Acabada la guerra contra el terrorismo islámico; Afganistán ya ha sido liberada. Pero resulta que también nosotros, en Europa, estamos siendo, de alguna forma, colonizados por un Islam que se encuentra muy presente entre nuestros hogares. El radicalismo islámico en Europa nunca había sido identificado, pues se camuflaba, aparentemente, como un movimiento que convive dentro de nuestra propia sociedad occidental. Los últimos incidentes de Anvérs, en Bélgica, nos reclaman la atención, con seriedad, para examinar los indicios promotores de éstos, según iremos exponiendo. Para ello, veamos, en primer lugar, algunas expresiones organizadas del islamismo en Bélgica. - El partido Islamista Belga NOOR:
- Fundado en Bruselas en febrero 1999. Declara tener como objetivos: el que no combate a ninguna de las comunidades sociales belgas, ni la flamenca ni a la valona, pero sí la injusticia y la corrupción que envuelven a los dirigentes del país. Como ambiciones, dice querer: la protección de la familia, de la moralidad social, ir hacía una sociedad sin drogas, sin criminalidad, sin prostitución, una vida honesta y productiva para todos, partiendo desde los principios religiosos desde donde se encuentran todas las soluciones. Y, de paso, ¡acusan a los valores judío-cristianos de no ser capaces de orientar la política y de haber fracasado durante siglos!
En su programa político se numeran cuarenta conceptos de los que destacamos: - Reforma institucional y vuelta al estado unitario.
- Conceder el derecho de voto activo y pasivo a todo habitante censado, sin perjuicio de su nacionalidad, modificando el derecho de voto; pasando de ser derecho a ser obligación.
- La supresión de todo tipo de impuestos, 38 en total.
- La abolición de los intereses bancarios.
- Reestablecimiento de la pena capital.
- Lucha contra el alcoholismo y el tabaquismo.
- Gratuidad de la sanidad y la educación.
- En cuanto al derecho de vida propone penalizar la eutanasia y el aborto.
- Lucha contra el tráfico humano (prostitución).
- Luchar contra la xenofobia, el racismo, y la homosexualidad.
- Introducir un impuesto para el beneficio de la sociedad a todo empresario corporativo o individual.
Cabe destacar que NOOR ha conseguido 1.244 votos, un 0,02% del voto común, sin ningún escaño en las elecciones legislativas del 13 de junio 1999, pero afirman que se presentan en 2003 con un programa político más amplio con la pretensión de entrar en el legislativo. - El Centro Islamista Belga (CIB):
- El Centro Islamista Belga aparece más bien como una entidad puramente religiosa, como su propio nombre indica, que en árabe equivaldría a lo que entendemos por misiones cristianas, pues todos sus principios se basan en la religión islámica. Sus argumentos son los puros del Corán, y sus métodos de interpretación son las fatuas, lo que significa en árabe, la jurisprudencia juri-divina, y que en latín se llamaba juris prudencia; quiere decir la prodencia de quien ostenta el poder y la potestad suprema de la justicia. En primer termino, existen jurisprudencias islámicas que admiten la rebeldía al gobernador que no cumpla con los mandatos divinos del Islam. Y en otra, con núm. 19.402, dictada el 25.1.1418 año Islámico, 1997 de nuestro señor, que acuerda la prohibición absoluta de unir dos religiones a la vez, ni admite la tolerancia de otra dentro del estado del Islam. En cuanto al Jihaad se divide en menor y mayor. El menor es aquel en el cual deben sus creyentes luchar contra sí, contra sus propios malos instintos y el mayor es aquello por el que deben luchar todos para obtener los fines del Islam.
No aparece ningún programa político de esta corporación, pese a sus intenciones de presentarse, a las elecciones legislativas del 2003, bajo el nombre de movimiento de jóvenes musulmanes. - El movimiento de Jóvenes Musulmanes Belgas (MJM):
- Esta asociación aparece con evidentes pretensiones políticas. El artículo quinto de sus estatutos tasa sus objetivos en diez puntos esenciales: el reconocimiento por las autoridades belgas de los ciudadanos de religión musulmana como ciudadanos de origen, la naturalización del Islam como religión oficial, la abolición de las acusaciones sistemáticas de extremismo y/o radicalismo, abrir la posibilidad del discurso islámico común, la reagrupación fraternal de los musulmanes, la re-humanización de las mentalidades publicas, la defensa y la "ilustración" del Islam, la armonización para crear una representación islamista consensuada, la lucha contra todas intenciones político-gubernamentales de oposición religiosa laica, tanto de derecha como de izquierda, la participación en diversos debates de la sociedad.
- La Liga Árabe Europea:
El movimiento, según parece, está presidido o dirigido por el conocido Abu Jahjah, un marroquí profesor de religión islámica, de secundaria, de 33 años. El nombre Abu Jahjah, cabe mencionar, no es magrebí, sino árabe, algo inusual en el oriente contemporáneo, pero lo usan los radicales musulmanes en recuerdo de algún líder espiritual y/o histórico. El movimiento carece de fundamento estatutario formal. Pues no aparece inscrito en ningún país europeo, a lo que se suma que la propia conferencia inter-gubernamental, Liga Árabe, lo desconoce, ni aparece ninguna página Web propia, sino que utiliza otros medios electrónicos de difusión. El término Liga Árabe Europea, en sí resulta errónea, pues la Liga Árabe es una organización internacional con sede en el Cairo, presidida por Oma Mosa, un cristiano copto, ex ministro de asuntos exteriores egipcio. Además la Liga Árabe en sí no es ninguna organización religiosa, ni mucho menos trata el tema religioso como fundamento de su trabajo. Por otra parte el nombre Liga Árabe Europea no es nada sostenible, ni en cuanto a su programa y manifestaciones; pues ni el Islam puede ser implicado con la nación Árabe, ni ambos en ser europeos. La Liga Árabe Europea, resulta así, una organización de desordenado concepto político. El 22 de agosto 2002 apareció un llamamiento de su "líder", difundido electrónicamente, mediante el cual se exige el reconocimiento del árabe como cuarto idioma oficial en Bélgica, puesto que el alemán es oficial para una proporción de 300 mil habitantes, mientras que los árabes superan el millón entre nuevos nacionales belgas y residentes. Ese llamamiento político ocasionó mucha polémica, hasta que un profesor de Árabeología de la Universidad Libre de Bruselas reivindicó que la admisión de la tesis no es nada sostenible, pues Béliga se convertiría en un estado no árabe que reconocería un árabe que es el árabe clásico, cuando éste no se habla en ningún país árabe hoy día; siendo tal, quizás, lo más próximo a los orientales del golfo, Irak, y Siria. Se suma a ello que el árabe propiamente no es oficial en el propio Marruecos, sino el francés; más aún los árabes propiamente encuentran dificultades en Marruecos en cuanto a los trámites administrativos y la expedición de documentos, que son en su mayor parte en francés. La situación no resulta sólo preocupante, sino alarmante. De forma inmediata necesita un diagnóstico de los motivos conducentes a esta situación, que a mi juicio se concretan en los siguientes: - A los inmigrantes no habría que darles la nacionalidad de forma inmediata. Tampoco es prioritario el estatuto de nacionalización. A la sociedad de acogida corresponde la labor de integración. Por integración me refiero introducirles dentro de los factores esenciales de la sociedad: el lenguaje es una fuente de riqueza cultura, de comunicación, historia, ilustración, dogmas, y factores sociales. Todo este acervo no es fácil de adquirir en un tiempo preestablecido, ni son igualmente rápidos en su adquisición unos y otros. Corresponde a la sociedad de acogida preocuparse mucho de eso, pues la mera concesión documental no resuelve el problema del consenso social, sino que lo agrava.
- Los procesos de adquisición de nacionalidad no parecen ser nada coherentes con el método del consenso social. Pues hoy día estamos en proceso de formación de los Estados Unidos de Europa. La ciudadanía, en este estado, es competencia de las regiones federales, pues la ciudadanía de éste es la de los estados miembros, y no al revés. Este hecho implica un desequilibrio jurídico importante, pues a la vista de lo que ocurre, merece hacer una pequeña reflexión.
- En Bélgica el problema descansa en que la considerable mayoría de los sujetos del conflicto son ciudadanos belgas; hecho que debe su origen al proceso de adquisición de la nacionalidad belga. Pues para adquirir la naturalidad belga debe acreditarse haber residido legalmente tres años de forma continua. Eso quiere decir que un ciudadano extranjero que reside en Bélgica tan sólo tres años, se convierte en natural belga de forma automática. Comparando lo anterior con España, vemos que aquí el proceso de nacionalización es de diez años para ciudadanos de terceros países, y de tan sólo dos para los iberoamericanos; no obstante, el plazo es de cinco años para los refugiados, apátridas y acogidos por razones humanitarias.
- Entraremos más a fondo en el proceso de naturalización en Bélgica. El cómputo comienza desde el momento de haber sido autorizado a residir legalmente en territorio belga, lo que resulta ser prácticamente desde el primer día, puesto que el proceso de concesión de permisos de residencia a ciudadanos extranjeros cuenta con un tiempo máximo de cuatro meses, según establece la legislación federal. Pero aplicando dicho proceso por las regiones federales, siendo competentes en esa materia, la obtención del permiso resulta descentralizada, y por lo tanto más breve, demorándose prácticamente unos dos meses. Es decir, un ciudadano extranjero que llega a Bélgica legalmente, a partir de los primeros dos meses, transcurridos otros dos años, ya adquiere la naturalidad belga; proceso que no se demora más que cuatro meses, cabiendo un recurso contencioso en caso de ser denegado. Comparemos este proceso con el equivalente en España. En primer lugar el proceso de concesión de permiso de residencia se demora unos tres años, y en el de menor duración, el de estudiante, que denominamos estancia por estudios, se demora unos 18 meses. Hasta que unos estudiantes llegan a España para estudiar, inician los estudios, y los terminan, aún no les ha llegado la admisión del permiso de instancia por estudios. Eso quiere decir, que un ciudadano de un tercer país, no iberoamericano, necesita de unos tres años para comenzar a contar con el esperado derecho de obtener la nacionalidad española. Deben transcurrir, después, unos diez años de residencia continua, manifestando buena conducta. Entonces puede solicitar la nacionalidad, con otra demora de aproximadamente 18-24 meses, y entonces es nacional español; con un total de quince años de residencia en territorio español. Cabe citar la misma situación de adquisición de nacionalidad en Francia, de igual modo que en España, salvo que el proceso de obtención de premiso de residencia inicial tiene un plazo máximo de cuatro meses en todos los casos, y en realidad no más de un mes. En Grecia, el caso es distinto; pues para poder conseguir el primer permiso, el inicial, se demora unos cuatro a cinco años, y tras ellos, ocho años de residencia continua para poder adquirir la nacionalidad griega.
- Cabe destacar, también, que el requisito de residencia no es aplicable a los autorizados temporalmente por estudios, puesto este permiso no genera ningún derecho en el ordenamiento español más que continuar en territorio español de forma legal. Mientras que la estancia por estudios en Bélgica beneficia su titular también habilitándole a la obtención del derecho a la nacionalidad.
- El problema se presenta de la siguiente manera. El que alcanza una de las nacionalidades, de fácil adquisición de la Unión, tiene todos los derechos en el resto de los estados miembro. Esto implica, en primer lugar, desigualdad entre unos y otros que aspiran la nacionalidad del estado miembro donde residen. Se suma a ello el que un tiempo tan corto, en algunos estados, como requisito para la nacionalización, no garantiza para nada la integración social. No es comparable una estancia de trece años en España, país de tanta riqueza cultural como Grecia y Francia, con otro país carente propiamente de identidad cultural y nacional, unificada como Bélgica o Luxemburgo, y además con mucho menor tiempo de residencia.
- El apartado de las subvenciones sociales para la integración no es nada coherente, si comparamos un país con otro, ni de una comunidad a otra. A titulo de ejemplo, la comunidad cristiano-árabe (la asiria, caldea, copta, aramea) en la región de Provence (Marsella y Aix) en Francia sólo cuentan con una Iglesia oriental que une a todos los componentes de la comunidad, mientras que en la misma región existen 52 mezquitas subvencionadas por el tesoro publico francés. En Paris, en todo el barrio judío, sólo hay una iglesia asiría que cubre las necesidades de toda la región de Île de France, mientras que el número de mezquitas supera el centenar. En Madrid, a título de ejemplo, existe el centro cultural Islámico subvencionado por Arabia Saudita, situado junto a la M-30. Este centro se dedica más bien a la actividad cultural, e informativa; pero ante el aumento espectacular de sus usuarios marroquíes, y por su degradación ante el resto de la comunidad árabe-musulmana, la comunidad siria se ha acogido a otra mezquita, subvencionada por la embajada de Siria y que se sitúa en la zona de Estrecho, del distrito de Cuatro Caminos. Existe otro centro en el barrio de Lavapies, de confesión musulmana chiita, de pequeño tamaño, que no supera un aforo de 25 personas. ¡Pero eso sí, Madrid no cuenta con ningún centro cultural árabe-cristiano de ninguna confesión cristiana oriental!
- En cuanto a la situación en España, gracias a la nueva Ley Orgánica de Partidos Políticos, número 6/2002, aunque podría existir algún partido político como los antes mencionados, a tenor de lo estipulado en el artículo 9.2.a de la ley, dichos partidos podrían ser ilegalizados de inmediato.
Para alcanzar una prudente solución, sería imprescindible centralizar la práctica, de la nacionalización en Europa, por el conjunto. La legislación común europea debe ser unificada en lo general, cohesionando las diferencias y aproximándose a los problemas reales eventuales que pueden surgir. No en vano, las futuras crisis sociales deberán ser resueltos en una mesa de trabajo conjunta, puesto que el resultado afectará al futuro estado en su conjunto. En este sentido, los lectores podrán comprobar una intervención que se realizó en el Foro de Debate de la Convención Europea, con relación al Grupo X de justicia social, democracia y seguridad común.: ·- ·-· -··· ·· ·-· Samer Al Nasir |