Si bien es cierto que los procesos de captación y adoctrinamiento de algunos de estos grupos suelen ser muy efectivos, creo que existen muchas respuestas posibles, de las cuales resaltaré algunas:
Formación.
La formación en la propia fe, es quizás la mayor de las garantías para evitar la captación por parte de una secta o NMR.
Una formación a conciencia, en contenidos y profundidad, porque las sectas se aprovechan de la poca formación religiosa de las personas para confundirlas, engañarlas y así más fácilmente, captarlas.
Las sectas o NMR también implican un desafío pedagógico. Los educadores en general, y los catequistas en especial, tienen mucho para aportar en este terreno.
Al respecto, Juan Carlos Urrea ha efectuado una investigación con profesores de la diócesis de Rancagua, Chile, de la cual han surgido las siguientes recomendaciones:
Que exista una formación doctrinal renovada, metódica y permanente de los catequistas para poder desarrollar de una manera eficaz la tarea evangelizadora y educativa frente a un mundo que se renueva en forma continua y que requiere una formación permanente de todos los agentes pastorales.
La necesidad de impartir cursos de capacitación sobre Ecumenismo, Diálogos Religiosos, sectas o NMR.
Que exista una mayor preocupación de los padres como agentes activos y comprometidos con la educación de sus hijos en sus aspectos humanos y religiosos.
Los párrocos deberían mantener un contacto permanente con los catequistas, para preocuparse de su atención espiritual y de su formación.
Los métodos catequéticos deberán ser revisados y capaces de entregar el mensaje de Jesucristo y de la Iglesia a los alumnos en forma fidedigna, vivencial y atractiva.
Complementar y renovar los programas de Catequesis, con unidades que aborden la problemática de las sectas o NMR.
Que los contenidos de la asignatura de Catequesis sean integradores de todas las asignaturas, para evitar confusiones por presentación, muchas veces parcial, de la verdad de nuestra fe.
La necesidad de fundamentar de una manera permanente las clases de catequesis en un conocimiento integral de las Sagradas Escrituras.
El catequista debe preocuparse de desarrollar en los catecúmenos (y en sus alumnos si se trata del ámbito colegial), el sentido comunitario y de pertenencia a la Iglesia.
La función docente ha de desarrollarse dentro de la perspectiva de los valores evangélicos, a través de un testimonio claro y fidedigno frente a la comunidad escolar.
Necesidad de unidad entre la labor parroquial y la actividad docente del profesor de catequesis.
También son muy destacables las orientaciones específicas del documento que, con el título "Guía para los Catequistas", emitiera la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el 16 de junio de 1992. En la nota 16, dicho documento expresa en relación a las sectas:
"La proliferación de las sectas de origen cristiano y no cristiano es, actualmente, un reto pastoral para la Iglesia en todo el mundo. En los territorios de misión, representan un serio obstáculo para la predicación del evangelio y para el desarrollo ordenado de las Iglesias jóvenes, pues atacan a la integridad de la fe y a la solidez de la comunión".
"Existen zonas más vulnerables y personas más expuestas a su influencia. Lo que las sectas pretenden ofrecer, les favorece aparentemente porque lo presentan como una respuesta inmediata y sencilla a las necesidades sensibles de las personas, y se sirven de medios apropiados a la sensibilidad y cultura locales".
"Como es bien sabido, el Magisterio de la Iglesia ha alertado varias veces respecto a las sectas, animando a que se considere su difusión actual como una ocasión para una seria reflexión por parte de la Iglesia. Más que una campaña contra las sectas, en los territorios de misión se debe dar nuevo impulso a la actividad misionera propiamente dicha".
"El catequista se presenta, hoy día, como uno de los agentes más aptos para superar positivamente ese fenómeno. Con su tarea de anunciar la Palabra y de acompañar el crecimiento de la vida cristiana, el catequista se encuentra en una situación ideal para ayudar a las personas -tanto cristianos como no cristianos- a comprender cuáles son las verdaderas respuestas a sus necesidades, sin recurrir a las pseudoseguridades de las sectas. Además, como laico puede actuar más capilarmente y hablar de modo más realista y comprensivo".
"Las líneas de acción preferenciales, para un catequista, son las siguientes: conocer bien el contenido y especialmente las cuestiones que las sectas explotan para combatir la fe y a la Iglesia, y así hacer comprender a la gente la inconsistencia de la exposición religiosa de las sectas; cuidar la instrucción y el fervor de vida de las comunidades cristianas para detener la corrosión; intensificar el anuncio y la catequesis para prevenir la difusión de las sectas. El catequista, por consiguiente, ha de empeñarse en realizar una obra silenciosa, perseverante y positiva con las personas, para iluminarlas, protegerlas y, eventualmente, liberarlas de la influencia de las sectas".
"No hay que olvidar que muchas sectas son intolerantes y proselitísticas y, en general, se muestran agresivas hacia el catolicismo. No es posible pensar en un diálogo constructivo con la mayor parte de ellas, si bien hay que partir del respeto y comprensión que merecen las personas. Esta constatación exige que la obra de la Iglesia sea compacta para no dar espacio a confusiones; y también ecuménica, porque la expansión de las sectas representa, asimismo, una amenaza para las otras denominaciones cristianas. Por lo que se refiere a la acción, el catequista deberá actuar dentro del programa pastoral común aprobado por los pastores competentes".
Información.
Es necesario que, especialmente los jóvenes que son una de las franjas de más alto riesgo a ser captada, manejen aunque sólo sea la información básica respecto a los NMR. Es importante para ello que sepan que detrás de algunos de estos movimientos, pueden haber muchas cosas más que una sincera búsqueda de la Verdad o de Dios.
Algunos de los aspectos que no deben faltar en su conocimiento son :
Qué es una secta o NMR
Cuáles son sus características
Qué tipos de movimientos existen
Cuáles son sus técnicas de captación e indoctrinamiento , y qué efectos producen.
La información, sobre el fenómeno sectario en general, apuntando a la prevención, es también un aspecto fundamental, y aquí al igual que en la anterior respuesta, deben cumplir un destacado rol tanto los catequistas, como así también los formadores en general.
La experiencia que nos han dado cientos de conferencias en colegios, nos ha mostrado la importancia de las mismas, en orden a la prevención.
Cuántas veces, al finalizar una conferencia introductoria en institutos secundarios, se nos acercan jóvenes muy asombrados porque en el transcurso de la charla tomaron conciencia de que estaban asistiendo, sin saberlo, a una secta camuflada de fundación; o que el verdadero nombre de la asociación que días atrás le ofreció realizar un 'test de personalidad gratuito', es el de una 'iglesia'; o de la jovencita que descubre que el interés de su novio por los OVNIs, hizo que se integrara a uno de los tantos cultos platillistas o contactistas existentes en nuestras ciudades; en fin, muchas son las anécdotas y, lamentablemente, la de algunos casos, muy dolorosas.
Es por ello que se hace hincapié en la prevención. Nunca será poco lo que se haga en tal sentido, ya que una vez dentro de un movimiento de estas características, se hace muy difícil cualquier contacto con el afectado.
En los niveles terciarios y universitarios es también importante que, además de una información general sobre la temática, se efectúe un estudio, aunque sólo sea introductorio, desde las propias disciplinas profesionales.
Como dijéramos en un artículo anterior, no es posible que tengamos profesionales en diversas áreas de la salud, que desconozcan los daños que ocasionan algunos movimientos de características sectarias, tanto en lo físico como en lo psíquico; profesionales del derecho que desconozcan un abordaje jurídico a la temática; o educadores, especialmente de las áreas catequísticas, que no se encuentren capacitados para un abordaje educacional.
Testimonio.
Nunca será demasiada la insistencia que, como católicos, podamos hacer frente a esta respuesta. Como sabemos, entre las muchas posibles razones de adhesión a estos grupos, una insoslayable, responde al alejamiento de la Iglesia en razón de desilusiones o desengaños.
También aquí deberíamos hacernos una serie de preguntas, no con ánimo de juzgar o polemizar, sino para promover un constante cambio, y una verdadera metanoia
¿Cuántas veces con nuestras actitudes, acciones u omisiones, los sacerdotes, las religiosas, los docentes y catequistas, los padres y los hijos, habremos ayudado para que la Iglesia sólo pareciera un club social al que, para pertenecer, basta con escuchar sin una verdadera participación la misa del domingo y leer algunos libritos de espiritualidad sensiblera?
¿Qué clase de testimonio damos si no sólo en la sociedad, sino también dentro de la Iglesia, estamos más preocupados en ser servidos, que en servir? ¿Cuál puede ser el testimonio de aquel que se apoya en sus actividades o contactos curiales para ganar prebendas, títulos y así aumentar aún más su soberbia mal disimulada? ¿Qué testimonio brindan aquellos que, llenándose la boca de la Doctrina Social de la Iglesia, es la que menos aplican en sus colegios, empresas o trabajos. En fin, ¿qué testimonio brindamos si en esta sociedad, tratamos de pasar lo más desapercibidos y acomodados posible a los cánones que ella misma dicta, y no somos signo de contradicción?
Algunos movimientos de características sectarias al golpear las puertas en las visitas domiciliarias, hablan de la Biblia, asombrando a católicos que a veces ni siquiera la han leído. Pero, en ocasiones, tienen la mala suerte de encontrarse con un católico de mediana formación que sí la ha leído. Y al decirles que están sacando párrafos fuera de contexto o que el versículo citado por ellos, está relacionado con otro que termina explicitándolo distinto a lo que pretenden, guardan la Biblia debajo del brazo, y empiezan a ventilar los trapitos sucios de los hombres de Iglesia, desde ciertos Papas hasta los laicos, pasando inevitablemente por curas y monjas.
Lamentablemente y pese a que las anécdotas vienen siempre mechadas con algunas leyendas o clichés clásicos, otras son, dolorosamente ciertas.
Responsabilidad y Compromiso.
La responsabilidad y el compromiso, son otra respuesta importante al fenómeno de las sectas o NMR. Porque muy relacionado con el "a mí no me va a pasar", está el "otro se va a ocupar".
Las sectas, es preciso resaltarlo, no son simplemente un problema religioso, razón por lo que no compete sólo a la Iglesia Católica y a las religiones clásicas o tradicionales. Al menos no sólo a ellas, sino a toda la sociedad.
Los únicos realmente preocupados en reducir el fenómeno de las sectas o NMR a una cuestión de orden religioso, no nos cansaremos de decirlo, son las mismas sectas. De esta manera, cuando un movimiento es blanco de una crítica objetiva como es el caso de los Niños de Dios / La Familia a quienes se acusa de promover la prostitución y la corrupción de menores, entre otros delitos, empiezan a desarrollar una gran campaña, manifestando que son perseguidos injustamente por tratarse de una minoría religiosa.
Este es un problema que compete al Estado, a los gobernantes, a los profesionales, a los educadores y a los educandos, a los padres y a los hijos..., es decir que compete a toda la sociedad porque toda ella es interpelada por dicho fenómeno.
Quizás debiéramos preguntarnos cada uno de nosotros, en qué nos afecta o involucra el fenómeno de las sectas o NMR, y de qué manera podemos responder al desafío, cómo podemos comprometernos desde nuestra vocación particular, ya sea esta la de docente, catequista, alumno, padre de familia, profesional, político, etc.
Además de las áreas educativas, de las que ya nos referimos en los puntos anteriores, es también importante lo que puedan hacer al respecto, otras instituciones.
El Estado tiene la obligación de conocer los alcances del fenómeno de las sectas o NMR en general, en orden a la preservación del bien común. Por su parte los organismos estatales que, por su misma función tengan relación con la presente temática, deben, resguardando el derecho universalmente reconocido a la libertad de creencias, velar para que en nombre de esas creencias, no se cometan delitos que deben ser punibles como tales.
Las fuerzas de seguridad son otro ámbito que no puede desconocer las características de los movimientos que actúan en el país y, especialmente de aquellos sobre los que pesan graves denuncias. De esta manera al llegar el momento de un procedimiento, sabrán claramente qué buscar, cómo buscarlo y dónde buscarlo.
Finalmente, las diversas instituciones religiosas también deben abocarse a la profundización de la temática sectaria, para estudiar y luego advertir, formas no éticas de captación y generar en su feligresía, anticuerpos efectivos para evitar un proselitismo engañoso.
En fin, creemos que si queremos ver una solución a la problemática es imprescindible que el compromiso sea asumido con responsabilidad, como así también que cada estamento de la sociedad puede asumir un compromiso y dar una respuesta al desafío de las sectas o NMR.
Especialización.
Por último, la especialización en el fenómeno sectario, es también una respuesta que no puede hacerse esperar.
Se necesitan profesionales que, desde sus propias disciplinas profundicen el fenómeno de las sectas o NMR, porque el mismo obedece a múltiples factores y, como se expresó anteriormente, no sólo a cuestiones religiosas.
La especialización es un aspecto importante, porque el desconocimiento en general y los prejuicios en particular, hacen que en más de una oportunidad, no se den respuestas claras al desafío.
Se necesitan abogados, especializados en un abordaje jurídico de las sectas; psicólogos, especializados en un abordaje psicológico, como así también en ciertos casos, psicoterapeutas de ex miembros, ya que los mismos deben ser abordados con técnicas distintas a las clásicamente utilizadas; y docentes, especializados en un abordaje educacional, que investiguen y puedan esclarecer.
El Desafío de los Desafíos.
Luego de lo expuesto no quisiera culminar el presente trabajo sin dejar de notar que mucho se ha hablado, y hablamos, de que las sectas o Nuevos Movimientos Religiosos (NMR), son un desafío. Un desafío para las religiones clásicas o tradicionales, un desafío para la familia y un desafío, consecuentemente, para la sociedad. Pero nunca se ha mencionado que también es un desafío para los investigadores y estudiosos del presente fenómeno.
Al ser el hombre por naturaleza, religioso, vemos en él como una constante pulsión hacia lo trascendente. Es por ello que frente a cualquier temática que roce aunque sólo sea levemente lo religioso, nadie pueda permanecer impasible. Esto es especialmente visible cuando, en ronda de amigos o reuniones familiares, surge el tema religioso. Todos tienen una opinión formada al respecto, cuenten o no con conocimiento del tema. Generalmente en dichas opiniones, puede observarse una fuerte carga afectiva, más que racional, provocando consecuentemente que los juicios emitidos sean muchas veces, verdaderos prejuicios. Lamentablemente algunos investigadores tampoco son ajenos a ciertos prejuicios y, a veces, a intereses de los más diversos.
Existe entre los estudiosos de la presente temática una división en dos bloques: Anti Cultos y Contra Cultos. Las diferencias entre ambas han sido suficientes para que estas dos corrientes, sean disparadores y a su vez blanco de diversas acusaciones o soberbio desdén. De todo esto surge una serie de dificultades para la adhesión del científico o investigador católico, a cualquiera de las corrientes, ya sea esta la de los Anti Culto o la de los Contra Culto.
Creemos que los estudiosos católicos deben crear una tercera categoría en la búsqueda de la mayor objetividad posible, en un tema que se presenta como muy complejo. Los investigadores abocados a la presente temática debemos evitar los prejuicios en ambas direcciones, no importando si la tesis a estudiar proviene de fuentes alineadas en la corriente Anti Culto o Contra Culto, sino del contenido de la tesis misma. Algo que, salvo honrosas excepciones, no lo hacen dichas corrientes, sino que las suelen desdeñar altiva y despectivamente.
En ambas líneas existen posiciones muy valiosas por un lado, y muy criticables por otro. Por ello la intención de lograr una categorización alternativa. Es decir, una categorización que, entre otros aspectos, incluyera sin prejuicios el excelente nivel académico de los Contra Cultos, pero que esa excelencia académica estuviera al servicio del hombre doliente, es decir, de las personas y familias directamente afectadas por el fenómeno, como en los Anti Cultos.
Finalmente, es necesario destacar que lo expuesto no tiene la intención de agotar una discusión que, siempre y cuando los sustentadores de las distintas posiciones se sujeten a las normas básicas de la ética, puede considerarse como sumamente provechosa, sino que pretende, con ayuda de la Providencia, que estas líneas sirvan para llamar la atención de los diversos investigadores y estudiosos, y decidan enfrentar honestamente el desafío de los desafíos realizando su aporte en bien de la Verdad.
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- José María Baamonde