Yo me suelo hacer una pregunta
con frecuencia. ¿Las sociedades desarrolladas en
la actualidad viven en un régimen de
libertades?, ¿qué es más importante, vivir en
un régimen de libertades, o en un régimen de
seguridades?
A la primera pregunta, no me decido a confirmarme
a mí mismo que sí, que vivimos en un régimen
de libertades, pues trato de asegurarme que
realmente no vivimos en un régimen liberal, en
un régimen libertario, o en un régimen
liberticida. Tampoco descarto totalmente, que el
régimen en el que vivimos sea el de la
estupidez.
Todo esto viene a cuento de mis reflexiones,
andando con tranquilidad por el campo, después
de ponerme al día de las noticias del planeta.
Legalización de la marihuana
En el verano del 2002, Gran Bretaña estaba en
todos los medios de comunicación por el caso de
las dos niñas secuestradas y asesinadas.
También se habló del caso de una niña de 10
años que había muerto por ingerir varias
pastillas de diseño.
Al parecer ser niña en Gran Bretaña resulta ser
un gran riesgo; riesgo de secuestros, asesinatos,
pedofilia, pornografía, drogas, embarazos, etc.
Lo que resulta curioso es que las leyes de ese
país cada vez desprotegen más a los
adolescentes.
Pocos días antes de la niña muerta por droga de
síntesis, Gran Bretaña daba pasos hacia una
legislación más permisiva con las drogas.
A principios de Julio de este año 2002, y en
contra de las advertencias de estudios
científicos, el ministro de Interior británico,
David Blunkett, anunció que se reclasificará la
marihuana, pasando de ser una droga de clase B a
una de clase C, informaba la BBC el 10 de julio.
Equipararán la droga con los antidepresivos y
los esteroides.
La posesión de pequeñas cantidades ya no
implicará pena de arresto.
Sólo si los consumidores de marihuana lo hacen
cerca de niños, podrían ser arrestados.
Blunkett afirmó que estos cambios pretenden
"liberar" a la policía del excesivo
trabajo, y centre sus esfuerzos en la lucha
contra las drogas duras como el crack, la
cocaína y la heroína.
La cosa, no obstante, podía haber sido peor,
pues algunos parlamentarios pedían más.
Blunkett indicaba que "No legalizaremos
ninguna droga, ni afrontaremos una medida si no
es apropiada".
También informó al parlamento de que el status
legal del éxtasis no cambiará.
En los pasados meses, un informe parlamentario
pedía que el éxtasis pasara de la clase A a la
B. Blunkett también rechazó la posibilidad de
introducir narcosalas, -como ya, desgraciadamente
existe en otros países-, donde los adictos a la
heroína pudieran inyectarse.
En la Cámara de los Comunes, Blunkett fue
acusado por Oliver Letwin, portavoz de la
oposición para asuntos de Interior, de hacer
culpable al gobierno de "una
responsabilidad masiva" y a las
comunidades del país de "la perspectiva
de un desastre social", informaba
Independent el 11 de julio.
Letwin afirmó, ante el parlamento, que esta
política enviará "mensajes de profunda
confusión" y, de hecho "dará
a los traficantes el control sobre el cannabis,
mientras la policía mirará para otro
lado".
El debate se hizo candente por el hecho de que el
mismo día dimitió el consejero del gobierno
para las drogas, Keith Hellawell, en protesta por
la relajación de la ley de la marihuana.
"Esto es debilitar la ley y dar un
mensaje equivocado", afirmó, según
informó el Guardian el día 10 de julio.
Hellawell ha sido jefe del Departamento de
Policía designado por el primer ministro Tony
Blair para afrontar los temas internacionales
relacionados con las drogas.
Buena parte de la prensa había hecho campaña a
favor de la relajación; ¿tendrán intereses
económicos que se verían favorecidos, si la
droga se vendiera más?
En The Observer del 19 de mayo, el filósofo A.
C. Grayling indicaba, "creo que la
heroína, la cocaína, la marihuana y derivados
de éstos deberían ser legales y estar
disponibles de la misma manera que la nicotina y
el alcohol".
Argumentaba su opinión en el principio de que en
el área de las libertades civiles "no
hay justificación en virtud del supuesto bien de
la sociedad para limitar el comportamiento, a no
ser cuando adquiere forma de violación,
asesinato, robo, altercado o fraude, que son
intrínsecamente perjudiciales para el tejido
social, e implican daños a terceros
inocentes".
Se olvida este presunto filósofo de muchos otros
males sociales que acarrea la droga, por ejemplo
los del ámbito familiar.
Son planteamientos típicamente ingleses: usted
puede hacer consigo lo que desee, como si quiere
suicidarse, con tal de que no salpique.
Antes de las legalizaciones, se habían hecho
pruebas, como la experiencia del barrio de
Brixton, al sur de Londres, pero a pesar de los
malos resultados, como si nada.
Mike Fuller, jefe del departamento de drogas de
Scotland Yard, afirmó que el experimento corre
el riesgo de incitar a los niños al consumo de
droga.
Fuller afirmó que un rector de Brixton se había
quejado a la policía de que los niños estaban
llegando a la escuela por las mañanas
"colocados" de marihuana, y los padres
estaban preocupados de que la liberalización
pudiera llevar al consumo de drogas duras.
Según The Observer del 23 de junio, el consumo
de drogas duras es altísimo en Brixton. A un
año del experimento, el centro de Brixton es "un
supermercado de 24 horas de crack", con
12 millones de libras (18,6 millones de dólares)
de mercado de crack.
Los residentes del barrio, han informado de que
niños de diez años están consumiendo
marihuana.
Algunos traficantes han empleado a sus propios
hijos como correos y los recompensan con droga.
Mal que les pese a los favorecedores de la
drogadicción, numerosos estudios revelan los
problemas de salud relacionados con las drogas.
La BBC informaba el 7 de enero del 2002 de que
las mujeres, que fuman marihuana durante el
embarazo, pueden impedir el crecimiento de sus
bebés.
Un equipo de investigadores del Reino Unido y
Nueva Zelanda descubrieron que fumar un canuto de
marihuana a la semana durante el embarazo
equivale al efecto producido por fumar 15
cigarrillos al día.
Según informaba Reuters el 5 de marzo, los
consumidores crónicos y de grandes cantidades de
marihuana sufren pérdida de memoria y problemas
de concentración que pueden afectar a su
trabajo, preparación académica y a su vida en
general.
Un estudio del Journal of the American Medical
Association examinaba a 51 personas que habían
consumido marihuana regularmente durante unos 24
años.
"Los consumidores a largo plazo...
realizaron significativamente peor los tests de
memoria y atención que los no consumidores o los
consumidores a corto plazo con unos 10 años de
consumo", afirmaba el estudio.
The Guardian citaba el 3 de junio al Dr. Neil
Brenner, director médico del hospital
psiquiátrico The Priory, que indicaba que la
marihuana "puede conducir a problemas
psicológicos". "Soy muy cuidadoso con
el tema de las drogas blandas", decía
Brenner. "El cannabis era entre 20 y 30
veces menos fuerte en los años 70 de lo que es
ahora. Es mucho más potente".
Añadía: "Puede precipitar los
problemas psicológicos de quien sea vulnerable,
y no es algo que se pueda consumir sin
consecuencias".
El mismo día en que Blunkett anunciaba las
nuevas leyes sobre drogas, la BBC sacó un
informe en el que se afirmaba que la marihuana
puede plantear una amenaza más grande a la salud
que el tabaco.
La Fundación Británica de Pulmón esta llevando
a cabo una revisión de las investigaciones sobre
el impacto de fumar marihuana para la salud.
Los resultados preliminares sugieren que la droga
es al menos tan dañina como el tabaco --y puede
acarrear un mayor riesgo de algunos cánceres de
vías respiratorias--.
"Hace cincuenta años, la gente pensaba
que fumar era algo bueno", afirmaba la
directora ejecutiva de la fundación, Dame Helena
Shovelton. "Ahora es considerado como un
desastre para la salud pública --no queremos que
ocurra lo mismo con el cannabis--".
El éxtasis líquido
También se están produciendo novedades con
respecto a otras drogas.
Esta vez, por la versatilidad que ofrecen.
Asustan las grandes partidas incautadas por la
policía de diversos países de la droga en
pastillas.
Su mejor representante, el éxtasis, adquiere
ahora una versión más disimulada, el estado
líquido.
Lo más grave del caso es que en muchos lugares
de España, el éxtasis líquido desbanca a la
cocaína como la droga de moda entre los jóvenes
consumidores.
Se trata de una droga de consumo entre jóvenes
-la mayoría adictos a la cocaína y las drogas
de síntesis-, por los ingresos en servicios de
urgencias, que muchas veces acaban en la unidad
de cuidados intensivos (UCI) por el coma.
Este derivado de un anestésico utilizado en
animales ha desbancado a la cocaína como
sustancia elitista por sus potentes y peligrosos
efectos sobre el sistema nervioso.
El gammahidroxibutirato, un anestésico utilizado
por los veterinarios para el tratamiento de
caballos, se ha convertido en la droga de moda
entre los usuarios de sustancias de síntesis.
Esta sustancia es muy peligrosa, porque sus
efectos son muy agudos.
Es un importante depresor del sistema nervioso
central y a muy corto plazo puede producir
asfixia, shock nervioso, crisis epiléptica,
parada cardiorrespiratoria y coma profundo.
El éxtasis líquido se suministra en pequeños
frascos a cambio de unos 50 euros (8.319
pesetas).
Este precio, según han confirmado varios
consumidores de drogas de diseño, lo sitúa como
la sustancia más elitista.
A pesar de que un gramo de cocaína cuesta en la
calle alrededor de 60 euros, su fácil
adquisición le hace perder demanda entre los
consumidores más exclusivos.
El éxtasis líquido tiene poco en común con las
pastillas de éxtasis, "aunque su primer
efecto es similar: cierta relajación y
desinhibición''.
El nombre de esta droga responde a estrategias
comerciales, aunque también se la conoce como
biberón, líquido X, oro líquido o GHB
(gammahidroxibutirato).
La peligrosidad del éxtasis líquido se
multiplica, en combinación con otras sustancias
depresivas del sistema nervioso, como el alcohol
y las pastillas hipnóticas y tranquilizantes
(valium, prozac y sus derivados).
No existe ningún antídoto para contrarrestar
una sobredosis de GHB, como sí existe con otras
sustancias como la cocaína o la heroína.
Por el momento, existe un amplio desconocimiento
de la cantidad de componente básico de GHB que
contiene de media cada frasco y la capacidad
adictiva de la sustancia, lo que aumenta su
peligrosidad.
Tampoco se sabe el porcentaje de consumo que
tiene el éxtasis líquido, por ser una droga de
reciente aparición, unos dos años en las
grandes ciudades españolas.
Más cocaína que heroína
La heroína aplicada por vía intravenosa ha
constituido el gran aliado del SIDA para su
contagio de una persona a otra.
Los hábitos de consumo, por esta y otras
razones, se han ido desviando hacia otras drogas.
La situación es España, en concreto Madrid, es
la que sigue.
La cocaína supera por primera vez a la heroína
en las muertes por consumo de droga
El pasado año 2001, 158 personas fallecieron por
reacción aguda al consumo de opiáceos o
cocaína en Madrid.
Por primera vez, la cocaína aparece como
causante de más de la mitad de las muertes, el
53 por ciento del total, por encima de la
heroína, con un 48 por ciento.
La Agencia Antidroga ofreció recientemente estos
datos en la presentación de su Memoria de
actividades de 2001.
En la mayoría de los casos de fallecimientos,
sus autopsias demuestran que estos fallecidos han
abusado de más de una droga, una tónica que
viene siendo general.
Se mantiene estable la presencia de heroína en
el 48 por ciento de los fallecimientos y que el
abuso de los tranquilizantes ha ido aumentando
progresivamente con el transcurso de los años,
desde un 37 por ciento en 1997, pasando por un 48
por ciento en 2000, hasta el 50 por ciento en
2001.
El número de fallecidos en el 2000 fueron 172
personas las que perdieron la vida, mientras que
en 2001, murieron 158, un 7 por ciento menos.
Aunque la cifra de muertes asociadas al consumo
de drogas ha disminuido, hay muertes encubiertas,
pues se escapan muchas muertes por cocaína que
pasan por muertes naturales, infartos, etc., de
casos en los que no se pide una autopsia.
Esto no ocurre con la heroína, que presenta unos
signos externos muy claros.
Con respecto al consumo de éxtasis del que hemos
hablado antes, resulta curioso constatar que al
igual que hace unos años, los consumidores de
cocaína no se consideraban adictos, hoy son los
jóvenes consumidores de drogas de diseño los
que no tienen conciencia de enfermedad, por lo
que ni acuden a centros a pedir ayuda, ni se
puede contabilizar su consumo
epidemiológicamente.
Pedro Pérez Cárdenas
Comité Independiente Antisida
cias@picos.com. |