931 (proclamación de la II República) va a estar formalmente vigente la Constitución canovista de 1876, que establecía en su artículo 11.- "La religión católica, apostólica, romana es la del Estado", aunque se permitían otros cultos. Formalmente el clero no intervenía en la gobernación del Estado, aunque los liberales siempre acusaban al gobierno de excesivo clericalismo (12). Por todo ello, se utilizaron las páginas de El Universo para combatir a todo aquel que pretendiese la secularización completa del Estado o a quien mostrase hostilidad a la Iglesia y a las convicciones religiosas de los españoles. En este sentido, también se van a oponer a los proyectos liberales de secularización de cementerios, reforma , ampliación del matrimonio civil y laicismo en la enseñanza. Eran contrarios al régimen social y político liberal, al que calificaba de nefasto; "El pueblo español ama la libertad sana, la libertad de la que disfrutaba antes de que el Estado individualista, hijo de la Revolución laica y demoledora, concluyese con el régimen cristiano, a cuya sombra benéfica creció nuestra Patria grande y feliz, y verdaderamente libre (...) el derecho nuevo nos ha traído la secularización de la vida pública, con su inevitable cortejo de inmoralidad desenfrenada; obra de ese liberalismo es la gran farsa parlamentaria, para cuya preparación se sacrifican la verdad, la justicia y la paz de los pueblos (13)." Se opusieron a la vigencia del sufragio universal, a la democracia y, en definitiva, "al régimen liberal tantas veces condenado por la Iglesia" (14) y causante de la indisciplina social propia de comienzos de siglo. Mostraron su contrariedad a los partidos políticos "que son una calamidad en el Estado. Son la desgracia de España" y a los hombres de gobierno a los que acusaron de "malicia e incapacidad" (15). Atacaron, el sistema liberal y el liberalismo (el más grande de los errores modernos), el turno de partidos y consecuencia de ello, el "caciquismo" (16). Los personajes de la política nacional que más críticas recibieron por parte de El Universo fueron Moret y -sobre todo- Canalejas, por la política anticlerical que se aprobó bajo su ministerio y, especialmente, por la célebre "Ley sobre establecimiento de nuevas Asociaciones pertenecientes a Órdenes y Congregaciones religiosas" vulgarmente llamada "Ley del Candado" de 1910: las Órdenes y Congregaciones habrían de estar sometidas a las normas civiles reguladoras del ejercicio del derecho de asociación (17). A ojos de los católicos suponía una "amputación" de los derechos de la Iglesia. Canalejas representaba para El Universo la materialización de la propaganda democrática, anticlerical y sectaria, las ideas disolventes, los ataques al dogma, a la autoridad de la Iglesia y a todos los fundamentos del orden social. Eran los políticos liberales quienes desde el Gobierno intentaban infructuosamente divorciar al pueblo de los Institutos religiosos. El Gobierno había despojado a la Iglesia del estado constitucional del que venía gozando desde que se aprobara la Constitución y trataba de imponer el imperio del Estado sobre la Religión; era el Poder civil soberano, la soberanía del Estado. Todo ello hería los sentimientos religiosos de España, de una Patria en la que la fe cristiana era "la santidad y la paz del hogar, el bienestar de la sociedad y la garantía del orden, de la prosperidad y tranquilidad pública" (18). El Universo hizo públicas cuantas protestas oficiales -Órdenes Religiosas, Juntas Parroquiales, Junta Central de Acción Católica, Asociación Nacional de la Buena Prensa, Consejos Diocesanos...- y particulares -periódicos como el El Correo de Andalucía, peregrinos, feligreses... - tuvo a su alcance contra la política anticlerical del Gobierno. Publicó también artículos de insignes diarios de la Iglesia -como es el caso del Observatore Romano- así como todos los discursos parlamentarios en contra de la legislación anticlerical de Canalejas: El Universo prestó especial atención a las palabras del conde de Urquijo a favor de la defensa de las Asociaciones Religiosas y de la enseñanza católica, el Obispo de Madrid-Alcalá, el Cardenal Aguirre -arzobispo de Toledo-, el diputado Faustino Rodríguez San Pedro, el senador Marqués de Pidal y los arzobispos de Zaragoza y Valladolid (19). En el campo filosófico, ya se ha dicho, los principales enemigos del pensamiento eran el positivismo, el racionalismo, el naturalismo materialista y los libre pensadores. Por ello, y si buscamos la aplicación práctica a la situación social/política española, El Universo va a oponerse a la Escuela Libre, en cuanto la consideraba enemiga de la Iglesia y del orden cristiano; atacaba a la Religión, la Patria y al Ejército. Como ejemplo decir que mostraron su oposición a Miguel de Unamuno cuando en noviembre de 1900 fue nombrado Rector de la Universidad de Salamanca, por querer imponer una pedagogía escéptica y positivista, una pedagogía; "que subleva a los sentidos contra la razón, a la razón contra la verdad y contra Dios, amenazando de muerte a toda ciencia digna de este nombre y aparejando los caminos que conducen a un estado de barbarie y anarquía que el mundo no ha conocido aún (20)." También, desde El Universo se consideró justa la condena contra Francisco Ferrer Guardiá a raíz de los sucesos ocurridos en Barcelona en la "Semana Trágica" -que califica como "movimiento antipatriótico"- aunque más directamente relacionados con la implantación en España del librepensamiento. La ferrerada no había sido para este diario, más que una conjunción de masones, marxistas, liberales y republicanos: los enemigos de España. En el terreno de la educación, El Universo -de acuerdo siempre con la doctrina social de la Iglesia- se mostró partidario de una "escuela cristiana" bajo el amparo y protección del Estado. Contrario a las escuelas laicas o ateas, fue sumamente crítico con el diario (del trust), El Liberal -su más furioso enemigo en el campo de la Prensa- por pensar que religión y política eran cosas extrañas. Combatieron a quienes pretendieron "descristianizar" la enseñanza en todos sus órdenes y categorías así como los diferentes intentos de secularización de la enseñanza (21). Eran partidarios de la autonomía del Municipio en orden a la primera enseñanza y defensores de la Universidad católica. Formalmente y en virtud de la legalidad vigente hasta 1910, jesuitas, agustinos, dominicos, franciscanos y escolapios eran las órdenes autorizadas a tener colegios de segunda enseñanza aunque ello para nada implicaba un monopolio en la labores educativas por parte de la Iglesia. No obstante, los intentos gubernamentales para la reforma del Concordato fueron muy numerosos hasta que Canalejas anunció el establecimiento de las escuelas neutras y ateas, en la enseñanza oficial. Disposiciones estas que a ojos de los católicos vulneraban la Constitución, el Concordato y la Ley de Instrucción Pública vigente. Canalejas trataba de imponer la soberanía y absorción del Estado sobre la Educación, de modo que los ciudadanos se formasen no según el alma de la nación, sino el interés político dominante de una u otra situación. En el terrero de la Prensa, mostraron su más punzante crítica contra los diarios del trust -propiedad de la Sociedad Editorial de España-, lo que llamaban Prensa liberal o radical: El Liberal, El Imparcial, y Heraldo de Madrid, es decir "los francamente anticlericales cuyos ídolos son el liberalismo, el progreso y la civilización moderna". En otras ocasiones criticaron las actuaciones de periódicos como El País, La Prensa, Diario Universal e incluso La Época (22). Entre lo que ya por entonces se llamaba "buena Prensa" consideraban a los periódicos madrileños La Lectura Dominical (órgano del Apostolado de la Prensa), La Semana Católica, El Eco Franciscano y La Revista Popular, ninguno de ellos con periodicidad diaria aunque es de suponer que ellos mismos se incluían en esta consideración. También lo eran, claro ésta, El Correo de Andalucía, La Gaceta del Norte y posteriormente, El Debate. Desde la redacción de El Universo se impulsó la celebración de las Asambleas de la Buena Prensa, tan en boga allá por comienzos de siglo, y en línea con los testimonios de León XIII en pro de la necesidad e importancia de los "buenos" periódicos: "es imposible seguir la estela de bienes -afirmaron- que una buena lectura va dejando a través de los muchos lectores que pueden disfrutarla; esparcidos tan prodigiosamente como lo están nadie es capaz de calcular a quiénes lleva la idea redentora" (23). En El Universo suscribieron el principio de que para un periódico pudiera ser considerado formalmente católico, tenía que publicar informaciones eclesiásticas, estar dirigido/ redactado por católicos y sometido a la censura de la Iglesia. No se podría tampoco alabar a autores "malos" ni competir con la Prensa liberal para ganar lectores. Esta "buena Prensa" no tenía al principio ni muchos lectores, ni muchos anunciantes -solían ser fábricas de ornamentos de Iglesias, talleres de escultura religiosa artística, empresas de servicios fúnebres o librerías- y entre las lecturas "sanas" que El Universo recomendaba a sus lectores encontramos autores como Pereda, Coloma o el dominico Fray Diego de Hojeda. Como se ve, El Universo viene a significar un primer antecedente en lo que a partir de 1911 será El Debate: diario que bajo la dirección de Ángel Herrera y con los mismo principios doctrinales que su precursor, fue capaz de imponer un concepto de periodismo católico moderno. Pero en la base, sustento y cultivo proclive a la movilización de los católicos españoles -nacimiento de la A.C.N.J.P., motor de El Debate- se encuentra El Universo. Un diario históricamente olvidado que a pesar de tener una difusión escasa -en sus mejores momentos no superó los 15.000 ejemplares- cumplió las expectativas para las que había sido creado: cooperar con la Iglesia en la propagación de los principios cristianos y unir a las fuerzas católicas de España. Aunque siguió publicándose como diario hasta 1926, su papel como aglutinador en la Prensa de las fuerzas católica, le será arrebatado por El Debate.. ·- ·-· -··· ·· ·-·· Cristina Barreiro Gordillo Notas 1) El Universo (1 octubre 1900). Artículo editorial de presentación. 2) El Universo (1 octubre 1900). Artículo editorial de presentación. 3) Para conocer los orígenes del movimiento católico en España pueden verse las obras; CARCEL ORTÍ: León XIII y los católicos españoles. Informes vaticanos sobre la Iglesia en España. Pamplona, Eunsa, 1988; MONTERO GARCÍA, F.: El primer catolicismo social y la Rerum Novarum en España, 1889-1902. Madrid, CSIC, 1983 y "Cultura y movilización en el movimiento católico de la Restauración (1899-1913)", en SUÁREZ CORTINA, Manuel (de.): La cultura española en la Restauración. Santander, Sociedad Menéndez Pelayo-Universidad de Cantabria, 1999. pp.169-192. También puede resultar orientativo; BENAVIDES GÓMEZ, D.: El fracaso social del catolicismo español. Arboleda-Martínez. Madrid, Nova Terra, 1973. 4) El Universo (1 octubre 1900). Carta del Emmo. Cardenal Rampolla, Secretario de Estado de Su Santidad, al Director de El Universo. Fechada en Roma, 26 julio 1900. 5) Juan Manuel Ortí y Lara, había alcanzado cierta celebridad al ser despojado durante el Sexenio Democrático de su cátedra de Metafísica en la Universidad Central -fue repuesto por Cánovas en 1876- por negarse a jurar la Constitución de 1869. Los manuales de Historia del Periodismo apenas aportan información sobre esta publicación. Las referencias más interesantes las encontramos en; SEOANE, María Cruz y SÁIZ, María Dolores: Historia del periodismo en España. El siglo XX: 1898-1936. Madrid, Alianza, 1996. p.131, aunque con todo, son mas bien escasas. 6) En la primera Asamblea de la Buena Prensa, celebrada en Sevilla entre el 14 y 18 de julio de 1904, se impuso la obligación de que la Prensa católica estuviera sujeta a la censura eclesiástica, lo cual debía constar en la cabecera. Todo aquel que no cumpliera ese requisito se suponía que, al menos, era sospechoso de "heterodoxia doctrinal". Para conocer de manera sintética el desarrollo de los Congresos de la Buena Prensa celebrados en España pueda verse; SÁNCHEZ ARANDA, J.J. y BARRERA DEL BARRIO, C.: Historia del periodismo español desde sus orígenes hasta 1975. Pamplona, Eunsa, 1992. pp.257-263. 7) El principio de "acatamiento activo" de las formas de gobierno legalmente establecidas es España, partiendo de fundamentos de base teórico-doctrinal del pensamiento aristotélico-tomista, está minuciosamente analizada en la tesis doctoral; VARA MARTÍN, Julián: La posición de Ángel Herrera y los propagandistas ante el poder constituido `de hecho´"; leída en la Universidad San Pablo-CEU, el 5 de abril de 2003. 8) El Universo (17 mayo 1902). "Bienvenida". 9) El Universo (18 mayo 1902). "El Rey". 10) El Universo (16 julio 1902). "Equivocación lamentable". 11) El Universo (16 junio 1902). "Equivocación lamentable". 12) La política anticlerical de los Gobiernos liberales pretendió convertir la tolerancia de cultos -legal en virtud del artículo 11 de la Constitución- en "libertad para todas las creencias menos para la Religión católica". Hubo intentos, incluso llegaron a aprobarse leyes y decretos al respecto, para mermar a la religión católica su derecho a Asociación o, por ejemplo, a intervenir en las parcelas de la política educativa reservadas a instituciones religiosas. Puede verse al respecto, el artículo; CUEVA MERINO, Julio de la: "Movilización, política e identidad anticlerical (1898-1910)". Ayer, 27 (1997). pp. 101-125. 13) El Universo (8 noviembre 1900). Editorial, "El amor a la libertad". 14) El Universo (8 noviembre 1900). Editorial, "El amor a la libertad". 15) El Universo (12 diciembre 1900). Editorial "¿Dos partidos, ó muchos partidos?" y El Universo (18 mayo 1902) "El rey". 16) "En España no es la mayoría del Parlamento la que delega en algunos de sus miembros la función del gobierno, sino al revés, el gabinete es el que crea la mayoría parlamentaria para que legitime sus actos y cubra sus responsabilidad constitucional. El gabinete no es, por consiguiente, sino un comité del partido al que le toca estar en turno, y como estor partidos faltos de...partidarios están reducidos a media docena de oligarcas, se debe decir que los Consejos de Ministros no son otra cosa que la expresión concreta de esta oligarquía". El Universo, 22 octubre 1900. 17) El político liberal José Canalejas, inició negociaciones con el Vaticano para "reglamentar" el estado de las Congregaciones en España. Por Real Orden de 30 de mayo de 1910 -reproducción del modus vivendi de la Real Orden de Moret de 9 de abril de 1902- se condicionaba el modo de establecer órdenes religiosas en España (ciertas condiciones de registro, de publicidad y de inscripción) y por Real Orden de 10 de junio de 1910, se interpretaba en un sentido amplio el párrafo tercero del artículo 11 de la Constitución, relativo a la tolerancia religiosa ("no se permitirá ninguna ceremonia ni manifestación contra la religión del Estado") y en consecuencia se cambiaba el alcance que hasta la fecha se le daba: se pasó de la tolerancia a la libertad de cultos. Eran medidas que a ojos de los católicos, violaban el Concordato y la Constitución. Ello indignó a toda la masa católica y cimentó un clima de reacción clerical muy fuerte, marcado por la manifestaciones católicas impulsadas desde los Congresos Católicos y muy especialmente, desde la recién creada Asociación Nacional de Jóvenes Propagandistas. Un completo desarrollo sobre esta materia encontramos en la obra; FORNER MUÑOZ, Salvador: Canalejas y el Partido Liberal-Democrático (1900-1910). Madrid, Cátera-Instituto Juan Gil-Albert, 1993. También; SUÁREZ CORTINA, Manuel (ed.): La Restauración, entre el liberalismo y la democracia. Madrid, Alianza, 1997. pp.229-271. 18) El Universo (7 julio 1910). p. 4. Discurso del señor obispo de Madrid-Alcalá. 19) Véase la campaña capitaneada por El Universo contra la política anticlerical de Canalejas los días 2, 4, 7, 10, 12 y 31 de julio, 7 de agosto, 1, 23 de octubre y 5 de noviembre de 1910. Todos coincidían en señalar el carácter alegal de la denominada "Ley del Candado" en cuanto no respetaba la situación especial que disfrutaban las Asociaciones religiosas en España en virtud del Derecho eclesiástico y de lo convenido con la Santa Sede. La Ley ponía a las Asociaciones religiosas fuera del Derecho común, por cuanto se les negaba -cuanto menos hasta la modificación de la mencionada Ley de 1887- un derecho fundamental reconocido a cualquier otra Asociación que tuviera un fin lícito: el derecho de constituirse libremente de conformidad con las reglas comunes establecidas por la ley. 20) El Universo (8 noviembre 1900). 21) El Universo (28 mayo 1906). Editorial "Hay que prevenirse". Para conocer panorama de la educación en los primeros años de siglo puede verse; BARTOLOMÉ MARTÍNEZ, B.: Historia de la acción educadora de la Iglesia en Espala. Madrid, BAC, 1997. vol. II y CAPITÁN DÍAZ, A.: Historia de la educación en España. Madrid, Dykimson, 1991. vol. II. 22) Los principales periódicos que se publicaban a principios de siglo eran La Correspondencia de España, El Imparcial, El Liberal, Heraldo de Madrid y el barcelonés La Vanguardia. En 1905 nació como diario el ABC, que pronto consiguió un elevado número de lectores. Se mantenía La Época -órgano representativo de la oligarquía madrileña y propiedad del Marqués de Valdeiglesias-, La Prensa -portavoz de la corriente acaudillada por Moret dentro del partido Liberal-, El Diario Universal, creado por el conde de Romanones en 1903 y El País, decano de la prensa republicana. Una primera aproximación a la situación de la Prensa española a principios de siglo (1898-1909) encontramos en; FUENTES, Juan Francisco y FERNÁNDEZ SEBASTIÁN, Javier: Historia del periodismo español. Madrid, Síntesis, 1997. pp. 171-178. 23) El Universo (28 mayo 1906). p. 3. |