Tanto el cristianismo como el islam condenan desde sus raíces escritas la usura. El carácter universal de sus éticas hace que el precepto alcance a las relaciones con todos los hombres La condena bíblica ha sido interpretada de un modo más sutil, dado su carácter de religión étnica, por los judíos; condenaría la usura entre el pueblo elegido pero no con los demás pueblos. La especialización medieval del sector, aunque nunca exclusiva, a cargo de hebreos está detrás de alguno de los más arraigados tópicos, que desembocarían en el antisemitismo moderno, pero también en su hegemonía bancaria, sobre todo a través de los USA. Riba, es usura en árabe, más exactamente aumento. La condena o disimulo de este importantísimo concepto en la economía ha sido mucho más importante entre los musulmanes que entre los cristianos. Desde las ciudades-estado italianas del Renacimiento a actuales banqueros modernos, como nuestros hermanos Valls-taberner, dirigentes del grupo bancario más rentable en España, el equilibrio entre ese lucro y el mandato cristiano ha dejado mucho que desear. Dejando de lado la hipocresía o las interpretaciones interesadas, nos ocuparemos de la interesante solución al problema teológico-financiero que se da en el mundo islámico. Las tradiciones religiosas han mantenido la prohibición de la usura como algo ineludible, hasta que ha llegado la modernidad, que se ampara en la idea de la libertad para justificar la explotación indiscriminada de personas y recursos. -(Las citas teológicas proceden de webislam.com, las económicas de un estudio de Ausbanc deRodrigo Ponce de León.) La Biblia "Si le presas dinero a un miembro de mi pueblo, al pobre que vive a tu lado no te comportarás con él como un usurero, no le exigirás interés. "Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, devuélveselo antes de que se ponga el sol, porque ése es su único abrigo y el vestido de su cuerpo. De lo contrario, ¿con qué dormirá? Y si él me invoca, yo lo escucharé, porque soy compasivo". Éxodo 22:24-26 "No obligues a tu hermano a pagar interés, ya se trate de un préstamo de dinero, de víveres, o de cualquier otra cosa que pueda producir interés. Deuteronomio, 23:29 "Si tu hermano se queda en la miseria y no tiene con qué pagarte, tú lo sostendrás como si fuese un extranjero o un huésped, y él vivirá junto a ti. No le exijas ninguna clase de interés: teme a tu Dios y déjalo vivir junto a ti como un hermano. No le prestes dinero a interés, ni les des comida para sacar provecho Levítico 25:35-38 Corán "Lo que prestáis con usura para que os produzca a costa de la hacienda ajena no os produce ante Al-lâh. En cambio, lo que dais en caridad por deseo de agradar a Al-lâh... Esos son los que recibirán el doble (30:39) "Prohibimos a los judíos cosas buenas que antes les habían sido lícitas, por haber sido impíos y por haber desviado a tantos del camino de Al-lâh, por usurear, a pesar de habérseles prohibido, y por haber devorado la hacienda ajena injustamente. A los infieles de entre ellos les hemos preparado un castigo doloroso (4:160-161) "Quienes usurean no se levantarán (en el Día del Juicio) sino como se levanta aquél a quien el demonio ha derribado con sólo tocarle, y eso por decir que el comercio es como la usura, siendo así que Al-lâh ha autorizado el comercio y prohibido la usura. Quien, exhortado por su Señor, renuncie (a la usura), conservará lo que haya ganado. Su caso está en manos de Al-lâh. Los reincidentes, ésos serán los condenados al fuego y en él permanecerán para siempre. Al-lâh hace que se malogre la usura, pero hace fructificar la limosna. Al-lâh no ama a nadie que sea infiel pertinaz, pecador. ¡Creyentes! ¡Temed a Al-lâh! ¡Y renunciad a los provechos pendientes de la usura, si es que sois creyentes! Si no lo hacéis así, podéis esperar la guerra de Al-lâh y Su Enviado. Pero, si os arrepentís, tendréis vuestro capital, no siendo injustos ni siendo tratados injustamente. Si está en apuros (el deudor), concededle un respiro hasta que se alivie su situación. Y aún será mejor que le condonarais la deuda. Si supierais... Temed un día en que seréis devueltos a Al-lâh. Entonces, cada uno recibirá su merecido. Y no serán tratados injustamente". (2:275; 276; 278; 279; 280). Las suras son contundentes; el dinero es un instrumento de cambio sin valor en sí mismo, y se condena la actividad financiera pura. Además se condenan las inversiones en productos impuros; alcohol, porno, cerdo, tabaco, armas y juego. La idea alternativa a la banca tradicional es que ganancias y pérdidas sean compartidas por la entidad financiera con el cliente. Esto nos suena raro a los occidentales, que de oídas sabemos de la riqueza del petrodólar y de los sobornos kuwaitíes de KIO, pero, sin embargo, funciona. Hay más de 200 entidades de banca islámicas, un mercado al que no quieren renunciar los bancos normales; Ctigroup creó en 1996 una sucursal musulmana Citi Islamic Investment Bank, en Bahrein, l BNP, participada por el estado francés y USB AG, el primer banco suizo, y Suiza es en este campo un ejemplo señero, tienen fondos de inversión acordes con la ley coránica, los ingleses del Barclays y HSBC también, existe un Dow Jones islámico. El mundo cristiano ha sido menos exitoso en este terreno. Los protestantes, sobre todo a partir de Calvino, compartieron con los judíos la paternidad de la exitosa fórmula liberal-capitalista. Las iglesias Ortodoxas no han tenido demasiada dimensión social. El catolicismo realizó una admirable pero limitada labor mutual-crediticia a partir de León XIII, con las cajas de ahorro y montes de piedad. Todo ello palidece ante el fenómeno musulmán equivalente. La idea de la sharia, es ésta; no se puede cobrar un suplemento a modo de intereses, pero sí una tasa de retorno si las ganancias y pérdidas son compartidas por la entidad y el cliente. Una especie de fórmula capital-riesgo. EL depositante no tiene garantizada una cantidad de retorno fija sino que viene a ser un accionista, y participa de las ganancias. Su dinero será invertido en empresas halal, (puras, permitidas), por ejemplo una constructora, sector en el que, por cierto, hizo su fortuna el famoso Ben-Ladem. La rica casuística no se agota con el siguiente cuadro de conceptos, muy sintético. Bai Salam | El Comprador paga por adelantado a la recepción, a cambio recibe un precio más favorable | Bai Muajjal | Venta de bienes a pago diferido. El dueño del negocio puede pagar el total a fecha establecida o aplazar | Gharar | Engaño por ignorancia o daño por incertidumbre de futuro. Prohibe las apuestas y el seguro clásico. | Istina | Compra a plazos | Muharaba | Contrato de venta en el que el banco compra para el cliente, revendido luego con un incremento | Mudaraba | Una empresa pone todo el capital y otra la gestión. Ganancias en proporción convenida | Musharaka | Sociedad clásica; salvo en las proporciones de participación aportación y ganancia por igual | Quard Hassan | | Riba | Interés crediticio sin riesgo. Prohibido | Takaful | Seguro de mutua sin riba | Hay una dimensión caritativa y social en este negocio. Los bancos están más preocupados por el uso que el cliente da al dinero, tratan de dirigir sus inversiones hacia la productividad , lo que requiere más información, más empleados, y un papel para sus apoderados más cercano a la consultoría que a nuestros riesgistas. Ibrahim Warde, de Harvard, explica en Islamic Finance in the Global Economy cómo a partir de los 70, el petróleo y el panislamismo fomentó esta banca. La Organización de la Conferencia Islámica puso al día los preceptos comerciales del islam. EN 1974 aparece el Banco islámico de Desarrollo en Arabia Saudí, y en el 75 el Dubai Islamic Bank, que a diferencia del anterior es privado. No dejó de haber problemas y fraude, sobre todo en monarquías muy corruptas, pero la revolución de Irán, la caída del socialismo, la guerra del Golfo y las rentas del petróleo, particularmente el ascenso de los tigres asiáticos, reforzaron el ijtihad, (esfuerzo de interpretación), que ha de armonizar la sharia con el urf, (costumbre local), la daruda,(necesidad), y la malaha, (bien común). No es lo mismo lo permitido en Malasia que en Arabia
en todo caso, de los 5.200 valores que influyen en el Dow Jones, 1.400 son aceptables para un observante islámico. 100 grandes fondos de inversión cumplen estas reglas. Claro que hay recursos para soslayar pecadillos; si se invierte en una iniciativa que dedica el 5% a sectores impuros, el beneficiario deberá dedicar el 5% del beneficio a caridad, es el llamado en sus siglas inglesas COBM; coste de ser musulmán. A juzgar por las cifras, a la banca minorista musulmana no le va tan mal, particularmente en Indonesia, donde, por ejemplo no invierte en hoteles, puesto que no se puede controlar lo que ocurre dentro de ellos. Tampoco se presta para adquirir bienes de lujo, sólo la casa o el negocio. La interpretación de la sharia está por unificar, algo muy importante para el negocio internacional. En USA, después del famoso 11-S, el Instituto Islámico de Libre mercado expuso que la banca islámica crece al 15% anual, y un 25 % de sus bancos está en países donde los musulmanes son minoría. Además hay 7 millones adeptos al Corán, el último de los cuales quizá no esté tan pobre; el descolorido cantante Michael Jackson. Como medida preventiva, el lobby dominante en el sector, ha señalado las conexiones entre algunas de estas entidades y el terrorismo musulmán; el banco palestino Al-Aqsa Al-Islami ha sido incluido en la lista de grupos terroristas. En España, es imposible saber la cifra, en todo caso creciente, a ciencia cierta porque muchos son ilegales, hay más de 600.000 musulmanes, serán mercado específico, como ya empiezan a ser los gays, dentro de pocos años. En todo caso, Ponce de León bromea con razón al señalar que hay una poderosa economía que rinde sus cuentas a Alá y no a Alan
Greenspan. ·- ·-· -··· ·· ·-· Franciso Javier D. de Otazú |