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Indice de contenidos

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- Tolerancia e indiferencia
- El Domingo, "Dies Hominis"
- Entrevistamos a Josep Miró i Ardèvol: una mirada al catolicismo social español desde Cataluña
- Editorial
- El PP gestiona, el PSOE critica, y ambos "socialdemocratizan"
- Reforma constitucional ya
- La revisión estratégica de la defensa (II)
- Persecuciones religiosas, ayer y hoy
- Banca y usura en el Islam
- Provincia, si; Colonia, no
- Toma precauciones
- Transcendencia y responsabilidad del estalinismo
- La vanguardia del "sexo de retaguardia"
- Los origenes de la transicion politica española: El papel del Rey
- Compromiso político y respeto de la vida
- Pintura religiosa de Dalí
- Los “hermanos de la costa”. La piratería como preanarquismo, utopismo y revolución
- Hombre y mujer: dos modos de trabajar
- Análisis del nacionalismo vasco
- La identidad cristiana de Europa: Como reavivar las raíces cristianas de nuestro continente
- Comentarios a la obra de W. G. Sebald, “Sobre la historia natural de la destrucción.”
- P. Fray Fernando de Zeballos, la Razón frente al racionalismo
- Historia de una ambición
- Sociología de la familia y de la sexualidad
- Los hermanos pequeños de la prensa católica: El Ya y la prensa católica de provincias
- Intransigencia de unos y complejos de los otros
- Estados de Europa
- ¿Matrimonio entre homosexuales?
- Los nuevos pobres
- Los siete Juanes y Dios
- Los movimientos laicales hoy
- Carta de la Tierra
- Aportaciones del humanismo cristiano al mundo de la empresa
- Recuerdo de Arbil a sus colaboradores fallecidos
- Tertulias de Arbil Galicia sobre la identidad cristiana de Europa
- Texto clásico: España, una conciencia historica para la esperanza


CARTAS

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Revista Arbil nº 77

Historia de una ambición

por Martín Ibarra

Cuando estos últimos meses hemos escuchado noticias de un futuro enlace regio, hemos podido evocar multitud de historias e historietas. Por la razón que fuere, a mí me ha venido a la cabeza con insistencia la unión incestuosa de Herodes Antipas con Herodías, muy conocida por citarse en los evangelios de san Mateo y san Marcos. Pero también nos habla de ello el historiador judío Flavio Josefo.

1. Herodes Antipas y Herodías en los evangelios.

Ambas narraciones se parecen, aunque cuando se analizan con detalle, presentan notables diferencias. En las dos, llega a oídos de Herodes la fama de Jesús y piensa que se trata de Juan el Bautista que ha resucitado. Y se narra el prendimiento y ejecución de Juan.

En san Mateo se dice claramente que Herodes “había prendido a Juan, lo había encadenado y puesto en la cárcel a causa de Herodías la mujer de su hermano Filipo, porque Juan le decia: No te es lícito tenerla” (14,3-4). Casi al pie de la letra san Marcos: “En efecto, el propio Herodes había mandado prender a Juan y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, a la cual Herodes había tomado como mujer. Juan decía a Herodes: No te es lícito tener a la mujer de tu hermano” (6,17-18).

Sin embargo, san Mateo prosigue: “Y aunque quería matarlo, temía al pueblo, porque lo tenían por profeta” (14,5). Herodes desea asesinar a Juan. En la versión de san Marcos se carga la responsabilidad en Herodías: “Herodías le odiaba y quería matarlo, pero no podía; porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era un varón justo y santo, y le protegía, y al oírlo tenía muchas dudas pero le escuchaba con gusto” (6,19-20).

La diferencia es importante. Además de la perversidad de ambos protagonistas, la segunda versión nos muestra a Herodes Antipas, al que san Marcos califica de rey (tetrarca en san Mateo), como una persona voluble y débil de carácter. Una marioneta en manos de su mujer.

Recordamos perfectamente la escena. Con motivo del cumpleaños de Herodes, se hizo una fiesta a la que asistieron muchos convidados. En ella bailó la hija de Herodías, gustando mucho a su padrastro, quien le ofreció que le pidiera “cualquier cosa” bajo juramento. La hija preguntó a su madre qué podía solicitar, e “instigada por su madre, dijo: Dame en esta bandeja la cabeza de el Bautista” (Mt 14,8); más directo aparece en san Marcos, donde se escriben las palabras textuales de la madre, que la hija repite: “Y saliendo, dijo a su madre: ¿Qué he de pedir? Ella dijo: La cabeza de Juan el Bautista. Y al instante, entrando deprisa donde estaba el rey, pidió así: Quiero que enseguida me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista” (6,24-25).

Herodes se entristece, pero ante el juramento, cede y ordena ejecutar a Juan el Bautista. Poca oposición notamos por su parte; fue imprudente primero y no es capaz de rectificar. Con su sanción –sin ella no sería posible cometer tal felonía- se convierte en el ejecutor de Juan el Bautista, el mayor hombre nacido de mujer.

No vamos a apurar los acontecimientos desde un punto de vista histórico, ya que otros han estudiado a este personaje, y lo haremos en otro momento . Pero sí que vamos a hacer una breve reflexión, con los ojos puestos de reojo en el momento presente.

En primer lugar se habla de una situación incestuosa. Herodes Antipas ha desposado a la mujer de su hermano Filipo. Porque su hermano todavía vivía y cometió con ello un doble crimen. El primero, el abandono de su propia esposa, hija del rey Aretas; el segundo, la unión incestuosa con su cuñada, viviendo su hermano. Bien claro se encontraba en el Levítico esta prohibición: “Si uno toma por esposa a la mujer de su hermano comete una ignominia. Ha descubierto la desnudez de su hermano. Quedarán sin hijos” (Lev 20,21).

Su conducta ha sido reprobable, impropia de un buen judío. Su mal ejemplo es tan evidente, que resulta lógico que una persona de la categoría de Juan el Bautista denuncie su situación. No les es lícito.

No parece que les afectara mucho la opinión de Juan el Bautista, al menos lo suficiente para cambiar su conducta. Herodías desea su muerte y acaba consiguiéndolo. Herodes que lo escuchaba, no le hace el menor caso y acaba dando la orden de ejecutarlo. Nos podríamos quedar con dudas respecto de la maldad de ambos incestuosos. Pero contamos con la información de Flavio Josefo que nos muestra un perfil que suponíamos en los relatos evangélicos, pero no se hallaba implícito.

2. En Flavio Josefo.

Merece la pena leer el breve resumen que hace de esta pareja, sin mencionar el final: “Después de que Cayo fue nombrado César, liberó de la prisión a Agripa y le hizo rey de la tetrarquía de Filipo, pues éste había muerto. Cuando Agripa tomó el mando de su reino, levantó la envidia y la ambición del tetrarca Herodes. Su mujer Herodías era sobre todo la que le incitaba a conseguir el trono. Ella le reprochaba su apatía y le decía que se veía privado de un poder mayor por no querer acudir ante César, pues si éste había nombrado rey a una persona particular, ¿cómo no iba a hacerlo con él, que era un tetrarca? Herodes, persuadido por estos razonamientos, llegó ante Cayo

Ya lo hemos visto: la ambición. No solo tienen pocos valores morales. No solo aparece el tetrarca (rey) Herodes como voluble y débil. En Flavio Josefo, Herodías, su incestuosa esposa, aparece como muy ambiciosa. Y le convence para que dé los pasos oportunos y colmar sus ambiciones.

La ambición mueve a muchas personas. A las nobles y a los innobles. A los reyes y a las cenicientas. A los ricos y a los pobres.

Que el ambicioso y seductor puede acabar dominando al otro cónyuge es algo bastante frecuente. Algo así parece que sucedió en el caso de Herodes Antipas y Herodías, donde ambos fueron culpables, aunque ella parece que era más inteligente y quien tenía la vara alta. En expresión cara a los antiguos, sería como el cerebro en el cuerpo, el alma racional frente a la concupiscible.

Herodes, el tetrarca, seducido por una ambiciosa, comete una acción moralmente reprobable, a la que siguen nuevos despropósitos, en un camino de bajada que parece no tener fin. Dominado por completo por la ambiciosa Herodías, ordenará acabar con Juan el Bautista.

Bueno, pues miren al momento presente y a ver si no es para que les recorra un escalofrío. ¿Qué nos hará cierto príncipe, locamente enamorado de una persona de dudosa moralidad y pasado, claramente ambiciosa? Porque aunque le guste oir a algunos obispos, es posible que, seducido por sus encantos –o los de alguna hija que tenga o tengan-, ordene ejecuciones.

Pero prosigamos con Flavio Josefo, para ver cómo acabó la historia de la ambición de Antipas y Herodías. Así, leemos que el emperador “castigó su ambición con el destierro a la Galia. Cayo entregó la tetrarquía de Herodes a Agripa, que le había acompañado para acusarlo. Herodes murió en el destierro de la Galia acompañado de su mujer”. Según unos manuscritos, el sitio fue Lión (Lugdunum) o Saint-Bertrand-de Comminges (Lugdunum Convenarum), lo que debió suceder el año 39 o 40

No sé lo que sucederá, aunque tal y como se están poniendo las cosas, el final de esta pareja parece bastante clarificador: el destierro.

Es la paga del ambicioso, en ocasiones. Pero no lo olvidemos, los que se comportan mal, cortando la cabeza a otros Juanes, no acaban bien. Con destierro o sin él. Sean o no incestuosos.

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Martín Ibarra

 


Revista Arbil nº 77

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ISSN: 1697-1388


Por la responsabilidad penal y patrimonial de los políticos

Las actuaciones administrativas y legislativas de los políticos tienen consecuencias vitales en los ciudadanos que las sufren.
Sus negligencias, torpezas y malicias repercuten fatalmente en personas concretas

¿Cómo pagarán sus culpas y repararán los daños ante las víctimas los legisladores y gobernantes responsables, por ejemplo,

· de la muerte de cientos de miles de españoles asesinados por aborto,
· o los de un código penal que invita al delito, dejando desamparadas a las víctimas,
· o los que despenalizan la droga creando millones de piltrafas humanas
· o los que con sus políticas económicas ocasionan el paro, la precariedad y la explotación laboral, manteniendo en la miseria a millones de españoles,
· o los que con su legislación penal, anmistías, subvenciones, sistemas educativos, ... favorecen el terrorismo que asesina, atemoriza y envia al exilio interior,
· o los que con sus políticas "educativas" condenan al analfabetismo funcional y a la degradación moral a la juventud,
· o los que con en sus politicas "sociales" favorecen la sodomía frente a la familia y subvencionan la contracultura en vez de la natalidad,
· o los que abren una verja para facilitar el contrabando y el fraude fiscal, detrayendo ingresos que podrían convertirse en hospitales, carreteras seguras, servicios sociales, ...
· etc, etc. etc.....?

Hay que tomar conciencia de que todo eso y otros muchos problemas que sufren los espàñoles no son fruto de la fatalidad sino que tienen unos responsables que deben responder, personalmente, no de forma abstracta, por los daños causados a la sociedad y a los individuos concretos.