El personalismo.
El personalismo, histórica corriente
filosófica de raíz cristiana, nace de la
reflexión realista elaborada, fundamentalmente,
por Emmanuel Mounier, el pensador más conocido
de esta escuela. El concepto de persona
es el eje de este pensamiento, desde el que
establece la primacía de los valores morales y
espirituales, su centralidad en la organización
social y en la acción política, su vinculación
y desarrollo comunitario, su dependencia del
cristianismo, su capacidad de creación de
cultura, la consideración del hombre y de la
mujer como las modalidades complementarias del ser
persona, la distinción absoluta entre
personas y cosas, etc.
¿Cómo caracterizan a esta corriente filosófica
sus propios seguidores hoy día?, veámoslo: "Designamos
con el término personalismo aquellas corrientes
filosóficas que afirman la primacía de la
persona sobre cualquier otra realidad, y la toman
como eje de sus reflexiones. No es tanto un
sistema como una perspectiva desde la que se
abordan los problemas. Pero una perspectiva
filosófica en la que se atiende a la teoría y a
la praxis, y en la que la persona es tomada en su
singularidad y en su dimensión comunitaria, como
seres libres y creadores. En concreto, nos
referimos al pensamiento de un conjunto de
filósofos del s. XX entre los que destaca
Emmanuel Mounier y el grupo formado en torno a la
revista Esprit y al que se pueden adscribir otros
pensadores como Marcel, Scheler, Buber, Ebner,
Landsberg, Nedoncelle, Weil, Levinas, Ricoer,
Lacroix, etc." (nota 1, página 22 del
libro La revolución personalista y
comunitaria en Mounier, varios autores,
Fundación Mounier, Madrid, 2002, en el apartado
elaborado por X. M. Domínguez).
Según el periodista católico José Francisco
Serrano, al comentar la aparición de dos
recientes textos editados por la Fundación
Emmanuel Mounier, señalaba sintéticamente que "El
árbol de la ciencia del personalismo se nutre de
la savia de la rama Péguy: Péguy, Maritain,
Mounier, Domenach, Lacroix, Berdiaev y Manzana;
de la rama de Scheler: von Hildebrand, Landsberg
y Xirau; de la rama fenomenológica-tomista:
Wojtyla, Stein y Nédoncelle; de la rama Zubiri:
Zubiri, Ellacuría, Aranguren y Laín; de la rama
dialógica: Rosenzweig, Buber, Lévinas,
Kierkegaard, Ebner, Brunner, Marcel, Guardini,
Ruíz de la Peña, Manjón, Marías -padre, por
supuesto-; y de la rama hermenéutica:
Ricoeur."
Como corriente filosófica, y desde una
perspectiva histórica, alcanzó gran resonancia
en los medios intelectuales católicos europeos
en los años 30, 40 y 50 del pasado siglo,
llegando con cierto retraso a España. Acosada
por el marxismo, también ejerció gran
influencia en notorios medios políticos,
particularmente en Europa, en algunas expresiones
de los partidos democristianos, aunque no
exclusivamente.
De hecho, su influencia puede rastrearse en
fenómenos históricos tan diversos, pero
relacionados entre sí y relevantes en cualquier
caso, como fueron el Vaticano II y las
legislaciones internacionales sobre los derechos
humanos.
También en España hemos encontrado resonancias
personalistas en medios muy dispares: en
elaboraciones de algunos intelectuales y
políticos de la revista "Cuadernos para
el diálogo" actualmente en el entorno
del PSOE, en textos doctrinales de la Falange
Auténtica de los años de la transición,
en la Hermandad Obrera de Acción Católica
(HOAC), ediciones ZYX y, todavía hoy, en la
revista católica catalana "El
ciervo". Y no olvidemos su influencia
en pensadores de la talla de Marías, Zubiri,
etc.
Pese al ostracismo sufrido y la desaparición de
sus grandes figuras, el personalismo
sigue contando con seguidores entusiastas y
algunos cualificados representantes, elaborando
propuestas, lanzando nuevos textos que ponen,
como siempre sobre el tapete de la actualidad
social e intelectual el valor de la persona,
entendida como un ser de naturaleza material y
espiritual de irrenunciable vocación social. La
revista Acontecimiento, editada por la Fundación
Emmanuel Mounier, constituye el vocero
imprescindible para quien quiera estar al
corriente de sus reflexiones y propuestas.
El Instituto Emmanuel Mounier.
Encuentro, Palabra, Caparrós, son,
seguramente, las editoriales españolas que mayor
espacio han dedicado a los autores personalistas
en las últimas décadas; a cuya labor debe
incorporarse, recientemente, los textos editados
por la Fundación Emmanuel Mounier en
sus diversas colecciones y la antes mencionada
revista. Dicha Fundación es obra del Instituto
Emmanuel Mounier, columna vertebral
orgánica del personalismo en España.
Nos permitimos reproducir, a continuación, un
breve texto procedente de su web, con el objetivo
de aproximarnos a la naturaleza y objetivos del
Instituto.
"El Instituto Emmanuel Mounier se fundó
en el año 1984 por iniciativa de un grupo de
personas y se ha ido desarrollando hasta tener
militantes y grupos activos en muchos lugares de
España. Hoy nos encontramos ante la afortunada
situación de fomentar grupos incipientes del
I.E.M. en México, Paraguay, Brasil o Bolivia.
El I.E.M. es una organización sociopolítica que
pretende ser ámbito de encuentro entre
intelectuales, profesionales y trabajadores con
un común deseo transformador; el de realizar una
comunidad de adultos liberados del afán de
posesión y tendentes a una sociedad personalista
y comunitaria, por libre, ética, fraterna y
profundamente espiritual.
El centro de nuestro pensamiento y acción es la
persona humana, fin en sí misma, pero no
encerrada individualistamente sino abierta al
compromiso solidario con el otro, y ordenada a la
trascendencia. Para ella recabamos, a la vez, la
transformación de la interioridad humana y la de
las estructuras que habita; a sabiendas de que la
revolución será espiritual o no será, será
socioeconómica o no será.
Todo esto no sería viable sin una nueva cultura
crítica que facilite la formación de las
conciencias para resistir frente a los intentos
de deshumanización. Nuestro momento histórico
impone con urgencia, en primer lugar, discernir,
atisbar por donde van las cosas. Después,
inevitablemente, poner la inteligencia al
servicio de la causa del hombre para encontrar la
fundamentación y la ética que den sentido a la
opción vital".
Sus contactos internacionales también han
fructificado, especialmente en Hispanoamérica,
creándose una red informal de entidades
impulsoras en su ámbito del personalismo. En
este trabajo, el infatigable filósofo Carlos
Díaz sigue contando con el carisma y entusiasmo
que siempre le ha caracterizado, difundiendo su
credo personalista en cuantos foros se le
convoca, gozando, ciertamente, de gran prestigio
entre el mismo episcopado español.
En el año 2005 se celebrará el 100 aniversario
del nacimiento de Emmanuel Mounier. El Instituto
español que lleva su nombre reserva a su
conmemoración buena parte de sus energías,
habiendo iniciado sus preparativos con la
expectativa de un congreso internacional. Dicha
efeméride puede ser una buena ocasión
mediática para ofertar socialmente, de nuevo, al
personalismo.
Y en también en ámbitos universitarios sigue
gozando de cierta creatividad y presencia. Es el
caso del Congreso sobre Personalismo que celebró
la Universidad de Valencia este mismo año y del
que queda como testimonio un volumen colectivo
que recoge sus ponencias, habiéndose hecho eco
del mismo, especialmente, la Universidad
Católica San Antonio de Murcia y algunas
publicaciones, como el magnífico semanario Alfa
y Omega.
Naturalmente, el personalismo no suscita
unanimidad. Se le ha achacado, desde medios
filosóficos muy diversos, de falta de precisión
y rigor conceptuales, de excesiva generalidad en
sus afirmaciones, incluso de cierto agotamiento
propositivo como corriente.
En todo caso, la pregunta que debemos hacernos
es: ¿puede aportar algo nuevo el personalismo
hoy día, agotado el marxismo, en un mundo
globalizado en el que parecen haber triunfado las
recetas capitalistas y una mentalidad
desacralizada y consumista universal?
¿Existe un movimiento personalista?
Hemos mencionado, de alguna manera, al pluralismo
existente, en sus opciones vitales, entre los
personalistas. En este contexto, ¿cómo podemos
caracterizar el mínimo común denominar de su
compromiso y actuar? Antonio Calvo, filósofo y
militante personalista de Zaragoza, en una
reciente conversación, nos resumía en los
siguientes axiomas, el compromiso personalista de
un militante de hoy:
1. Intensa vivencia de la propia fe
religiosa.
2. Formación cultural en comunidad.
3. Compromiso social concreto.
4. Vida austera.
El personalismo no es confesional: agrupa a
creyentes y, también, a no creyentes, siempre
que acepten una visión espiritual del hombre y
de su existencia.
Sus seguidores no constituyen un
"movimiento" eclesial de los que pueden
recibir, hoy día, esta denominación: un
fundador inspirador, un itinerario en la fe
estructurado en una concreta y novedosa
pedagogía, un fuerte compromiso comunitario, una
organización definida, un expreso reconocimiento
jurídico eclesial. Tampoco constituye una de las
autodenominadas "Comunidades eclesiales de
base", que gozan de alguna de las
características formales antes mencionadas. Pero
sí que constituye un pueblo, atípico
tal vez, pero de rostro reconocible, de intensos
y sólidos lazos personales. Uno de los termómetros
del mismo, y punta de iceberg, lo constituyen sus
"Aulas de verano", organizadas en los
meses de estío por el Instituto Emmanuel
Mounier, que reúnen, bajo su convocatoria,
a los pesos pesados del personalismo
español, principalmente, y a numerosos
seguidores e interesados en el "método y
exigencia personalistas". Allí encontramos
a un ex - secretario general de la central
anarcosindicalista posibilista CGT, docentes de
seminarios católicos, clérigos, religiosas,
estudiantes de Filosofía y Teología, militantes
de diversos movimientos eclesiales y
sociales
Además de en este "pueblo" informal,
de peculiares lazos afectivos y generador de
relaciones informales, encontramos la impronta
personalista, en mayor o menor medida, en algunos
movimientos eclesiales concretos con cierta
intensidad: es el caso del Movimiento
Cultural Cristiano (MCC) y de su escisión Acción
Cultural Cristiana (ACC), ambos en la estela
de Guillermo Rovirosa, Eugenio Merino y Tomás
Malagón, auténticos hitos en la historia del
apostolado obrero español de la HOAC, así como
en algún otro grupo de ámbito local, como el
andaluz SOLITEC. Y encontramos referencias
literarias o doctrinales, de desigual calado, en
medios eclesiales muy dispares, desde Comunión
y Liberación a asociaciones muy marcadas
por la Teología de la Liberación.
Sin duda muchas de sus intuiciones y aportaciones
siguen vigentes. En estos tiempos de
globalización y de "pensamiento
políticamente correcto", reclamar la
centralidad de la persona es, en sí mismo, un
acto de elemental realismo, casi de carácter
revolucionario, siendo la Iglesia católica su
mayor defensora. Pero muchos acontecimientos se
han producido en todos estos años. Es el caso,
entre otros relevantes acaecidos en la propia
Iglesia católica, de la aparición de los nuevos
movimientos eclesiales, con sus intuiciones,
carismas y particularidades que la han
enriquecido y están contribuyendo a regenerarla.
Creemos, modestamente, que no basta con pregonar
unos valores y un credo personalistas. Se precisa
de un pueblo que lo desarrolle con obras, lo
encarne y haga vida cotidianamente. Por ello, el
diálogo entre personalistas y los nuevos
movimientos eclesiales pudiera proporcionar, en
el futuro, un nuevo rostro y bagaje filosófico
al catolicismo social.
Desde otras corrientes filosóficas católicas se
pueden, igualmente, tender puentes con el
personalismo: la tradición filosófica católica
y la centralidad de la persona, cuyo origen lo
encontramos exclusivamente en el cristianismo,
serían el nexo que permita un diálogo creativo
y enriquecedor entre las mismas.
El personalismo puede proporcionar, en un mundo
globalizado, de pensamiento único pero débil,
unos instrumentos intelectuales que faciliten,
cuanto menos en diversos planos,
"diseccionar" con seguridad la
realidad, su comprensión y, tal vez,
herramientas para su transformación.
El contenido de este "dossier"
sobre el personalismo cristiano.
En "Arbil, anotaciones de pensamiento y
crítica", intentamos estar atentos a los
acontecimientos más relevantes de la actualidad
eclesial española y mundial, dentro de nuestras
posibilidades. Por ello ya hemos elaborado, en
varias ocasiones, algunos "dossieres"
de carácter monográfico, como el dedicado a la
masonería y el relativo a las persecuciones
religiosas del siglo XX.
En esta ocasión, con idéntica voluntad de
servicio, sin ánimo de crear polémicas
eclesiales estériles, y por propia voluntad,
hemos asumido la apasionante labor de asomarnos a
esta realidad, poco visible en una primera
mirada, intentando profundizar un poco en la
misma, proporcionando datos y elementos de juicio
elaborados por algunos excelentes conocedores de
estas materias; también algunas desde la
discrepancia y la fidelidad a los propios
presupuestos filosóficos, especialmente desde el
tomismo.
Los artículos que integran este
"dossier" son los que siguen:
- El personalismo de E. Mounier.
(Antonio Calvo. Instituto Emmanuel Mounier.
Zaragoza).
- Anotaciones críticas sobre el
personalismo. (José J. Escandell.
Instituto de Humanidad Angel Ayala - CEU.
Madrid).
- Primacía de la incomunicación de la
persona. (Eudaldo Forment. Universidad
de Barcelona).
- Polo político y polo profético.
(Marcelo López Cambronero. Universidad
Católica San Antonio de Murcia).
- El gran engaño: derechos del hombre,
Iglesia católica y Revolución Francesa.
(Luigi Negri. Universidad del Sacro Cuore de
Milán). Colaboración de la revista Huellas.
- Ocaso y aurora. Perspectiva
personalista y Ontología de la existencia.
(Juan Carlos Valderrama. Universidad de
Navarra).
Queremos agradecer, ante nuestros lectores, la
colaboración desinteresada de estos autores,
gracias a cuyo esfuerzo podemos ofrecer este
"dossier" que, deseamos, cumpla los
objetivos propuestos.
Fernando José Vaquero Oroquieta.
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