Ante esta realidad los partidarios del laicismo celebraban el que, por fin, se hubiera logrado eliminar "las supersticiones, los mitos y las irracionalidades" de muchos y se consiguiera entrar en una sociedad más "racional, tolerante, pragmática y progresista". Por otra parte, en cambio, los conservadores advertían, preocupados, respecto a las nefastas consecuencias de la desaparición de las creencias religiosas y el que no hubiera una guía moral para orientar las conductas, tanto individuales como colectivas. La segunda mitad del XX demostró que estas esperanzas y temores eran infundados. La modernización económica y social adquirió dimensiones planetarias y al mismo tiempo tuvo lugar un renacimiento de la religión. Dicho renacimiento, "la revancha de Dios" la llamó Gilles Kepel, se ha extendido por todos los continentes, todas las civilizaciones y prácticamente todos los países (1) A mediados de los años 70 tomó forma una nueva aproximación religiosa encaminada a recobrar un fundamento sagrado para la organización de la sociedad. El tema se apoyaba en una "segunda evangelización de Europa". Este renacimiento ha llevado consigo la expansión de algunas religiones que consiguieron adeptos en sociedades donde antes no los tenían. Pero sobre todo el resurgimiento religioso supuso que la gente se volviera a las religiones tradicionales, las vigorizara otra vez y les diera nuevo significado: el Cristianismo, el Islam, el Judaísmo, el Hinduismo, el Budismo. Todas ellas experimentaron nuevas oleadas de adhesión, actualización y práctica por parte de personas que con anterioridad eran creyentes despreocupados. En todas las sociedades este despertar religioso se manifiesta en las vidas y el trabajo diarios de la gente y en los intereses y proyectos de los gobiernos. Esta religiosidad entre los pueblos ha resultado especialmente espectacular en los antiguos Estados Comunistas donde la recuperación de Dios ha llenado el vacío dejado por el derrumbamiento de la ideología marxista. Así por ejemplo, en Rusia el Cristianismo Ortodoxo ha experimentado un resurgimiento importante. En 1994 el 30% de los rusos menores de 25 años afirmaban haber pasado el ateísmo a creer en Dios. El número de iglesias abiertas en Moscú creció de 50 en 1988 a 250 en 1993. En las ciudades rusas, como señala Billington " el sonido de las campanas de las iglesias llena de nuevo el aire, cúpulas recién sobredoradas brillan al sol, iglesias que, hace muy poco, estaban en ruinas resuenan con un canto magnífico. Las iglesias, son sin lugar a dudas, el lugar más concurrido de la ciudad". A la vez que en la Europa del Este, también en la zona de Asia Central se producía un renacimiento islámico. En 1989 sólo existían en la región 160 mezquitas en funcionamiento y una sola medressah: universidad o seminario islámico, pues en 1993 ya había 10.000 mezquitas y 10 medrassahs. Al hacernos la pregunta de cuales se pueden considerar las causas de todo este resurgimiento religioso, es indudable que la que aparece como más obvia, destacada y profunda es precisamente aquella que muchos pensaban iba a provocar la muerte de la Religión: los procesos de modernización social, económica y cultural que se difundieron por todo el mundo en la segunda mitad del siglo XX. En cambio se puede afirmar, sin miedo a equivocarnos, que fueron justamente al romperse las fuentes de identidad y los sistemas de autoridad existentes desde mucho tiempo atrás la gente se enfrenta a la necesidad de dar una respuesta concreta a las preguntas fundamentales que le inquietan: ¿quién soy yo, a dónde pertenezco?. La religión proporciona respuestas convincentes y los grupos religiosos proporcionan pequeñas comunidades sociales que reemplazan a aquellas otras que existían en los pueblos y que se han perdido, en muchos casos por la moderna vida en las ciudades. Todas las religiones ofrecen a las personas un sentimiento de identidad y una cierta dirección para sus vidas. Como conclusión podría afirmar que el resurgimiento religioso que está ocurriendo en todo el mundo, es una clara reacción contra el Laicismo, el Relativismo Moral y además una nueva afirmación de los valores del orden, la disciplina, el trabajo, la ayuda mutua y la solidaridad humana. ·- ·-· -··· ·· ·-· María Hdez-Sampelayo Matos (1) Kepel, La revancha de Dios, Madrid 1991 |